Simone Moro, primer alpinista en subir un ochomil invernal en el Karakorum
- El italiano ha estado acompañado por Denis Urubko y Corey Richards
- Moro eligió el estilo alpino, el autosuficiente, donde no se usan cuerdas fijas
Blog de Simone Moro
Sin una cuerda fija, soportando 46 grados bajo cero y retando al invierno más frio, el italiano de 43 años Simone Moro ha hecho historia. Acompañado por el kazajo Denis Urubko y el estadounidense Corey Richards, Moro ha conquistado el G II siendo el primer alpinista en subir en esta época del año un ochomil en el Karakorum (Pakistán).
Aún conociendo los peligros, Moro ha querido reflejar al gran público "en qué consiste el alpinismo auténtico". El italiano, que narra su aventura en un blog, ha reconocido que son muchos los incovenientes a los que se han enfrentado, pero aún así ha merecido la pena. "El viento en combinación con el frío te destrozada, hace que padezcas sensaciones térmicas próximas a los 60 grados bajo cero".
Objetivo: la cima
Advertidos de una predicción de empeoramiento a partir de las 12 del mediodía, Moro, Urubko y Richards decidieron salir a las 3 de la mañana, cuando apenas había viento, para alcanzar la cima. Ocho horas y media después, sobre las 11.45 horas, los alpinistas llegaron a la cumbre. Durante el ascenso tuvieron que luchar contra condiciones adversas pero tal y como afirmó Simone por la radio, ninguno sufrió congelaciones.
A la tercera va la vencida
Los vientos violentos y las temperaturas inhumanas son algunos de los factores que han impedido que Moro lograse este reto antes. El italiano ya pasó dos inviernos en el Broad Peak, dos meses cada vez, pero en ambas ocasiones tuvo que desistir. En su mejor ocasión, tuvo que renunciar cuando se encontraba a 7.800 metros. "Tenía la cima a mano, pero se me hubiera hecho de noche en el descenso y habría muerto", afirmó el alpinista.
Es verdad que Simone podría haber conseguido esta hazaña meses atrás si la hubiera hecho en primavera o verano, ya que por esas épocas las temperaturas dan un poco de tregua. Sin embargo, el italiano es partidario de la sencillez y la honradez. "No quiero vender como una gesta lo que no es".
Hay que tener en cuenta otro dato que aporta aún más valor a la heroica acción, y es que el alpinista ha elegido para escalar el estilo alpino, el autosuficiente: ni un solo metro de cuerda fija ni tampoco ningún porteador de altura; además, el alpinista cargó tanto con la comida como con el equipo. "Son unas condiciones que te devoran, te dejan sin fuerzas, te adormecen y te matan. Es preciso volar en la montaña, no dejarse atrapar", asegura el italiano.