Nadal logra su sexta final en Roland Garros
- Victoria del español sobre Andy Murray por 6-4, 7-5 y 6-4
- Jugará contra Federer, ganador contra pronóstico ante Djokovic
- Así lo hemos narrado (Samuel A. Pilar) | Datos y estadísticas
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Rafa Nadal tiene su sexta final de Roland Garros tras batir a Andy Murray en un encuentro que fue disputado a pesar de resolverse en tres sets, por 6-4, 7-5 y 6-4 en más de tres horas de juego. [Así te lo hemos narrado | Así te lo hemos narradoDatos y estadísicas.
El número uno español sujeta un asa de la que puede ser su sexta Copa de los Mosqueteros, las mismas que logró Bjon Börg. El otro asa lo sujeta un renacido Roger Federer que corta la racha de victorias de Djokovic.
Después de un inicio de torneo titubeante, Nadal ha dado muestras de grandeza en las dos pruebas más exigentes hasta la fecha, que casualmente es la de su 25º cumpleaños. El de Manacor metió la quinta velocidad ante Soderling, quinto de la ATP, y pisó el acelerador contra Murray, cuarta raqueta mundial.
Dos jugadores con estilos opuestos: Nadal, ritmo constante y juego desde el fondo; Murray, constantes cambios de ritmo con dejadas y subidas a la red. Ganó el primero gracias a la constancia que caracteriza al español. Al final del partido el público francés -no tan hostil como otros días- le cantó el "Happy Birthday" ("cumpleaños feliz").
El primer set fue un reflejo del nivel de ambos en lo que va de torneo. Rafa se puso muy pronto por delante gracias a dos 'breaks' consecutivos, pero regaló uno cuando servía para cerrar el parcial y a punto estuvo de verse igualado en la segunda oportunidad.
Murray levantó situaciones difíciles contra Troicki y contra Chela, dos avisos para no darle por muerto. Lo parecía después de una rotura en el tercer juego para Nadal y después de que el español salvara hasta tres puntos de 'break' en su siguiente servicio.
Un juego muy largo, en el que Murray lo intentó de todas las formas, pero se encontró con la mejor versión del día del manacorense, muy cómodo con su 'drive' y con su defensa desde el fondo de la pista. Parecía sentenciado con un 5-2 y saque para Nadal, pero uno no se puede fiar del de Dunblane. Más aún si le regalas tres errores no forzados en tu saque.
Rafa no se descompuso y esperó a la siguiente ocasión, pero Murray le levantó dos bolas de set y en el 'deuce' disfrutó de otras dos de rotura, que tuvo que salvar Rafa para poder cerrar la manga. Lo logró, esta vez, sí gracias a que el nivel del escocés con su revés no era el de otros días.
Nadal frena los intentos de Murray
Con errores o sin ellos, lo que estaba claro era la igualdad entre ambos contendientes. El partido se jugaba de poder a poder y no había un dominador claro en el ecuador. Tan pronto defendían con solvencia su servicio, como al inicio del segundo set, como se lo quitaban de las manos. Así ocurrió a partir del quinto juego con cuatro 'breaks' consecutivos, dos para cada uno.
Más de una hora de parcial (72 minutos) que finalmente se decidió del lado de Nadal, gracias a la constancia del español, que no se vino abajo con su derecha, cosa que sí hizo Murray.
No obstante, el manacorense tuvo que forzar hasta una tercera pelota de rotura en el undécimo juego para minar las defensas del escocés. Lo hizo con su enésimo 'drive' paralelo a la línea. Tocaba sacar para rematar la faena y la imagen del 'ave Fénix' Murray se vino abajo con cuatro errores consecutivos.
Tomó nota Rafa para el siguiente set. Empezó rompiendo el servicio de su rival y consolidando con su saque en el segundo juego. A partir de ahí, Murray atacó todos los saques del español, menos el definitivo. El de Dunblane, a tumba abierta, tuvo a su disposición pelotas de 'break' que tuvo que salvar Nadal. En total, Murray dispuso de 18 pelotas de rotura en todo el partido, de las que solo aprovechó tres.
Nadal no se descompuso, aunque bajó un poco el pistón cuando se veía con ventaja. Pero en el décimo juego de la manga no dio opción a la sorpresa. No hubo una nueva ocasión para Murray, que vio impotente como el vigente campeón cerraba el partido con autoridad para plantarse en la final y enviar un aviso a su futuro rival.