El calendario demuestra que las quejas de Mourinho no tienen fundamento
- Barcelona y Real Madrid han jugado los mismos partidos en sábado
- La principal responsabilidad para fijar horarios es de la Liga de Fútbol
- Al final pactan clubes, Liga, televisiones y la productora dueña de los derechos
Cuando las diferencias entre el Barcelona y el Real Madrid vuelven a situarse en siete puntos es comprensible que los blancos busquen cualquier pretexto para explicar la pérdida de puntos.
Es el caso del Real Madrid y José Mourinho, cuyas críticas recientes a la confección de los horarios de los partidos han provocado un vaivén de declaraciones en uno u otro sentido.
Sin embargo, analizando detenidamente los partidos pasados y los que vendrán, esta excusa queda sin fundamentos ya que tanto el Barcelona como el Real Madrid han disputado el mismo número de partidos en sábado a las 10 de la noche.
Por ejemplo, cuando se disputaba la tercera jornada de liga, arrancaba la Champions. El Barça jugó en martes y domingo, mientras que el Real Madrid lo hizo miércoles y sábado. Es decir, tuvo dos días menos de descanso. Pero la semana siguiente, fueron los blancos los que disfrutaron de un día más entre jornada de Champions y jornada de Liga.
Algo después, el Real Madrid jugó el martes en Liga de Campeones y el Barcelona, el miércoles. En este caso, los culés tuvieron un día menos antes del partido de liga del sábado.
Además el Barça llegó con un día menos de descanso al clásico. Y así una y otra vez, porque el calendario se empeña en demostrar que lo que unas semanas parece beneficiar al Barça, otras favorece al Real Madrid.
Los partidos que vendrán
Pero esta paridad también se da en los próximos encuentros. Este sábado, en la jornada 27, el Barcelona jugará el sábado contra el Zaragoza (20:00h) y el martes recibirá al Arsenal (20:45h, en partido televisado en La 1).
Una semana después, los de Mourinho jugarán el sábado en Liga (20:00h) en Santander y el miércoles en Champions en el Santiago Bernabéu (20:45h). En definitiva, que por muchas vueltas que se le quiera dar, ni unos ni otros pueden quejarse del calendario y eso a pesar de la disparidad de horarios.
Unos juegan a las ocho de la tarde del sábado. Otros a las diez de la noche ese mismo día. Algunos lo hacen a las cinco de la tarde del domingo. Los hay que juegan a las siete de la tarde del domingo. A las nueve de la noche se disputa un encuentro más, cuando ya expira el fin de semana. Y, por último, a las nueve de la noche del lunes, el choque que cierra la jornada.
En total, más de 48 horas de diferencia entre el partido que inicia una jornada y el que la cierra. Con lo apretado que está el calendario: Liga, Copa, Champions, selecciones nacionales... los entrenadores de los clubes punteros miden de forma milimétrica los esfuerzos de sus jugadores.
La polémica, destapada por Mourinho, ha hecho aflorar multitud de opiniones en todos los sentidos.
Por un lado, Butragueño cree que técnico blanco no pone el calendario como excusa mientras que en la ciudad condal Sandro Rosell señala que "Guadiola nunca se queja" y Dani Alves apunta a que "Mourinho no es llóron" sino "inteligente" y que con estas maniobras trata de quitar la presión sobre sus jugadores.
En cualquier caso, todo depende del color del cristal con que se mire.
¿Quién pone hora a los partidos?
Pero, ¿a quién corresponde la responsabilidad de fijar el horario de los partidos de la liga de fútbol? La pregunta no es fácil de responder, pues se trata de un complejo acuerdo a cuatro bandas.
Los primeros en fijar su posición son los clubes, que muestran a la Liga de Fútbol Profesional (LFP) sus preferencias de días y horas para la celebración de los encuentros en los que son locales.
En esta decisión interviene la competición o competiciones en las que se esté implicado y los acuerdos bilaterales que un club pueda tener con una televisión.
En segundo lugar está la LFP, que actúa según lo expresado por los clubes y también teniendo en cuenta el condicionante del calendario. Por ejemplo, teniendo en cuenta que dos equipos de la misma ciudad alternen su condición de local para que no coincidan.
A continuación se unen las preferencias de la productora dueña de los derechos de explotación, que tiene que cumplir los contratos firmados con las televisiones.
Y en el último escalón, pero en la mayoría de los casos el más importante, el deseo de las televisiones. El concepto horario estrella-audiencia es el que prima en este ámbito, con unas reglas de juego entre los agentes interesados. El canal en abierto es el primero en escoger y luego eligen los operadores privados, con algunas limitaciones, para no elegir partidos de equipos que la semana anterior hayan jugado Europa League para el encuentro del sábado o equipos que jueguen Champions para el partido del domingo.
En definitiva un compendio de intereses, muchas veces difíciles de aunar, que desde luego deja patente que las quejas de Mourinho no son más que intentos de justificar la distancia con el Barça.