Rory McIlroy, directo hacia la Chaqueta Verde en Augusta
- El golfista norirlandés sigue encabezando el Master tras el tercer día
- Los españoles Sergio Garía y Álvaro Quirós se desinflan
- Tiger Woods volvió a mostrar un juego gris con 74 golpes
Clasificación tras la tercera jornada:
1. Rory McIlroy (NIR) (65 69 70) 204.
2. Angel Cabrera (ARG) (71 70 67) 208.
.- Charl Schwartzel (RSA) (69 71 68) 208.
.- KJ Choi (KOR) (67 70 71) 208.
.- Jason Day (AUS) (72 64 72) 208.
6. Adam Scott (AUS) (72 70 67) 209.
.- Luke Donald (ING) (72 68 69) 209.
8. Bo Van Pelt (USA) (73 69 68) 210.
9. Bubba Watson (USA) (73 71 67) 211.
.- Ross Fisher (ING) (69 71 71) 211.
.- Fred Couples (USA) (71 68 72) 211.
.- Geoff Ogilvy (AUS) (69 69 73) 211.
.- Tiger Woods (USA) (71 67 74) 211.
...//...
23. ÁLVARO QUIRÓS (ESP) (65 73 75) 213.
24. M. ÁNGEL JIMÉNEZ (ESP) (71 73 70) 214.
La chapa con el nombre de Rory McIlroy sigue arriba, sin bajar en tres días de lo más alto de la tabla de resultados del Masters de Augusta, con cuatro golpes de ventaja y a sólo 18 hoyos de consumar la gesta.
Este joven golfista norirlandés, de 21 años, mantiene sus velas hinchadas, con el viento de popa y el timón fijo señalando el rumbo correcto. Todo indica que McIlroy, quien se desenvuelve como un veterano entre la muchedumbre arracimada en cada hoyo, ya cree firmemente en la victoria.
Mientras la mayoría sufre todo tipo de vicisitudes en Augusta, McIlroy ve pasar los días soleados siempre en vanguardia. Sigue sorteando obstáculo tras obstáculo sin inmutarse y devora rival tras rival sin pestañear.
En su estreno firmó 65 golpes (-7), los mismos que el español Álvaro Quirós, a quien despejó 24 horas después con 69 golpes.
Hoy tenía que soportar el empuje de Jason Day, Tiger Woods y KJ Choi, pero volvió a tocar el pedal del acelerador con sus 70 golpes y tomó una distancia de 4 sobre sus nuevos perseguidores: el argentino Ángel Cabrera, el australiano Day, el coreano Choi y el surafricano Charl Schwartzel.
Europa sin la Chaqueta Verde desde 1999
McIlroy es la esperanza europea para recuperar una Chaqueta Verde que no viaja al otro lado del Atlántico desde 1999, con el triunfo de José María Olazábal.
Europa confía en este joven norirlandés, aunque por momentos Augusta giró la mirada hacia Sergio García, quien con tres "birdies" en los primeros cinco hoyos se acercó a solo dos golpes de McIlroy.
El gas de García, en cambio, se acabó demasiado pronto. El español anda aún con la confianza quebradiza y en el 'Amen Corner' cavó su tumba: la serie 'bogey-doble bogey-bogey' entre el 10 y el 12 fue la sentencia que le hizo bajar 18 puestos, hasta el número 30.
El golf español perdió con García toda esperanza, pues Quirós hoy firmó 75 golpes y Jiménez unos interesantes pero insuficientes 70.
Por el contrario, el recambio generacional que encarna McIlroy pudo con todo. Ni un gesto torcido, ni un ademán de revisión de "swing" tras un golpe.
McIlroy camina firme, seguro por las calles de Augusta, sin haber hecho todavía tres "putts" en hoyo alguno pero también sin embocar uno de esos 'eagles' que hacen retumbar la tierra del cuidado jardín de este club.
En el hoyo 10 cometió su último error, pues hasta el final McIlroy embocó tres 'birdies' e incluso falló un último 'putt' de poco más de dos metros en el hoyo 18, que hubiese supuesto quizá la puntilla al torneo.
Aún así, McIlroy afrontará la última vuelta con una cierta holgura -4 golpes- sobre los cuatro hombres que le persiguen y de cinco con respecto al australiano Adam Scott y al inglés Luke Donald.
Entre McIlroy y ese grupo de seis jugadores saldrá mañana probablemente el dueño de la Chaqueta Verde, tras el juego otra vez pobre de Tiger Woods (74 golpes).
De los candidatos, solamente Cabrera sabe lo que es ganar títulos de 'Grand Slam' (Open estadounidense de 2007 y Masters de 2009).
El argentino, de 41 años, igualó hoy la mejor cartulina (67 golpes), con un solitario 'bogey' en el hoyo 10, y se aproxima a enfundarse su segunda Chaqueta Verde ayudado, en ese hipotético caso, por Phil Mickelson, el defensor del título ya descartado por su limitada brillantez (71 golpes).