El desquite de Iker y Cristiano
- Casillas consigue el único título que faltaba en su currículum
- Ronaldo borra las críticas con un gol que le da su primer título de blanco
- El Madrid vuelve a ser rey | Barcelona 0-1 Real Madrid | Especial Copa
El capitán y la estrella. El canterano y el fichaje mediático. Iker Casillas y Cristiano Ronaldo. Dos nombres para el regreso del Real Madrid a la senda de los títulos. Uno evitó la derrota y el otro certificó la victoria más esperada por el madridismo. La Copa del Rey ha regresado a las vitrinas del Bernabéu 17 años después y ha acabado con la hegemonía del Barcelona.
Un título especialmente significativo para Iker Casillas, que completa su brillante currículum con el único título que le faltaba. Tanto a él como a Florentino Pérez, el presidente de la nave blanca. Ambos han saboreado con mayor intensidad el triunfo en Mestalla, donde el mostoleño ha sucedido a Sanchís en el palco, al recibir el trofeo de las manos del Rey Juan Carlos.
Hacía mucho que el equipo merengue no conseguía un título que no poseen mitos del madridismo como Raúl, que se marchó sin poder levantar un trofeo practicamente despreciado en la casa blanca hasta la llegada de Mourinho, que ya ganó la Copa en Portugal, Inglaterra e Italia. De hecho, una de las decisiones del portugués fue alinear a Casillas en la competición copera, porque se trata, según él, de un torneo "para los españoles".
Este guiño de Mou a su capitán se lo ha devuelto el meta con una final impresionante, con seis minutos mágicos en los que mantuvo a flote a su equipo en los mejores momentos del Barcelona. Primero sacó un disparo de Messi (74'), después una vaselina de Pedro (75') y apareció una vez más providencial para detener un chut de Iniesta (80'). Nadie tenía más hambre de Copa que él.
Cristiano se desquita con su primer título de blanco
Aunque para ganar la Copa no era suficiente con no encajar. El 0-0 llevó el partido a la prórroga y todos los ojos estaban pendientes de Cristiano Ronaldo. El 'crack' portugués tenía ante sí su primera oportunidad de conseguir un título con la camiseta del Madrid y, sin embargo, estaba lejos de su mejor partido.
Lento, errático y demasiado desconectado, CR7 no consiguió culminar los balones que le surtió Özil hasta que sus pulmones se lo permitieron. Disparaba sin convicción, los defensas azulgranas se le adelantaban en sus acciones y su actitud alimentaba a las voces que le critican su falta de comrpomiso en los partidos importantes.
Sin embargo, cuando las fuerzas comenzaron a flaquear en los demás renacieron en Cristiano, que avisó en el minuto 96 dejando atrás a Adriano y lanzando un obús que pasó muy cerca del palo de Pinto. El gaditano respiró al ver el balón fuera, pero no pudo hacer lo mismo seis minutos después. Entonces la carrera fue de Di María, que envió un balón teledirigido a la cabeza del portugués y éste envió el esférico a la red con un cabezazo de libro.
Un tanto que vale un título, que se lleva de un plumazo las críticas y que prepara el camino para el título fetiche del madridismo, la Champions. Será dentro de una semana, de nuevo frente al Barça en el Bernabéu y en el tercer asalto de un carrusel de clásicos en el que, por el momento, ha tomado ventaja un Real Madrid espoleado por su capitán y por su estrella.