Obama vs. La Roja
- La capital portuguesa, tomada por la Policía por la cumbre de la OTAN
- La selección se aloja en el hotel elegido por la mayoría de los dirigentes políticos
- Los portugueses, cansados de la crisis, sueñan con el Mundial ibérico
- Sigue en directo el Portugal-España, este miércoles a las 22.00 horas en RTVE.es
¿Está el juego el control del mundo? No, la cosa no va más allá de una mera coincidencia, pero el 'encuentro interplanetario' que vive Lisboa estos días tiene a sus habitantes más que revueltos. El presidente de la primera potencia mundial y el campeón del mundo de fútbol se darán el relevo en la capital portuguesa, aunque la 'onda expansiva' les toque un poco a las dos partes.
España ha aterrizado en Lisboa entre unas grandes medidas de seguridad que se dejan notar en todos los rincones de la ciudad. Para colmo, el lugar elegido por nuestra selección para su concentración coincide con el de la mayoría de los dirigentes internacionales que se reunirán a partir de este viernes en la cumbre de la OTAN. Resultado: un hotel sitiado.
Quizá un alojamiento tan seguro aumente las posibilidades de descanso a los internacionales españoles, pero ya les ha obligado a desplazarse a otro hotel para convocar a la prensa. Un mal menor si lo comparamos con el estado económico de un país fuertemente golpeado con la crisis, que recibirá a Obama con más de una manifestación en sus calles. Este martes, el ambiente de protesta ya se palpaba en el centro de la ciudad, con la primera de las marchas en contra de la OTAN.
El fútbol, bálsamo para la crisis
Y entre medias, aparece España. Aparecen los campeones del mundo. Y los lisboetas, futboleros empedernidos, se olvidan de la crisis y de la OTAN por un momento y hablan con entusiasmo de la posibilidad de organizar un Mundial con su triunfal vecino. "Sería maravilloso, aunque nos eliminaron del Mundial, han demostrado ser la mejor selección del mundo", asegura Nuno, un joven portugués que espera lo mejor de su equipo. "Confiamos en Cristiano Ronaldo, él nos llevará lejos", afirma.
Aunque se trate de un encuentro amistoso, la población portuguesa tiene ganas de fútbol y de revancha. Y así, de paso, dejar de lado la crisis y el férreo control policial que vive la capital lusa esta semana. "Están por todos lados y Obama todavía no ha llegado, no quiero pensar que pasará cuando aparezca", cuenta María, dependienta de una pizzeria en el Barrio Alto, también encantada con un posible Mundial: "No entiendo de fútbol, pero seguro que trae dinero a la ciudad.
Fútbol, crisis y Obama. Son los temas omnipresentes en cada conversación por las calles de Lisboa, que se convertirá en el centro mundial de la información política a partir del viernes. Aunque antes, España y Portugal se enfrentarán en el campo y se darán la mano una vez más por la candidatura ibérica.