Millonarios del fútbol, los petrodólares contraatacan no siempre para bien
- Manchester City y Fulham han cosechado éxitos tras inversiones millonarias
- El Portsmouth y el Alavés acumularon grandes deudas por la mala gestión
- El Racing, el Getafe y el Málaga están ahora en manos de grandes magnates
Con mansiones, yates y aviones privados en su haber, la última moda entre los multimillonarios es comprar un club de fútbol.
Lo que comenzó como una excentricidad de los jeques árabes se está generalizando y cada vez que un equipo tiene problemas financieros se escuchan nombres de millonarios dispuestos a solucionar sus deudas.
Es el caso del Getafe, el Málaga o el Racing de Santander, tres clubes españoles en manos de grandes fortunas foráneas, pero el mayor ejemplo es el Manchester City.
El conjunto inglés fue adquirido en 2008 por el jeque Mansour bin Zayed Al Nahyan por un montante de 250 millones de euros.
El magnate, miembro de la familia real de Abu Dhabi, ha invertido en tres años 480 millones de euros en fichajes y aunque solo sea por los petrodólares, el proyecto deportivo parece que funciona.
Con este dinero llegaron jugadores como Robinho (43 millones), Tévez (29 millones) o Silva (29 millones) y poco a poco, a base de millones, ha logrado crear un equipo competitivo, que ha obtenido el tercer puesto en la Premier y la FA Cup 2010-11.
Además, cada verano, el City es noticia por sus propuestas desorbitadas a futbolistas como los 23 millones que pagarían a Cristiano Ronaldo, según el Sunday Mirror.
El Fulham fue el primero
Pero antes que el City, el Fulham es otro ejemplo de cómo los millones pueden cambiar la tónica deportiva de un equipo.
En 1997 el multimillonario Mohamed Alfayed invirtió una parte de su fortuna en comprar este club londinense que acababa de ascender a la Segunda División inglesa.
Entonces, el rico empresario auguró que en cuestión de cinco años el equipo ascendería a la Premier League, pero se quedó corto.
Siguiendo el consejo de Cantoná fichó a Jean Tigana para que llevara las riendas del equipo. El técnico francés, que cobró un millón de libras por temporada, consiguió que el Fulham subiera a la máxima categoría del fútbol inglés en la temporada 2000-01, es decir, solo cuatro años después.
Desde entonces, y gracias a los millones, el Fulham ha conseguido sus mayores glorias deportivas. En 2002 se proclamó campeón de la Copa Intertoto de la UEFA y la temporada pasada fue subcampeón de la Europa Lague, tras perder la final ante el Atlético de Madrid.
El Portsmouth y el Alavés, malas experiencias
Pero no todos los casos de clubes en manos de millonarios tienen buenas experiencias. En 2009, el Portsmouth inglés fue comprado por el empresario de Dubai, Sulaiman Al Fahim que prometió en su presentación "gastar más dinero que el Manchester City".
Sin embargo, la realidad fue muy distinta. La gestión fue anárquica y no invirtió en el club ni una sola libra. Un año después, el Portsmouth se convirtió en el primer club inglés insolvente en la historia de la Premier y terminó descendiendo al no poder hacer frente a los 80 millones de euros de deuda.
Unos años antes, el Deportivo Alavés también quedó muy perjudicado con una experiencia parecida.
En 2004 el empresario ucraniano Dimitry Piterman compró el club vitoriano y un año después consiguió el ascenso a Primera.
Esta fue la única alegría que Piterman dio a la afición albiazul, ya que tras cuatro años de gestión la deuda del equipo se multiplicó por tres, hasta alcanzar los 23 millones de euros.
El Racing de Santander, en manos de millonarios
Pero Piterman ya era conocido en la Liga española tras su paso por el Racing de Santander. En 2003, el multimillonario empresario compró el 24% de las acciones del club y destacó, entre otras cosas, por sus deseos de entrenar, algo que hacía desde la sombra con Chuchi Cos en el banquillo.
El equipo terminó salvándose, después de coquetear con el descenso y la siguiente temporada Piterman salió del club, dejando un nefasto recuerdo.
Algo similar es lo que está ocurriendo ahora en el Racing de Santander. En enero, el millonario indio Ali Syed compró el Racing asegurando que llevaría al equipo "al mayor nivel de éxito en España y Europa" pero seis meses después las relaciones están más tensas que nunca.
Syed afirma que quiere seguir al frente del club aunque no ha pagado el segundo plazo de un crédito de 7 millones de euros, que debe la entidad, ni la deuda contraída con los jugadores.
De hecho el Gobierno cántabro ha tenido que intervenir tomando acciones del Racing como medidas de garantía para que el equipo no tenga que acogerse a la Ley concursal.
Así pues, tras estas dos experiencias los aficionados racingistas no deben tener muy buen concepto de los magnates que invierten en el fútbol.
Málaga y Getafe, en manos de jeques árabes
Además del Racing, en la Liga española hay otros dos clubes en manos de grandes fortunas. El último de ellos es el Getafe, que fue comprado por el Royal Emirates Group a finales de abril.
El grupo inversor, con sede en Dubai, adquirió el 99'3% del club madrileño, y aunque el presidente de la entidad, Ángel Torres, desveló que invertirían 130 millones de euros, de momento no hay nada trascendente más allá de la compra.
Otro club en manos de los petrodólares es el Málaga y en este caso el dinero invertido en el club sí se deja ver.
El jeque Abdalá bin Naser al Thani compró el Málaga CF el verano pasado y comenzó a hacer un equipo a golpe de talonario. Pellegrini, Baptista, De Michelis, Asenjo o Maresca son algunos de los que han llegado al club bajo su mandato esta temporada, pero el qatarí no se conforma con eso.
Para la próxima campaña ya ha fichado a Van Nistelrooy y parece que el acuerdo con Toulalan está muy cerca.
La locura se ha desatado entre los aficionados del Málaga que en pocas horas agotaron los abonos del próximo año. Ahora queda por ver si con ese dinero se pueden conseguir éxitos deportivos, o como ha ocurrido en otros casos, terminarán arrepintiéndose de la llegada de estos millonarios al fútbol.