El Cajasol rompe los pronósticos y se planta en la final de la Eurocup
- Los sevillanos han derrotado 63-75 al Benetton de Treviso
- Este domingo se enfrentan en la final al Unics Kazan
63- BENETTON TREVISO: Smith (8), Markovic (13), Skinner (6), Motiejunas (4) y Gentile (6) -cinco inicial--; Bulleri (15), Peric (9) y Brunner (2).
75 - CAJASOL: Satoransky (6), Triguero (7), Bullock (14), Kirksay (16), Katelynas (10); -- cinco inicial-- Paul Davis (14), Sastre, Urtasun (3), Cabanas, Calloway (1) e Ivanov (4).
PARCIALES: 16-22, 17-18, 17-16, 13-19.
ARBITROS: V. Drabikovsky (Ucr), S. Herceg (Cro) y O. Latisevs (Lit). Eliminados por faltas personales a Perci, Mont
PABELLON. Palaverde. 5.300 espectadores.
El Cajasol rompió este sábado los pronósticos al derrotar (63-75) en semifinales al equipo anfitrión de la 'Final Four' de la 'Eurocup', la Benetton de Treviso, que partía como favorita tanto por el hecho de jugar en casa como por sus mayor palmarés europeo, lo que no impedirá que los del Pabellón San Pablo peleen este domingo por el primer título de su historia, en la gran final que le enfrentará al Unics Kazan, líder de la Liga rusa, que se deshizo, a su vez, del Cedevita Zagreb.
Los sevillanos demostraron desde el mismo inicio una tremenda personalidad. Sin concesiones al rival y planteando un juego basado en el ataque, los hombres de Joan Plaza fueron siempre por delante en el luminoso, avisando de paso, con los triples de Bullock y Satoransky, que la Benetton no debía descuidar ni un sólo centímetro de la cancha.
Porque los italianos parecieron trastocados con el atrevimiento de su adversario, Ni siquiera su mejor jugador y consolidado 'artillero' de esta 'Eurocup', Smith, acertaba a crearle problemas a los andaluces, siempre bien tapado por Kirksay --inmenso su partido-- y Sastre. Así, aupado por los gritos de 'sí se puede' de los 300 'espartanos' hispalenses que arrastraban a la marea de 'tifosi' del Palaverde, el Cajasol acabó el primer cuarto seis arriba (16-22) y dando sensación de tener gasolina para rato.
Y vaya si fue así, porque la pareja Bullock-Davis era imparable para la Benetton, cada vez más autopresionada por el deber de ganar el trofeo del que era anfitrión. A los 13 minutos empezó a intuirse que lo mejor para el Cajasol estaba por llegar, cuando Bullock, inapelable en los lanzamientos libres, ponía una distancia de 9 puntos (19-28).
Aturdidos, los jugadores de la Benetton no reaccionaban, entre otras cosas porque, pese a la aportación e Marokovic, su principal puntal, Smith estaba completamente anulado y sólo era capaz de anotar en tiros libres. Mediado el segundo cuarto, Smith situaba al Cajasol con una renta máxima de 14 puntos (22-36).
Entonces reaccionaron los locales, coincidiendo con una bajada de la intensidad atacante de los sevillanos, que fallaron cuatro ataques consecutivos. La Benetton tocaba a rebato y, con Skinner y Peric como heraldos, tomó la ofensiva y dejó el marcador en 33-40 al descanso.
La reanudación comenzó con Katelynas anotando un triple que avisaba de nuevo sobre las intenciones del Cajasol de no ceder terreno. Porque los de Plaza, con una defensa férrea y sin perder comba arriba, volvieron a poner tierra de por medio con un 35-48. Tan sólo el veterano Bulleri tiraba del carro de los italianos, que flaqueaban clamorosamente en el perímetro.
El hundimiento de la Benetton se verificó a los 27 minutos, con una técnica a su entrenador, Repesa, y la cuarta personal de Bulleri, tras las que el Cajasol se colocó con un 40-55 que parecía inapelable. Pero justo entonces, coincidiendo también con la vuelta a cancha de Peric, comenzó a funcionar el tiro de tres de los transalpinos y Markovic y Smith recortaban hasta los 6 puntos (50-56).
Sin embargo, en el cuarto definitivo la Benetton, sencillamente, quiso pero no pudo, porque enfrente Bullock, Kirksay y Davis le cortaron las alas en los momentos decisivos en los que tuvo visos de remontar el vuelo. En fin, una técnica de Peric liquidó las últimas expectativas italianas a minuto y medio para el toque de bocina, que dio paso a un Domingo de Ramos que puede ser inolvidable para la parroquia cajista.