Messi vuelve a hacer al Barça supercampeón
- El Barcelona gana la Supercopa de Europa al vencer 2-0 al Oporto
- Messi anotó el primero y dio el segundo a Cesc Fàbregas
- Así te hemos contado el Barcelona 2-0 Oporto
Ficha técnica
2 - Barcelona: Valdés; Alves, Mascherano, Abidal, Adriano (min.63); Sergio Busquets, Xavi, Iniesta; Pedro (Cesc, min.80), Villa (Alexis, min.61) y Messi.
0 - Oporto: Helton; Sapunara, Rolando, Otamendi, Fucile; Souza (Fernando, min.77), Guarín, Moutinho; Hulk, Cristian Rodríguez (Varela, min.69) y Kleber (Belluschi, min.77).
Goles: 1-0: Messi, min.39. 2-0: Cesc, min.88.
Árbitro: Björn Nijhuis (HOL). Mostró tarjeta amarilla a Cristian Rodríguez (min.30), Iniesta (min.51) y Guarín (min.82) y expulsó por doble amonestación a Rolando (min.65 y min.86) y por roja directa a Guarín (min.90).
Incidencias: Final de la Supercopa de Europa disputada en el estadio Luis II del Principado de Mónaco ante unos 18.000 espectadores, la mayoría de ellos aficionados de ambos equipos.
El Barcelona ha conseguido su cuarta Supercopa de Europa, su decimosexto título europeo, el duodécimo titulo de Guardiola, el decimóctavo de Xavi, con un gol de Messi en la única competición en la que todavía no había marcado y el primero de Cesc en partido oficial con el Barça. Y todo, frente al Oporto, un espectador de lujo para la historia azulgrana, que sigue sumando y sumando sin descanso. [Así te hemos contado el Barcelona 2-0 Oporto]
A pesar del buen hacer del campeón de la Europa League, un equipo disciplinado en defensa y agresivo en ataque, el Barcelona ha continuado su senda victoriosa sin jugar a su mejor nivel, pero aprovechando al máximo sus oportunidades. El primer tanto del partido nació de un error de Guarín, que, agobiado por la presión azulgrana en el centro del campo, acabó cediendo a Messi. Y el '10', completamente solo ante el portero, con un regate monumental, sentó a Helton y empujó el balón a la red.
El tanto de Messi monopolizó el marcador hasta el último suspiro del encuentro, en el que el argentino se inventó otra genialidad, esta vez en forma de pase, que bajó al césped Cesc para después acribillar a Helton y llevar la locura a la afición azulgrana desplazada a las gradas del Luis II, que celebró el nuevo título acordándose de su máximo rival. Un cántico vetado por Guardiola, que pidió a sus seguidores moderación en un elegante gesto del técnico culé al final del encuentro.
El 2-0 acabó con la ilusión del Oporto, que terminó con nueve jugadores y no pudo poner el broche a su gran temporada 2010-11, algo que sí ha hecho, y de qué manera, el Barcelona, que a tres días de su arranque liguero, ya ha sumado dos títulos más a sus vitrinas, dos Supercopas más para una voracidad inacabable, que acaba casi siempre con el Barça levantando un nuevo trofeo.
El Oporto, un digno rival
El Barcelona, de nuevo supercampeón, comenzó el asalto a sus dos nuevos títulos entre muchas dudas, con un tono físico todavía escaso, pero aún así, consiguió tumbar al Madrid y ha vuelto a repetir gesta ante el Oporto. Un Oporto que, como el Madrid, arrancó bien, metiendo en su campo al Barcelona, con transiciones rápidas, el poderío físico de Hulk y las llegadas en segunda línea de Guarín y Moutinho.
El ímpetu portugués frenó a los de Guardiola, que tardaron más de lo habitual en hacerse con la posesión del balón. El brasileño Hulk fue el primero en probar suerte al botar una falta directa por encima de la portería de Valdés, que se tuvo que estirar para sacar el posterior latigazo de Moutinho. No desaprovechaba ni un minuto el Oporto, que buscó fiero un primer tanto que pusiera en dificultades al campeón de Europa.
Sin embargo, la primera ocasión clara fue para el Barça. Pedro aprovechó un rebote e intentó marcar de vaselina, sin percatarse de que tenía a Messi completamente solo a su lado. El gol cantado pasó rapidamente de un área a otra, ya que Hulk, dos minutos después, mandó un obús que rozó el palo de Valdés.
El agresivo ataque portugués y su presión sobre los pivotes azulgranas complicó el juego español. Hasta que apareció Messi. La 'pulga' decidió entrar en el partido al filo de la media hora, serpenteando por el centro del campo y abriendo para Villa, al que no llegó el balón por un desvio de la defensa portuguesa. Pero desde entonces, el Oporto ya no pudo parar al argentino, que recogió el 'regalo' de Guarín para marcar el primer gol.
El Oporto retrasa sus líneas
El gol en contra acobardó al Oporto, que tardó en lanzarse al ataque con la ligereza del inicio del partido. Ahora el Barça estaba cómodo, incrementando su presión en el centro del campo y más ágil en el toque vía Iniesta y Xavi. El equipo portugués, por su parte, tuvo que limitarse a los disparos lejanos, de nuevo por mediación de Moutinho y Guarín, que exigieron lo mejor de Valdés.
La recta final del partido, con las entradas de Alexis, Busquets y Cesc, fue un duelo entre Messi y las contras del Oporto. El argentino dejó un balón claro para Pedro, pero el tinerfeño se pasó de frenada, mientras que las llegadas del Oporto a punto estuvieron de dar un susto al Barcelona por la falta de entendimiento entre Mascherano y Valdés.
La polémica apareció en el 77', cuando Guarín cayó en el área tras un despiste de Abidal. Una acción muy dudosa que dio paso a una roja a Rolando por una falta a Messi y el segundo y definitivo gol azulgrana, que finiquitó al rival, de nuevo reducido por una segunda expulsión, la de Guarín por una fea tarascada a Mascherano.
Con el minuto 90 superado, Iniesta rozó la goleada tras una gran carrera de Alves, pero ya no hizo falta más. El Barça volvía a poner rumbo al palco del Luis II para levantar la Supercopa de Europa. Un título más, una exhibición más de Messi y un cromo más para el histórico álbum de este equipo irrepetible.