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El Olympiacos pasa por encima de un débil Unicaja

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Terrell Mcintyre (d) del Unicaja lucha por el balón con Vassilis Spanoulis (i)
Terrell Mcintyre (d) del Unicaja lucha por el balón con Vassilis Spanoulis (i)

Ficha técnica:

Olympiacos (27+20+21+25): Teodosic (11), Spanoulis (16), Papanikolau (17), Nielsen (4), Nesterovic (11) -- cinco inicial--; Papaloukas (2), Bourousis (17), Lucas(4), Glyniadakis (2) y Mavrokefalides (9).

Unicaja (11+14+20+21): McIntyre (14), Printezis (13), Rodríguez, Jiménez (9) y Freeland (14) -- cinco inicial--; Rubio (2), Freire (6), Tripkovic (7), Barrera y Archibald (1).

Árbitros: Carl Jungebrand (FIN), Tolga Sahin (ITA), Damir Javor (SLO). Sin eliminados.

Incidencias: Estadio de la Paz y la Amistad. 8.000 espectadores.

El Unicaja cayó con contundencia en la cancha de Olympiacos (93-66), en un duelo en el que no fue rival para el conjunto griego, que completó un magnífico encuentro gracias a la dirección en el juego de Spanoulis y la capacidad anotadora de Borousis y Papanikolau, mientras que en los visitantes tan sólo Printezis, Freeland, y McIntyre, limitado por su mal estado físico, completaron un partido destacable.

El equipo cajista saltó a la cancha frío, incapaz de imponer su defensa ante los hombres fuertes del conjunto griego. A la canasta inicial de Printezis prosiguieron 12 puntos consecutivos de Olympiacos, lo que llevó a Aíto a pedir un tiempo muerto, con la intención de reorganizar las ideas y cortar la racha de los helenos.

Sin embargo, el poderío atacante de los locales continuaba haciendo estragos, con el ex NBA Rasho Nesterovic liderando la anotación. A falta de 2 minutos para el final del primer cuarto, un extraordinario mate de Mavrokefalides iniciaba una serie de posesiones desastrosas para los malagueños, que sufrieron varias pérdidas rápidas. El equipo heleno se separó en el marcador hasta 17 puntos (25-8).

Y las sensaciones no mejoraron al inicio del segundo periodo. El ataque de los malacitanos no existía, al margen del griego Giorgios Printezis, especialmente motivado en un partido en el que se enfrentaba al club que lo formó como jugador de baloncesto. No obstante, la buena actuación del jugador cajista representaba una anécdota en un partido en el que Olympiacos continuaba imponiéndose con una aplastante superioridad.

Para más desgracia del equipo andaluz, tras una buena canasta de Freeland bajo el aro, que podría haber supuesto una pequeña reacción, una técnica señalada a Aíto anulaba esa posibilidad. Los griegos, con la destacada actuación de Nesterovic, Spanoulis, y sobre todo un gran Papanikolau, llegaban al descanso con 22 puntos de diferencia.

Reacción en la segunda mitad

A la vuelta de los vestuarios, cuatro posesiones seguidas con anotación de Unicaja, algo que no se había dado prácticamente en todo el encuentro, rescataba las esperanzas de hacer daño a los griegos. McIntyre, lastrado por su fascitis plantar, tomó el mando de los ataques visitantes, algo que el equipo agradeció sobremanera.

Tanto es así, que la distancia entre ambos conjuntos se redujo a menos de 10 puntos. Parecía que comenzaba un partido nuevo, pero los locales reaccionaron con calma y retomaron el mando del partido gracias a un parcial demoledor de 12-0. Volvió a desaparecer el base norteamericano del encuentro, y se volvió a estrechar el aro para los costasoleños.

Los de García Reneses encaraban el último cuarto tras haber dado la cara en la tercera parte y, aún así, viéndose prácticamente a la misma distancia en el marcador que cuando lo comenzaron. Ante este panorama, el último tiempo del partido fue un mero trámite en el que los locales aumentaron la ventaja en el marcador y la sensación de superioridad en el juego.