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Con el puño cerrado...

Por
Prisma: Severiano Ballesteros

Hoy aún vemos su silueta, convertida en logotipo personal y empresarial, con el puño en alto celebrando su triunfo en St. Andrews. ¡Qué tremenda emoción!

Un último 'putt' que embocó en su segundo British Open, con un dramático final ante Tom Watson en el Old Course de St. Andrews en 1984, como dramático ha sido su lento caminar desde que en 2008 sufriera un tremendo golpe que le hizo pasar por quirófano y volver a levantarse, con rabia pero con serenidad y, siempre, con su puño cerrado en alto.

No fue fácil resistirse a la incómoda realidad. No ser el de hace unos años, no pasar el corte en un torneo, no poder competir tampoco en el Senior Tour con otros veteranos jugadores, abandonar tu sueño, en definitiva.

Comentaba Seve en una entrevista con El País hace siete años que "mi leyenda depende de la memoria de la gente". Ciertamente guardaremos en nuestra memoria lo mejor del talento más espontáneo que hemos visto en esto del golf. Talento que ha forjado una leyenda que maravilló a Europa y Estados Unidos cuando sin cumplir los 17 años se hizo profesional y empezó una de las más brillantes carreras deportivas de nuestro país, premiada en 1989 con el Príncipe de Asturias.

Tres Open Británico (1979-1984-1988), dos Masters de Augusta (1980-1983) y decenas de torneos conquistados en el tour europeo o americano, además de galardones y distinciones que le señalaron en el año 2000 con el mejor deportista español del siglo XX, se quedan en nada ante su grandeza en el campo, su desbordante imaginación para golpes imposibles, su liderazgo innato, su empuje y ánimo con los compañeros.

Su llegada trajo aire nuevo, frescura y sencillez a un deporte que, por tradición, se ajustaba a las reglas de un club que se llama a sí mismo "real y antiguo".

Desde su incorporación al equipo de la Ryder Cup, anteriormente sólo compuesto por jugadores británicos, Europa volvió a recuperar el trofeo tras muchos años de decepción y derrotas ante los estadounidenses. Él fue el culpable de que por primera vez esta competición se celebrará en el continente, en 1997, en el campo de Valderrama y él capitaneó al combinado europeo que consiguió uno de sus más celebrados triunfos.

Qué facil es repasar una brillante y exitosa trayectoria y qué dificil será acostumbrarnos a no volver a ver su imagen en un campo de golf, con un palo en una mano y el puño cerrado en alto.

Hasta siempre, Seve.