El Zaragoza da un paso adelante en el último minuto
- Un gol de Braulio en el minuto 90 da el triunfo a los de Aguirre (2-1)
- Un rebote en el árbitro convirtió el contragolpe maño en el gol vasco del 1-1
- La Real Sociedad se vio superada por un rival que se asoma al borde del pozo
El Real Zaragoza sumó su segunda victoria de la temporada en el primer partido de 2011 al superar a la Real Sociedad en un duelo en el que puso intensidad y corazón desde el comienzo, aunque logró el triunfo de manera agónica. Fue el primer paso adelante del Zaragoza en un mes de enero subrayado en rojo por el equipo aragonés [Así fue el Zaragoza 2-1 Real Sociedad].
Los diez primeros minutos de juego fueron un continuo despropósito por parte de los dos equipos, que se mostraban incapaces de hilvanar alguna jugada de peligro con repetidos fallos en las diferentes acciones.
Tras un pase en la frontal del área de Gabi a Sinama Pongolle, el francés protagonizó la acción técnica más brillante desde su llegada al Real Zaragoza que le permitió quedarse completamente solo para batir al cancerbero donostiarra.
A partir del gol zaragocista, el partido se convirtió en un auténtico monólogo del conjunto aragonés ante una Real Sociedad que no daba ninguna muestra de vida y se limitaba a deambular como alma en pena por el césped de La Romareda.
Sin estar especialmente brillante, el conjunto de Javier Aguirre tenía el control del balón y las únicas acciones reseñables eran las que protagonizaban sus jugadores. El ejemplo más claro era que Leo Franco en la primera media hora únicamente había tocado en jugada dos veces el balón.
El árbitro se convirtió en protagonista involuntario del juego a los 33 minutos, aunque ya había interferido con anterioridad en dos ocasiones la trayectoria del balón, al cortar la salida del esférico de los defensores zaragocistas y hacer una pared "perfecta" con Zurutuza, que cambió el juego hacia Joseba Llorente, que no llegó y fue Xabi Prieto el que controló el balón sobre la esquina para convertir su remate en el tanto del empate. Era la primera vez que los realistas remataban sobre la portería defendida por Leo Franco.
El jarro de agua fría sobre los locales fue de dimensiones considerables, aunque no se hundieron y siguieron con el mando del juego, pero fue el visitante Griezmann el que pudo adelantar a su equipo en el último minuto con un remate cruzado.
El regreso de los vestuarios no aportó nada nuevo, pero conforme fueron pasando los minutos el juego fue ganando en intensidad con un Zaragoza que tenía claro que necesitaba imperiosamente hacerse con los tres puntos y que buscaba con muchas ganas la portería de los guipuzcoanos, pero le faltaba acierto en los metros finales.
Los hombres de Martín Lasarte se transformaron con respecto a la primera mitad y sus llegadas destilaban cada vez más peligro, sobre todo desde que Leo Ponzio fue sustituido y dejó de estar por delante de la defensa.
El partido se tornó en una ida y vuelta constante en el que conforme transcurrían los minutos las fuerzas empezaban a escasear y el fallo por parte de uno u otro podía llegar en cualquier momento. Hasta ocho ocasiones crearon los locales por siete de los donostiarras antes de que el balón entrase en la portería de Bravo.
El gol del triunfo zaragocista llegó en el minuto noventa, al aprovechar el recién incorporado Braulio un rechace de Bravo, que se había tenido que emplear a fondo para detener el remate previo de Marco Pérez.