El Real Madrid se queda fuera de la final, barrido por la intensidad del Maccabi
- El Maccabi, finalista de la Euroliga al ganar (82-63) con autoridad al Real Madrid
- El equipo español estuvo falto de ritmo y solo Felipe Reyes mantuvo el nivel
- El Maccabi impuso su mayor intensidad y se medirá al Panathinaikos en la final
- Todos los detalles y estadísticas del Maccabi - Real Madrid en RTVE.es
Ficha técnica:
82 - Maccabi Tel Aviv (14+18+23+27): Pargo (13), Eliyahu (1), Pnini (14), Eidson (19) y Schortsanitis (16) -equipo inicial-, Hendrix (6), Sharp (3), Blu (10), Burstein y Macvan.
63 - Real Madrid (12+17+18+16): Tomic (17), Prigioni (9), Reyes (15), Suárez (8) y Llull (9) -equipo inicial-, Mirotic, Rodríguez, Fischer (2) y Tucker (3).
Árbitros: Luigi Lamonica (ITA), Christos Christodoulou (GRE) y Zoran Sutulovic (MNE). Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a la segunda semifinal de la Euroliga disputada en el Palau Sant Jordi de Barcelona ante 16.008 espectadores
El Real Madrid ha perdido (82-63) con el Maccabi de Tel Aviv y se ha esfumado así la posibilidad de llegar a la final de la Euroliga de baloncesto, 15 años después. El bajo porcentaje de acierto madridista, la mayor intensidad en el juego alcanzada por el Maccabi y una segunda parte, en la que los israelíes hicieron valer su experiencia, acabaron con las posibilidades del Real Madrid de luchar por su noveno título europeo. [Todos los detalles del Maccabi - Real Madrid]
Con Aplomo
Oficialmente, el Real Madrid jugó de visitante, no podía ser de otra forma, en el Palau Sant Jordi de Barcelona que, plagado de aficionados con la camiseta amarilla del Maccabi, más pareció el Nokia Arena de Tel Aviv.
Sin embargo, el equipo madrileño planteó un inicio con defensa muy seria, buena conducción de Sergio Llull y apoyado en el poderío de los rebotes de Felipe Reyes y Ante Tomic. Con esas armas logró un resultado favorable de 8-5 en los primeros cinco minutos y evitó que los isralíes llevaran el rumbo del encuentro por donde querían.
El partido tardó en romperse, los del Maccabi lograron equilibrarlo, gracias a una defensa en zona y rápidas transiciones, e incluso llegaron con ventaja de dos puntos (14-12) al final del primer cuarto, en el que destacó el duelo de Tomic con el fornido Schortsanitis.
Esos triples
El Real Madrid sangró por los seis triples que realizaron con precisión los amarillos, en especial Pnini y Blu. El Maccabi consiguió un parcial de 14-4 y Molin tuvo que pedir tiempo muerto, para impedir la sangría.
Sergio Llull ejerció de coagulante y Felipe Reyes de hilo de seda, con el que el entrenador blanco cerró una herida que pudo dejar al Madrid prematuramente fuera de toda opción. A tres minutos y medio del descanso, el marcador volvió a mostrar un empate, esta vez a 24 puntos.
Fue lo más positivo de un segundo cuarto en el que el Maccabi tuvo en Pnini y Schortsanitis sus mejores bazas. Los de David Blatt superaron sus nervios antes que el Real Madrid, que no obtuvo buen ritmo de ataque. Y a pesar de todo al descanso se llegó (32-29) con todas las posibilidades abiertas.
Secundar a Reyes
El problema para el Real Madrid fue encontrar quien secundara a un Felipe Reyes, que estuvo muy por encima de sus compañeros. Sin embargo, el Maccabi salió lanzado en el segundo tiempo, con triple de Eidson y velocidad en ataque para llegar a tener un 40-32 en los tres primeros minutos.
El Maccabi destrozó en la segunda mitad a los blancos - que este viernes vistieron de negro - en la que les metió 50 puntos y aprovechó la falta de experiencia de los madridistas en estas lides.
Entre Prigioni y Llull, que lograron dos triples seguidos, más Carlos Suárez y Tomic, además de Reyes, la pugna fue terrible para no perder el rumbo del encuentro. El equipo español forzó el uno contra uno en los ataques del Maccabi, en los que Pargo hizo daño, y pudo luchar con la misma arma de los triples que su rival.
Sin embargo, al Real Madrid le faltó un mayor grado de agresividad defensiva y, sobre todo, ofensiva en esa segunda mitad, donde se echó muy en falta la aportación de Tucker. Una agresividad defensiva que si forzó el Maccabi, con ventaja siempre, y presión por toda la pista al final del tercer cuarto, al que se llegó con 55-47.
El Madrid cogió muchos rebotes, pero falló muchos tiros, con un bajo porcentaje de acierto, poco más del 30 por ciento, la final se alejaba paso a paso. Nadie paraba a Pargo ni a un Maccabi mucho más metido en el encuentro.
Una cuestión de ritmo
Y así siguió en el último cuarto, con dos triples de Eidson y Pargo el Maccabi se fue a un 63-49... y ahí se acabó el partido. Nadie pasó a secundar a Reyes y además hubo jugadas, como el triple de Eidson, en las que el equipo israelí intentó por tres veces consecutivas el tiro de tres, mientras los madridistas miraban impotentes.
De forma paulatina, el Maccabi torpedeó a su rival, sin bajar el nivel de juego y amplió su ventaja hasta los 15 puntos a falta de cinco minutos. La intensidad que pusieron los de amarillo, que a pesar de su situación mantuvieron la presión por toda la cancha, fue muy superior a la del Real Madrid.
El resto del encuentro ya fue un festival para los aficionados israelíes y un auténtico calvario para los madridistas. 15 años después, la final de una Euroliga volvió a quedar fuera de su alcance. El título logrado en 1995 seguirá, de momento, como el último europeo logrado por el Real Madrid.