Mario Gómez silencia el Giuseppe Meazza en el último suspiro
- El Bayern de Múnich se impone al Inter con un tanto de Gómez en el 89' (0-1)
- Los alemanes complican el futuro del campeón en la reedición de la última final
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Ficha técnica:
Inter de Milán: Julio Cesar; Maicon, Ranocchia (Kharja, min.73), Lucio, Chivu; Zanetti, Cambiasso, Motta; Sneijder, Stankovic y Samuel Eto'o.
Bayern Múnich: Thomas Kraft; Lahm, Tymoshchuk, Badstuber, Pranjic (Breno, min.38); Schweinsteiger, Luiz Gustavo; Robben, Mueller, Ribery y Mario Gómez.
Goles: 0-1, min. 90. Mario Gómez.
Árbitro: Viktor Kassai (HUN). Amonestó con tarjeta amarilla a Zanetti (min.21), Sneijder (min.56), Motta (min.86) por parte del Inter de Milán y Ribery (min.34), Luiz Gustavo (min.88) por parte del Bayern de Múnich
Estadio: Giuseppe Meazza. Lleno.
Gran espectáculo el que han ofrecido Inter de Milán y Bayern de Múnich en el Giuseppe Meazza (0-1). Los dos equipos que se disputaron la Champions la temporada pasada saltaron al campo con la intención de saldar cuentas pendientes y, después de 89 minutos de gran fútbol, cuando más duele, Mario Gómez puso la primera piedra para la venganza alemana y complicó el futuro del actual campeón.
Ya en los saludos se palpaba la tensión. El Bayern, en busca de vendetta en territorio enémigo, estrechaba la mano al equipo que rompió sus sueños, plasmados en una camiseta trufada de los méritos conseguidos con Mourinho. Entre ellos, por supuesto, el logo de actual campeón de la Champions.
Con un estadio abarrotado y volcado sobre los alemanes, comenzó a rodar el balón para no parar. Aunque el Bayern trenzó mejor sus jugadas, nunca existió un dominador claro en todo el partido, un choque de trenes sin descanso con ocasiones continuas en ambas porterías. Con las estrellas de ambos equipos brillando con luz propia y con los porteros dando lo mejor de sí.
En definitiva, un partido casi perfecto que se decantó en el último suspiro con un gol de auténtico nueve de Mario Gómez, que cazó un rechace tras un potente disparo de Robben que no pudo atajar Julio César y supuso un auténtico mazazo para el Inter a falta de un minuto para el final del partido.
Trepidante intercambio de golpes
Parece mentira que tardase tanto en moverse el marcador cuando desde el primer minuto se vivieron ocasiones claras de gol. Fue Sneijder, el gran timón interista, el primero en llevar peligro a la portería rival. La primera jugada del encuentro finalizó con un pase del holandés para Ranocchia, que remató al primer toque, sorprendió a Kraft, pero el balón se marchó fuera.
El tempranero aviso del equipo 'nerazurro' no inquietó al Bayern de Múnich, que respondió con osadía, llevando todo su potencial contra la portería de Julio César, que tuvo bastante trabajo ante la intensidad de Müller en los primeros minutos de partido. Y si el espigado delantero era el encargado de culminar los ataques germanos, Luiz Gustavo sorprendió con sus envenenados disparos lejanos, que exigieron la máxima concentración de Julio César para evitar que el balón se colase en su portería.
Por parte interista, el ataque solo tuvo un nombre: Samuel Eto'o. El talismán de la Champions fue un puñal en la vanguardia local. Incontrolable en carrera, el camerunés se coló cuando y como quiso en el área de Kraft. En una de sus internadas, en el minuto 19, el exjugador del Barcelona pidió un penalti tras caer desestabilizado por un golpe de cadera de Tymoschuk.
Dos minutos después, de nuevo Eto'o abrió en canal la defensa alemana y asistió para Cambiasso, que recibió completamente solo, a un metro de Kraft. El joven portero germano desbarató el disparo del argentino, que remató contra el 'muñeco' y desperdició una gran ocasión. Sin descanso, el peligro se trasladó al área contraria con un remate al larguero de Ribéry, que remató contra la madera un fantástico centro de Robben, el jugador más incisivo de la noche por parte rojiblanca.
Mazazo de Gómez 'sobre la bocina'
No fue el único disparo al palo de los alemanes, que volvieron a tocar madera al comienzo de la segunda mitad, con un 'latigazo' de Robben después de una buena carrera desde la banda.
La mala suerte alemana también tuvo su reflejo en el Inter, que tuvo, de nuevo en las botas de Cambiasso, una ocasión franca de gol. De nuevo Eto'o la armó en el área. Controló con el pecho, la bajó y remató de volea para el lucimiento de Kraft, que dejó el balón muerto en el área para que Cambiasso la mandase a las nubes.
Se acercaba el final del partido y el Inter apretó los dientes para sumar al menos un tanto en casa. Apretó el Inter, con la vitalidad de Kharja y la inagotable fuerza de Eto'o, pero la crueldad se cebó con los interistas a falta de un minuto para el final. De nuevo Robben volvió a probar suerte con un chut lejano, que esta vez no pudo blocar Julio César y dejó a los pies de un rápido Mario Gómez, en el sitio justo y el momento justo para anotar el tanto de la victoria y silenciar a todo un estadio.