España muestra su mejor versión para ganar a Alemania
- La solidez defensiva volvió a ser la clave del triunfo de los de Valero (26-24)
- La victoria allana mucho el camino de España hacia las semifinales
- Dos tarjetas rojas sufridas por los alemanes marcaron el devenir del partido
- Blog ¡Adentro!: ¿Una victoria más?, por Alberto Urdiales.
- Ver también: Especial Mundial de Balonmano 2011
RESULTADO: ESPAÑA, 26 - ALEMANIA, 24.
ESPAÑA: Sterbik; Morros (-), Juanín (5), Garabaya (-), Cañellas (1), Rocas(3), Gurbindo (3) --siete inicial--; Hombrados (p.s.), Aguinagalde (5), Morros (-), Iker Romero (5), Chema Rodríguez (-), Ugalde (-), Alberto Entrerríos (2) , Parrondo (1) , Raúl Entrerríos (1), y Maqueda (-).
ALEMANIA: Bitter; Kauffman (-), Hens (2), Glandorf (4), Preiss (1), Haas(2), Gensheimer (4)--siete inicial--; Heinnevetter (p.s), Sprenger (3), Pfahl (2), Klein (2), Heinl (2), Kraus (2), Christophersen (-), Roggisch (-) y Heinnevetter (-).
PARCIALES CADA CINCO MINUTOS: 2-2, 4-5, 5-7, 8-8, 11-10, 13-13 --descanso-- 15-15, 17-18, 18-19, 18-21, 23-21, 26-24.
ÁRBITROS: Olesen y Pedersen (DIN). Excluyeron dos minutos a Cañellas (2), Chema Rodríguez, Juanín, Garabaya, Raúl Entrerríos y a Morros por España; y a Michael Haas (2), Oliver Roggisch por Alemania. Además expulsaron por tres exclusiones a Lars Kaufmann y Sebastian Preiss por Alemania.
La campeona del mundo de 2005 ha podido con la campeona de 2007 y ha dado un paso de gigante en su aspiración de volver de Suecia con una medalla colgada al cuello.
La defensa, el contraataque y, de nuevo, la concentración exhibida en los momentos claves han sido las culpables de que Alemania no haya conseguido la victoria a pesar de que su portero Johannes Bitter hubiera hecho un partido impecable bajo los palos.
Esta vez el rival era de los de primer nivel y los chicos de Valero salieron mentalizados desde el principio. Se notaba en la intensidad defensiva protagonizada especialmente por Viran Morros y Garabaya.
La buena defensa y la buena actuación del esta vez portero titular, Arpad Sterbik, contrastaba con la dificultad que tenía España para hacer goles durante los primeros minutos.
La mayoría de las acciones de gol españolas llegaban propiciadas por el contraataque y en el ataque estático destacó la aportación del hasta ahora inédito Gurbindo.
Un factor que marcó el devenir del partido fue el listón que pusieron los árbitros. Sirva como dato que en la primera mitad, Alemania sufrió siete exclusiones y España cuatro. Algo que hacía que el liderazgo en el marcador fuera variable en función de las superioridades.
España no le perdió la cara al partido en todo el primer tiempo a pesar que el portero teutón Johannes Bitter hizo paradas de mérito y el marcador al descanso registraba un 13-13 que mostraba la igualdad y la dificultad del partido.
Con el inicio de la segunda parte, el equipo entrenado por el sempiterno Heiner Brand cometió un error de juveniles al hacer una sustitución antireglamentaria y llegó la tercera exclusión y consiguiente tarjeta roja para Kaufman. Esta nueva situación no distrajo sin embargo a los teutones que consiguieron ponerse por delante en el marcador 16-17.
La otra acción crucial del partido fue otra nueva tarjeta roja para los alemanes. Esta vez fue Sebastian Preiss el excluido por tercera vez al interceptar un lanzamiento a puerta con su pie derecho.
A pesar de todo, el partido seguía sin romperse y, a falta de quince minutos, el marcador era de 18-19 favorable a los germanos gracias a un inconmensurable portero Bitter.
Esa actuación del guardameta provocó que España se atascara. Los brazos siempre efectivos de Juanín o de Iker Romero parecían encogerse a la hora de perforar la portería y poco a poco Alemania se distanciaba en el marcador.
Sterbik no se podía quedar atrás y con tres intervenciones soberbias hizo que España se pusiera por encima en el marcador 22-21 a falta de seis minutos.
Eran los minutos decisivos y fue ahí cuando cogió las riendas García Parrondo como adelantado en la defensa cinco-uno y el que probablemente sea el mejor pivote del mundo, Julen Aguinagalde. El vasco pudo zafarse por dos veces en los seis metros y librar la estirada del imbatible Bitter y el madrileño recuperó dos balones decisivos en defensa.
Era tan delicada la situación para Heiner Brand que se vio obligado a introducir a un jugador con la camiseta de portero. Sin embargo, la concentración de los de Valero no se alteró y consiguieron distanciarse aún más en el tanteador, entrando en los dos últimos minutos con cuatro goles de diferencia.
No hubo tiempo para la remontada teutona y España lo celebró como se merecía. La victoria demuestra el carácter de una selección a la que todavía le falta gol pero que le sobra oficio.