España entra en semifinales por la puerta grande
- Una gran primera parte (10-20) encarrila una victoria española brillante (24-32)
- La efectividad en ataque de España ha sido la más alta en lo que va de torneo
- Ahora toca pensar en el cruce de semis que será contra Suecia o Dinamarca
- Ver también: Especial Mundial de Balonmano 2011
Ficha técnica:
24 - Islandia: Gustavsson; Olafsson (1), Petersson (5), Ingimundarson (2), Jakobsson (1), Atlason (1) y Sigurdsson (3) -equipo inicial- Gudmundsson (ps), Svavarsson (1), Palmarsson (4), Hallgrimsson (-), Gudjonsson (3, 1p), Stefansson (2), Gunnarsson (1), Sveinsson (-) y Kristjansson (-)
32 - España: Sterbik; Roberto García (1), Gurbindo (6), Chema Rodríguez (1), Alberto Entrerríos (5), Juanín García (4) y Aguinagalde (4) -equipo inicial- Hombrados (ps), Rocas (2), Maqueda (-), Raúl Entrerríos (6), Cañellas (1), Viran Morros (1), Romero (), Ugalde (1) y Garabaya (-).
Marcador cada cinco minutos: 1-3, 3-4, 4-8, 6-13, 9-16 y 10-20 (Descanso) 12-21, 16-23, 20-25, 21-26, 23-28 y 24-32 (Final)
España huele a medalla. La selección española dirigida por Valero Rivera ha demostrado que crece día a día en Suecia y la subcampeona olímpica, Islandia, ha sufrido en el pabellón de Jönköping la mejor versión de los españoles vista hasta el momento.
Un ataque eficaz en la primera parte, una concentración brillante en los momentos cruciales de la segunda mitad, y una defensa infranqueable durante todo el partido han hecho que España se asegure un puesto en las semifinales del Mundial.
Por primera vez en el campeonato, los nórdicos se enfrentaban a una defensa 5-1 que además está siendo una de las más eficaces del torneo, esa era la hace España con Roberto García Parrondo como estilete avanzado.
Esto se hizo notar en el arranque de partido y los ‘vikingos’ mostraban más dudas a la hora de atacar que de defender, donde exponían una defensa 6-0 de mucho contacto.
Dos goles de Juanín al contraataque pusieron a España por delante y a partir de ahí, los de Valero no se bajaron del carro que iba por delante en todo el encuentro.
La defensa funcionaba, algo que ya no sorprende a estas alturas, y el ataque comenzaba a ser cada vez mejor. No había prisa a la hora de combinar y las jugadas dirigidas por Chema Rodríguez primero y por Raúl Entrerríos después se alargaban hasta el límite del pasivo con una efectividad altísima.
La primera superioridad española en el minuto once fue letal para los islandeses. Tras los dos minutos con uno más, el marcador ya decía bastante: 3-7 a favor de España.
El público, que apoyaba en su mayoría a los hombres de Gudmundur Gudmundsson, se fue poco a poco enmudeciendo. El técnico ‘vikingo’ se veía tan desbordado que decidió cambiar la defensa a 5-1 como medida de emergencia que suturara la sangría de goles hispanos.
España mientras a lo suyo, a robar balones en defensa (los que no robaba los paraba Sterbik) y a bordarlo en ataque. Fueron sin duda los mejores minutos de la selección española en este Mundial. Alberto Entrerríos primero (al que ni un balonazo en la cara pudo tumbarle) y un gran Eduardo Gurbindo hicieron que la brecha en el marcador se abriera cada vez más gracias al acierto de ambos de cara a gol.
El luminoso al descanso justificaba la expresión de que una imagen vale más que mil palabras: Islandia 10-20 España.
En el intermedio Valero Rivera pidió calma y cabeza a los suyos, el partido y la clasificación no se podían escapar y un despiste podía hacer que los ‘vikingos’ se metieran de nuevo en el choque.
Una serie de decisiones arbitrales más que discutidas y dos acciones consecutivas del portero Gústavsson ayudaron a que Islandia se colocara a seis goles a falta de 19 minutos para el final, dando así la razón al entrenador Rivera.
Tocaba tirar de oficio, la subcampeona olímpica se puso 20-25 a fuerza de coraje y valentía. La diferencia de goles del descanso se había reducido a la mitad y le tocaba a los veteranos ponerse el mono de trabajo.
El mayor de los Entrerríos cogió los galones y el ataque español se centró casi exclusivamente en él. El asturiano parecía ser el único sobre el campo que no estaba asustado por la remontada islandesa. Ni siquiera Iker Romero y Juanín eran capaces de acertar a marcar dos siete metros que ejecutaron.
Era el momento clave del partido y del Mundial y apareció Arpad Sterbik. El cancerbero de origen serbio realizó tres intervenciones a bocajarro determinantes que impidieron que la diferencia de goles cosechada en la primera mitad se tirara por la borda.
La tensión se mascaba y los colegiados no estuvieron a la altura. Un manotazo en la cara sobre A. Entrerríos concluyó con la exclusión del español por fingir supuestamente la agresión clara.
El desquiciar a España era el único camino que les quedaba a los ‘vikingos’ para soñar con la victoria. De ir tan al límite, los islandeses se encontraron de golpe con una doble inferioridad que sentenció el partido. Los últimos dos minutos no tuvieron historia.
Ahora ya solo queda pensar en el rival de semifinales. Será Suecia o Dinamarca (ambas tienen que enfrentarse entre sí para dilucidar el primer y segundo puesto) y contará con la hinchada a su favor pero la evolución que está mostrando España en este Mundial hace que no sea una utopía el soñar con la posibilidad de repetir el título que ya ganaron en Túnez 2005.