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Depor y Málaga vencen a domicilio en San Mamés y El Molinón

  • El delantero Adrián fue el autor de los dos goles del partido (1-2)
  • Un pésimo Sporting regaló los tres puntos a un rival directo que remontó (1-2)

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ATHLETIC CLUB-DEPORTIVO DE LA CORUÑA
Los jugadores del Deportivo Juan Domínguez y Antonio Tomás felicitan a su compañero Adrián

Adrián López ha dado al Deportivo, en San Mamés, una victoria casi increíble (1-2) ya que ha llegado en un partido de continuo dominio del Athletic Club, aunque infructuoso y desaprovechando innumerables ocasiones de gol hasta que Fernando Llorente puso casi al final el marcador definitivo.

El balance del delantero asturiano fue prácticamente todo el del ataque del Depor. Colosal, en todo caso, para lo que hicieron sus compañeros para ayudarle: marcó los dos goles de su equipo, fue objeto de un penalti y provocó dos tarjetas rojas rivales, las de los centrales San José y Ustaritz.

El de Teverga abrió el marcador en el minuto 22 transformando la falta máxima que señaló el colegiado por una caída suya ante Ustaritz, quien anteriormente había fallado estrepitosamente en el despeje; y amplió distancias en el 52, superando de nuevo en la porfía a la defensa visitante y batiendo a Iraizoz con un fuerte disparo que rozó en Carlos Gurpegui.

Las expulsiones las provocó en el minuto 33, una roja directa a San José por derribar a Adrián siendo el último defensa; y en el 90, la segunda amarilla a Ustaritz, al que dio la tarde.

Aparte de lo que hizo el ariete del Deportivo, todo lo que ocurrió sobre el campo fue cosa del Athletic, en uno de sus mejores partidos de la temporada en cuanto a juego. Pero le faltó acierto en la gran cantidad de ocasiones generadas ante Dani Aranzubia.

Solo marcó Llorente, pero su tanto, el undécimo que anota en lo que va de campeonato liguero, llegó muy tarde y con su equipo ya prácticamente vacío de fuerzas por el tremendo esfuerzo acumulado. Especialmente Iker Muniain, que demostró un espíritu a prueba de bombas y se repuso hasta de unos calambres que aparecieron a un cuarto de hora del final del choque.

Con esta derrota, el equipo bilbaíno ha dejado pasar una buena oportunidad de meterse en las posiciones europeas, a las que se acerca el Depor tanto como se escapa de las del descenso.

El 1-2 frente a un rival directo amarga a Preciado

El Sporting de Gijón se ha dejado otros tres puntos con un rival directo en la lucha por la permanencia, el Málaga, tras un pésimo partido en el que falló en los dos goles encajados y que finalizó con una enorme bronca de los aficionados a un equipo desconocido para ellos.

Preciado suele sorprender con cambios en casi todos los partidos pero pocos podían esperar que en el primero del año el guardameta Cuéllar entrase en el equipo titular en detrimento de Juan Pablo, que la pasada temporada había jugado todos los minutos de liga y que en ésta iba por el mismo camino.

Los dos equipos demostraron a las claras porque ocupan posiciones de descenso y la primera parte el fútbol brilló por su ausencia en El Molinón, con un Málaga que acumulaba mucha gente atrás y un Sporting que era incapaz de acercarse a las inmediaciones del área visitante y que además ni siquiera lo intentaba desde lejos.

En los últimos cinco minutos de la primera parte se produjeron dos goles, el primero en un penalti por mano de Mitiliga, muy protestado por el equipo andaluz que transformó con seguridad Diego Castro y el segundo cuatro minutos después en una jugada que ha sucedido varias veces esta temporada en la que los rojiblancos fallan colectivamente.

Carmelo hace falta tras perder un balón a medio camino entre la línea de área y la de medio campo, cuestión que aprovecha Duda para sacar rápido y la defensa sportinguista no acierta ni a despejar el balón ni a obstaculizar a Welligton, que tocó lo suficiente como para batir a Cuéllar y levantar una sonora protesta en el graderío.

En una de tantas pérdidas de balón de los centrocampistas locales Eliseu robó el balón y se internó con velocidad y Cuéllar, en su salida, le arrolló. Claro penalti que nadie protestó y que transformó Apoño en medio de una pitaba generalizada desde las gradas.

El Sporting se olvidó de tácticas y esquemas y se fue con todo a darle la vuelta al partido aprovechando también que el Málaga retrocedió metros para defender un botín que había conseguido aprovechando los fallos del equipo gijonés, pero los minutos pasaban y las oportunidad de dar la vuelta al marcador se esfumó.