Grande Seve
- Todos los que amamos el golf le debemos algo a Severiano Ballesteros
“A ver cuándo vienes a casa a comer una paella, para cuando comience el buen tiempo”. Hace solo unos días Severiano Ballesteros todavía hacía planes para compartir como decía él un buen rato de risas con los amigos, “lo pasaremos bien”.
Esa era una de sus obsesiones en las últimas semanas, incluso en los últimos meses, reírse, evadirse de lo que era un hecho irremediable, el final de su último partido. Hasta aquí ha llegado el 'mulligan', la segunda oportunidad que le ha dado la vida.
Todos los que amamos el golf le debemos algo a Severiano Ballesteros. Con él aprendimos que este deporte es por encima de todo un mundo de sensaciones, de magia. Seve fue el gran mago, el hombre que puso al golf europeo en el mapa mundial. Sus “severianadas” quedarán para siempre en el repertorio de golpes imposibles en la historia del golf.
Hace unos meses en Pedreña tuve el orgullo de compartir con él un momento inolvidable, su encuentro con un nutrido grupo de jugadoras profesionales de toda Europa.
Sin cámaras, sin testigos, golf en estado puro. Aquel día a Seve le brillaban especialmente los ojos, estaba feliz de poder reencontrarse con su gente y compartir con ellas su manual. Muchas de aquellas jugadoras reconocieron que habían vivido uno de los momentos más inolvidables de sus vidas al escuchar en boca del propio Seve algunos de sus secretos.
Recuerdo cuando una jugadora le preguntó qué sintió al ganar su primer Masters, al vestirse su primera chaqueta verde. Seve contestó, “nada, porque el Masters ya lo había ganado en el hotel”. Así era Seve, un gran luchador y lo ha sido hasta el final, hasta que ese maldito tumor ha puesto fin a su pelea por la vida.
Seve se nos ha ido, pero como todos los grandes genios nos queda para siempre su gran legado.