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España debuta en el Mundial frente a una 'cenicienta'

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España, a reverdecer laureles

La selección española de balonmano, que ha sido la última en llegar a Suecia, ya ha entrenado por primera vez la pista del Kristianstad Arena sueco con la vista puesta en el debut contra Bahrein. [En directo: España-Bahrein, a partir de las 20:00 h en RTVE.es]

Bajo la supervisión del preparador físico Paco Seirul-lo, los jugadores españoles se ejercitaron con estiramientos durante una hora, en la que los internacionales ni tan siquiera tocaron el balón bajo los acordes de la popular canción de Manolo Escobar 'Que viva España', que sonó por la megafonía del pabellón

España es indiscutible favorita para sumar sus primeros puntos en el torneo. La campeona del mundo de 2005 tiene este 'aperitivo' para prepararse para los dos siguientes retos, ante Túnez y Alemania, que como ha advertido Valero Rivera, “serán los dos encuentros claves”.

El éxito pasa por la defensa y el contraataque

Después de la mala experiencia de hace dos años en Croacia, donde los de Valero Rivera fracasaron en una desastrosa primera fase en la que sólo fueron capaces de ganar a Cuba y Kuwait y acabaron en la decimotercera posición, la buena actuación en Suecia es una obligación.

Las opciones de España pasan por la intensidad defensiva, uno de los puntos donde más se nota el trabajo de Rivera, que se antoja clave para superar la primera fase de un Mundial en el que la selección se medirá con los dos últimos campeones mundiales, Alemania y Francia, además de las dos mejores selecciones de África: Túnez y Egipto.

Una fortaleza defensiva que permite a España mostrar una de sus tradicionales armas, un veloz contragolpe en el que ejercerán como punta de lanza los rapidísimos extremos, entre los que no figurará por lesión Víctor Tomás, uno de los motores emocionales del equipo, reemplazado por el siempre efectivo Albert Rocas.

Pero el contraataque no será el único argumento ofensivo del equipo español, que ha ganado en fluidez con una polivalente primera línea, lo que permitirá a Rivera numerosas combinaciones, especialmente dotada para conectar con el pivote, donde Julen Aguinagalde volverá a ser clave en las aspiraciones de la selección.

Bahrein es la cenicienta del torneo

Del rival existen pocas referencias. Fue sorprendente subcampeona de Asia, por detrás de la todopoderosa Corea del Sur, y después de alcanzar la final con un gol en el último segundo desde su propio campo de Sahed Johar en las semifinales ante Arabia Saudí. Este fue su mayor éxito en su historia, superando el bronce continental de 1995.

Un milagro con un guión digno de película en el Jawhar, autor de uno de los goles más increíbles de los últimos años, con empate a veinticinco en el marcador, siete segundos para la conclusión y dos jugadores menos sobre la pista, con Bahrein condenado a una nueva derrota ante el eterno rival, Arabia Saudí, recogió el rechace de su portero y desde su campo sorprendió al meta rival con un parabólico lanzamiento, que sirvió para establecer el definitivo 26-25 con el reloj ya a cero.

Un agónico gol que no sólo permitió a Bahrein disputar la gran final, en la que apenas pudo oponer resistencia a Corea del Sur, sino además lograr el billete mundialista, que le permitirá enfrentarse por primera vez en su historia con la elite.

Tan sólo el afán de la Federación Internacional por extender los tradicionales límites geográficos del balonmano justifica la presencia de la débil selección bahreiní en un Campeonato del Mundo.

El entusiasmo parece ser el único argumento del conjunto dirigido por el danés Ulrik Kirkely que parece condenado a pelear por las últimas plazas de un torneo. Ocurra lo que ocurra en Kristianstad ante España será un hito histórico para el equipo árabe.