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Mourinho y la directiva blanca, enzarzados en un pulso antes de Navidad

  • El portugués pidió una reunión con Florentino Pérez, que le sienta a su lado
  • La relación entre el técnico y Valdano está llena de 'desacuerdos'
  • El entrenador canaliza la atención de los medios y las polémicas del  club

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REAL MADRID-SEVILLA
Mourinho en el encuentro que enfrentó al Real Madrid contra el Sevilla

Aunque la Navidad es una época de paz y amor o propicia al menos para los balances de fin de año, parece que en el Real Madrid se cierra el ejercicio con ciertas e inesperadas tensiones que dificultan la armonía. Tras el partido contra el Sevilla,  donde los blancos consiguieron ganar 1-0, Mourinho estalló y pidió más apoyo por parte del club, que le pasó una lista con los agravios arbitrales de Clos Gómez en el partido del domingo. Una reunión con el presidente reclamaba el entrenador portugués, para sentir el apoyo del líder.

La comida de Navidad de las plantillas de fútbol y baloncesto del Real Madrid ofreció una foto de aparente normalidad, y una imagen -no palabras, al menos no de manera pública- de apoyo al entrenador, con Jose Mourinho a la diestra de Florentino Pérez -a la izquierda estaba Ettore Messina, entrenador del equipo de baloncesto-, mientras que la mano derecha directiva, Jorge Valdano, se encontraba a cuatro sillas de distancia del portugués.

Pocas palabras, saludos educados entre los protagonistas y un breve aparte de Mourinho con Florentino Pérez, que con su brindis en la cena sentó la posición que quizá más le preocupa en todo este embrollo: "El Madrid tiene 108 años de historia y la imagen es uno de los valores que siempre nos han inculcado como parte innegociable de nuestro patrimonio".

"Mourinho es una fuerza nueva de la naturaleza", también había dicho Florentino Pérez sobre el entrenador portugués al poco de ficharle, al que no ha dudado en calificar como el mejor del mundo. El presidente del Real Madrid quiere un equipo campeón y ha concedido al ex entrenador de Oporto, Chelsea e Inter todo el poder para traer la ansiada décima Copa de Europa. "El Madrid necesita a Mourinho", afirmó el mandatario resumiendo los argumentos del fichaje del entrenador más caro de la historia.

Es cierto que Mourinho es capaz de introducir un cambio radical en lo deportivo, pero también un cambio hacia lo radical en las formas. Ha impregnado su estilo en muchos estamentos del club, estilo que le ha llevado al éxito deportivo allá donde ha entrenado. Pero su estilo lleva aparejado un carácter, que los amigos llaman de ganador y los no tan amigos tildan de arrogante, que desde que ha llegado a España le ha sacado de sus casillas en varias ocasiones.

El portugués llegó a su nuevo club en mayo, dispuesto a convertirse en el nuevo y ansiado líder del equipo merengue hacia los títulos.  Parecía el comienzo de una bonita historia de amor entre el luso y los blancos, pero a las primeras de cambio, el director general del Madrid, Jorge Valdano, tuvo que aclarar una polémica surgida a raíz de unas críticas que como opinador dirigió a Mourinho.

Valdano se justifica ante Mourinho

Valdano aseguró que desde hacía años, el tema estaba arreglado. 'The Special One', sentado justo a su lado y con semblante serio, ni se pronunció. Tras la declaración del director general deportivo, el asunto pareció quedar zanjado, pero la relación entre ambos no ha sido muy fluida desde entonces, como sí lo es con el presidente, con el que Mourinho despacha un par de veces al mes.

Mourinho: "Quiero un 9"

Ya en agosto, en la primer jornada de Liga, Mourinho apeló a la suerte. Antes de este ruego, el luso pidió a la directiva blanca un '9', ya que si alguno de sus delanteros se lesionaba, tendrían problemas.

Las alta esferas fueron claros, el 'no' fue rotundo. Mourinho lo aceptó, agredeció el esfuerzo económico realizado para fichar a nuevos jugadores y se resignó a no salirse con la suya en esta ocasión.

Con el frío las ideas del técnico cambiaron. El portugués dio por cerrada la plantilla y aseguró que "no quería a nadie en el mercado de invierno salvo que sucediese algo anormal". Aún así, entre risas, Mourinho dejó caer un cierto interés por el jugador del United, Rooney, y lanzó un mensaje.  "Rooney no me ha llamado y tiene mi número".

Esta parte de la historia tuvo lugar en octubre, tiempos felices para el Madrid que todavía contaba con un Higuaín en perfecta forma física. La mala suerte se cruzó en el camino del argentino y se lesionó.

Comenzaba así la historia de los perros y los gatos. El portugués sacó a la palestra de nuevo su petición pendiente de que le faltaba un delantero; quien avisa no es traidor. Aún así, Mourinho aseguró que "del mismo modo que no he llorado nunca en seis meses por no tener a Kaká, no puedo estar hablando de Higuaín".

El técnico no pidió nada, se dedicó a hablar de su equipo con curiosas metáforas de animales, pero aprovechó la ocasión para mandarle un mensaje a Valdano. "En este momento, si tengo que hacer la segunda mitad de la temporada solo con Benzema, será todavía mucho más difícil. Pero hay que preguntar al director general, que puede comentar la opinión del club".

La selección portuguesa y 'el Príncipe de Asturias'

Aunque en lo deportivo las cosas empezaban a marchar, octubre no fue un buen mes para Mourinho, ya que hubo demasiadas polémicas para esos 31 días. La selección portuguesa viajó a Madrid para llegar a un acuerdo con el técnico, porque sus paisanos querían que Mourinho entrenase al equipo en los próximos dos partidos de la fase de clasificación para la Euro 2012, contra Dinamarca e Islandia.

Parecía que todo iba sobre ruedas, pero que se supone debe tener un entrenador de un club como el Madrid no casaba con el pluriempleo estacional, y comprometía demasiado la imagen del club por lo que, de nuevo a regañadientes, Mourinho tuvo que quedarse en casa y recibió otro 'no'.

Mourinho estaba triste, pero tal y como afirmó "no tengo derecho a pedir nada al Real Madrid". Por su parte Jorge Valdano no dio pie a más habladurías "el tema de Mourinho y Portugal lo damos por zanjado".

Parece que la historia va de negativas; si no es por un lado, es por el otro. Esta vez fue Mourinho el que se negó a que sus mundialistas fueran a la gala para recoger el 'Principe de Asturias'. No es que el luso tuviera nada en contra de este premio, pero el técnico quería tener descansados a todos sus internacionales para el partido contra el Rácing de Santander, que se jugaría justo al día siguiente del evento.

Sólo un día después, el director general blanco no se lo pensó y desdijo al técnico, afirmando que iría Iker Casillas como capitán de la selección española.

Esta vez, el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, tuvo que intervenir y convocó al técnico a una reunión para explicarle la "importancia del premio para los españoles". Mourinho negoció y ambos llegaron a un acuerdo. "El presidente me ha prometido un avión privado para Casillas  y que no acudirá a ningún acto anterior ni posterior a la ceremonia".

También ha recibido apoyos públicos

Como no todo van a ser desencuentros y malas caras,  también han existido momentos de 'amor' en la historia que desde mayo escriben juntos el Madrid y Mourinho.

En la bronca que protagonizaron el entrenador portugués y el técnico del Sporting de Gijón, Manuel Preciado, el directivo argentino salió en defensa de Mourinho y aseguró que "hace falta más valentía para pedir perdón que para llamar canalla".

También habló a su favor el director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, Emilio Butragueño, quien para no avivar la polémica aseguró que Mourinho se comporta así "porque es su forma de ser".

Encuentros, pero también desencuentros. El portugués sólo lleva unos meses al frente de la nave blanca y ya han sido bastantes las disconformidades con la directiva. Sobre todo, la imagen de un club histórico cargado de historia de la que se hace gala a menudo y que últimamente transmite más crispación que ejemplaridad. Puesto que la temporada es muy larga y prácticamente acaba de empezar, seguramente queden muchas historias por contar.