Rebelión contra Barça y Madrid
- Las aficiones de los seis equipos rivales unen sus cánticos
- Un grupo de hinchas del Estudiantes anima al resto
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"Estoy hasta los h... del Barça y del Madrid". El cántico salió de la parte de la grada del Palacio de los Deportes de Madrid que ocupan los aficionados del Blancos de Rueda Valladolid y fue inmediatamente secundado por el resto del pabellón, salvo los aludidos, claro.
Ocurrió durante el partido de cuartos que jugaba el Regal Barcelona contra el DKV Joventut. Al igual que el día antes le había pasado al Madrid en su partido contra el Gran Canaria, los aficionados azulgranas veían acallados sus cánticos por la gran mayoría del Palacio.
El jueves los culés se sumaban alegremente a los cánticos antimadridistas, pensando que quizá la gente simpatizaba más con su equipo. Error. ¿Se está fraguando un movimiento? ¿Hartazgo de tanto binomio?
Los merengues ya se van acostumbrando a ser el blanco -nunca mejor dicho- de todas las iras en cada edición de la Copa, pero a buen seguro que el viernes disfrutaron con la amarga sorpresa que se llevaron sus eternos rivales.
Puede que los culpables sean un grupo de 'dementes', los hinchas del Estudiantes. Pese a la ausencia del conjunto colegial en esta edición de la Copa del Rey ACB, algunos se hicieron con un abono para dar su apoyo al DKV Joventut, con cuya afición están hermanados.
Unos gritos de "pesetero, pesetero" a Ricky Rubio en el fondo de la calle Jorge Juan hicieron despertar al resto. Eran los colegiales. Copiaron la idea los aficionados del Gran Canaria contra Will McDonald, abucheando sus canastas y haciendo burlas de sus fallos con el "MVP".
Quizá sea la proximidad del 14 de febrero, San Valentín, pero lo cierto es que las muestras de afecto mutuo comenzaron a extenderse por toda la grada. La muestra fue el "pío, pío", típico de la afición del 'Granca', pero cantado desde la tribuna de los hinchas del Bilbao Basquet.
¿Más? Pues la afición del Caja Laboral, mayoritaria, empezó a corear el nombre del Estudiantes, sabedores de la presencia de sus correligionarios en el fondo. Pronto se unieron al grito los del Joventut, faltaría más.
Los bilbaínos seguían repartiendo amor con los gritos de "Pucela, Pucela" para hermanarse con los del Blancos Rueda Valladolid. Mientras, se jugaba un partido de baloncesto.
Mudos estaban, o por lo menos lo parecía, los del Madrid y el Power Electronics Valencia. O no, quién sabe. Quizá se unieron al "sí se puede" que coreaba el pabellón casi al unísono cuando la Penya se puso a tres puntos del Barça y rozaba la remontada.
Entonces llegó el estallido: "Estoy hasta los h... del Barça y del Madrid", suponemos que esta vez sin el apoyo de los madridistas. Indignados, los culés respondieron con un "estoy hasta (el mismo sitio) de todos los de aqui", con el amargo sabor del despecho.
Puede que algo esté cambiando en el baloncesto español, o ya lleve tiempo.