Dos goles argentinos dan la victoria al Zaragoza
- El conjunto maño se ha impuesto al Getafe 2-1
- Los madrileños se quedaron con diez hombres por una lesión de Manu del Moral
Ficha técnica:
2 - Real Zaragoza: Doblas; Diogo, Lanzaro, Da Silva, Obradovic; Ponzio (Jorge López, min.69); Boutahar (Lafita, min.86), Gabi, Bertolo; Ánder Herrera (N'Daw, min.75) y Uche.
1 - Getafe: Ustari; Torres, Cata, Marcano, Mané; Boateng, Casquero (Arizmendi, min.81); Ríos (Sardinero, min.46), Miku (Parejo, min.69), Manu; y Colunga.
Goles: 1-0. Min.14, Ponzio; 2-0. Min.35, Bertolo; 2-1. Min.46, Casquero.
Árbitro: Estrada Fernández. Amonestó con cartulina amarilla a Doblas y Gabi por el Real Zaragoza, y a Marcano, Casquero y Boateng por el Getafe.
Incidencias: partido correspondiente a la trigésima primera jornada disputado en el estadio de La Romareda ante unos 25.000 con terreno de juego en buen estado y tarde agradable con viento. El presidente del Getafe, Ángel Torres, fue recibido con una fuerte pitada por la polémica por el pagaré devuelto por el Real Zaragoza por el fichaje de Ikechukwu Uche
Dos goles de los argentinos Leo Ponzio y Nico Bertolo han dado la victoria al Zaragoza, que sabe que debe apuntalar la salvación en su campo, ante un Getafe que sale de la capital aragonesa preocupado por su vertiginosa caída.
El fútbol únicamente existió en el primer tiempo en la que los zaragocistas fueron muy superiores a su adversario, pero el gol de Javier Casquero en los segundos previos al descanso dio vida al Getafe.
Ambos equipos saltaron al terreno de juego sabiendo la imperiosa necesidad que tenían de sumar los tres puntos para alejarse de la zona de peligro, aunque eran los locales los que veían las cosas con más claridad.
Los hombres de Javier Aguirre se asentaron bien sobre el terreno de juego ante un rival excesivamente dubitativo que veía como antes de cumplirse el primer minuto de partido los locales ya le habían creado una ocasión de peligro.
Los zaragocistas exhibieron el arma de la anticipación y una notable capacidad de combinación para superar a un adversario que no sabía cómo frenarles.
Al cuarto de hora de juego, Leo Ponzio recibió un balón sin que ningún defensor getafense le presionase y con un potente disparo desde 25 metros colocó el balón en el fondo de las mallas de la portería del argentino Óscar Ustari.
Al equipo de Míchel González le costaba mucho llegar hasta las inmediaciones del área de Toni Doblas y la primera oportunidad llegó cerca de la primera media hora con un remate del exzaragocista Adrián Colunga que se estrelló en la mano de Diogo y se fue a córner. El lanzamiento de esquina muy cerrado creó un lío dentro del área maña que se resolvió favorablemente a los intereses locales.
Jugando a la contra, los zaragocistas metían una y otra vez en problemas hasta que el exgetafense Uche recibió un balón que condujo hasta el borde del área y le dejó el balón a placer a Bertolo que sólo tuvo que empujar fuera del alcance de Ustari.
El partido estaba donde querían los locales ante un rival que apenas había dado síntomas de peligro hasta que, ya dentro del único minuto que amplió el colegiado, Manu colgó un balón que ningún zaragocista acertó a despejar y llegó a los pies de Casquero que marcó y dio vida al enfrentamiento.
Juego de ida y vuelta
El gol revitalizó a los madrileños que salieron con nuevos bríos ante un rival al que el descanso, lejos de tranquilizarlo, lo devolvió al césped muy descentrado.
El enfrentamiento se tornó bronco y las entradas a destiempo se sucedían, con los madrileños desenvolviéndose mejor y viendo que por esos derroteros podían sacar algo positivo. El juego era un ida y vuelta, aunque unos y otros carecían de claridad de ideas para acercarse con peligro hasta la portería rival.
Hubo que esperar casi un cuarto de hora para las primeras llegadas con peligro por parte de ambos equipos.
Las cosas se complicaron un poco más paraJavier Aguirre con una inesperada lesión de Ponzio, el hombre que estaba sujetando a su equipo en la parcela central.
A falta de ocho minutos, Míchel González que acababa de hacer el último cambio con Javier Arizmendi, vio como su equipo se quedaba con diez hombres sobre el terreno de juego al sufrir una lesión muscular Manu del Moral tras un disparo lejano.
En la recta final, la tensión se cortaba en el ambiente, los puntos en juego valían su peso en oro, y ambos sabían que no podían fallar. La moda de echar balones al terreno de juego se reprodujo en Zaragoza ante la desesperación de los madrileños que se veían impotentes para al menos arañar un punto.