Cyrille Guimard, el hombre que revolucionó el ciclismo
- Dirigió con mano firme a las últimas figuras del ciclismo francés
- Cyrille Guimard ganó siete veces el Tour: con Hinault (4), Fignon (2) y Van Impe
- Un director de los de antaño, que aún detecta jóvenes talentos de este deporte
- Repasa lo mejor de la historia del Tour de Francia
Cyrille Guimard es una de esas personas sin las cuales el deporte de la "pequeña reina" habría sido distinto. Si Cyrille Guimard no hubiese sido humano, habría sido bicicleta o rueda... o mejor... manillar, por su capacidad innata para dirigir. No en vano es el segundo hombre que más veces ha ganado el Tour de Francia al volante del coche de director, solo superado por el binomio Johan Bruyneel- Lance Armstrong.
Un hombre de carácter
Nacido en 1947, Cyrille Guimard comenzó su carrera de director con 29 años. Fue cocinero antes que fraile y, como corredor logró 94 triunfos, entre los que destacan siete victorias de etapa en el Tour y dos, más la clasificación de los puntos y la combinada, en la Vuelta a España de 1971.
Guimard forjó su personalidad trabajando desde muy joven como ajustador en los Astilleros del Atlántico de Saint Nazaire, por cuya puerta pasó el Tour en su tercera etapa. Acostumbrado a esa vida dura, su fuerte carácter le llevó a tener grandes enfrentamientos con sus corredores.
Así le pasó en especial con sus dos mejores pupilos, Hinault y Fignon, hombres tan recios como él mismo. Hinault lo definió: "Guimard y yo teníamos una compenetración perfecta y realizamos muchas de nuestras ambiciones, incluso si nos enfrentamos después".
También cuando en el Tour de 1976 amenazó a Lucien de Van Impe con echarlo a la cuneta con su coche, si el belga no se lanzaba al ataque para arrebatarle la carrera a Joop Zoetemelk.
Y, sin embargo, todos ellos lo acabaron reconociendolo como el mejor director que habían tenido. Así, el corredor belga dijo de él: "Cyrille fue uno de los mejores directores que he tenido. No se si habría ganado el Tour sin él. No hay otro mejor para motivar a un corredor". Van Impe, lo resumía: "Pero Guimard, es Guimard".
El técnico debutaba esa temporada del 76 como director del equipo Gitane- Campagnolo. Era el heredero del conjunto Sonolor- Lejeune, dirigido por el mítico Jean Stablinski, ganador de la Vuelta 1958, campeón mundial en 1962 y descubridor de Van Impe y de Bernard Hinault. Y aún más allá en la historia del ciclismo, Guimard recogió la tradición del singular Raphael Geminiani, el director de Anquetil.
La época dorada
En 1978, Renault compra la fábrica de bicicletas Gitane y el equipo pasa a llevar la marca del principal patrocinador, con el que Guimard, y el ciclismo francés, conocerán sus años dorados. En siete años, el equipo Renault gana seis Tours de Francia: cuatro con Hinault, en los años 78, 79, 81 y 82, y con el joven Laurent Fignon, en el 83 y el 84.
En esa época Guimard está en la cima, al mando del equipo ciclista más poderoso y laureado del mundo. Hinault triunfa también en la Vuelta a España, en el 78 y el 83, y en el Giro de Italia del 80 y del 82. Además, Hinault logra el mundial en 1980 y Greg Lemond el mundial de 1983.
Bajo la dirección de Guimard llegan al ciclismo grandes talentos de ese deporte. El legendario director pasa a profesionales a chicos como Laurent Fignon, Greg Lemond, los hermanos Marc e Yvon Madiot o Charly Mottet, por citar solo a los de mayor éxito.
Por entonces no hay chaval francés que quiera ser ciclista profesional que no sueñe con ponerse en las manos de un Cyrille Guimard, que dirige con mano de hierro a sus hombres y que manda en las carreteras de toda Europa.
Sería casualidad, sería por aquella gran exigencia, pero tanto Fignon como Hinault tuvieron serios problemas con sus rodillas. Siempre se dijo que a causa de los fuertes desarrollos que empleaban.
En 1983 mantuvo un tremendo enfrentamiento con Bernard Hinault y Renault eligió: entre un Cyrille Guimard exultante, con sus jóvenes promesas - en especial Fignon y Lemond- y un Hinault en decadencia, no hubo dudas y "El tejón" abandonó la estructura.
Como director deportivo, Guimard fue el primero que aplicó la teoría de la "periodización", según la cual los ciclistas podían tener dos ciclos con dos picos de forma a lo largo de la temporada y no, como le pasaba a Sean Kelly, estar a tope todo el año.
Como dirigente económico, Guimard también abrió camino. Cuando en 1985 Renault retiró su patrocinio, Cyrille se asoció con Laurent Fignon y creó una estructura de organización innovadora, las sociedades France Competition y Maxi Sports Promotion, que encontraron el patrocinio de la cadena de supermercados Systeme U y, posteriormente, Castorama, hasta 1995.
El declive y más
En 1997 un oscuro asunto en el Cofidis, en el que se le acusó de realizar una contabilidad ficticia, bancarrota, malversación de los fondos de la sociedad y otras lindezas por el estilo, hizo que Cyrille Guimard desapareciera de la primera fila del ciclismo profesional francés.
Pero Cyrille Guimard lleva el ciclismo en la sangre y en 2007 volvió, al frente del conjunto de categoría "continental" Roubaix- Lille Métropole, en el cual se mantiene en contacto con este deporte.
En estos años también se presentó como candidato a la presidencia de la federación francesa de ciclismo, pero la aventura no fraguó, aunque es miembro del consejo ejecutivo. En su etapa con el equipo, Guimard reconoce que "hemos realizado nuestra mejor temporada después de cuatro años. Nunca hemos tenido este nivel con un presupuesto tan ajustado".
Del Roubaix- Lille Métropole ya han salido chicos como Eugeni Hutarovich, un bileorruso que corre en La Française de Jeux. Hutarovich ganó un esprín al mismísimo Mark Cavendish, en la segunda etapa de la Vuelta a España de 2010, en Marbella.
Guimard también detectó al joven Andy Schleck, que estaba en su equipo cuando era aficionado. Un diamante que Guimard cuidaba con esmero y que se "llevó" Bjarne Riis en 2004 al CSC, con su primer contrato profesional. Algo que no le hizo ninguna gracia al director bretón.
En su equipo actual tiene a Morgan Kneisky, subcampeón mundial de Scratch en 2009; al campeón francés contrarreloj sub 23, Nicolas Bonnet; y a dos de los mejores corredores en aficionados, Kevin Lalouette et Julien Guay. Y es que, Cyrille Guimard es un auténtico experto en la detección de jóvenes talentos.