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La desigualdad económica entre los clubes acaba con la Liga de 20 equipos

  • Las mayores ingresos de Madrid y Barça les permiten hacer grandes fichajes
  • Entre los dos cobran 280 millones de derechos televisivos, el 46,6% del total
  • Hay una diferencia de 128 millones entre ellos y los clubes que menos ingresan
  • En la Premier el reparto es más equitativo, pues todos los clubes cobran un fijo

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La Liga es cosa de dos

En una sociedad inmersa en una crisis económica, el mundo del fútbol, y en concreto el español, no iba a ser menos. Las grandes diferencias económicas entre los 20 clubes de Primera División hacen que la competición real en la Liga no exista.

La definición de "competición" dice que es la "competencia o rivalidad de quienes se disputan una misma cosa", pero lo cierto es que, salvo Madrid y Barcelona, el resto de los 18 equipos no pueden pelear por un título que es más bien una quimera y del que participan como actores de reparto de las dos grandes estrellas.

Así pues, lo que tenemos es más bien una bicefalia o un duopolio entre Barça y Madrid. Pero, ¿por qué hay tantas diferencias entre estos dos equipos y el resto?

Dejando a un lado razones históricas, institucionales, la evidencia apunta al dinero que ingresan unos y otros, que hace posible que los dos grandes de nuestro fútbol se refuercen más que nadie y que compitan a otro nivel.

Gastan más en fichajes

Barcelona y Real Madrid han invertido este verano 60 (más variables) y 55 millones, respectivamente, en fichajes. Solo el Málaga, con un presidente qatarí a la cabeza, se ha colado entre ellos y ha gastado 58 millones en hacerse con 'los galácticos del sur' como Cazorla, Joaquín, Toulalan o Van Nislerooy.

Es más, los equipos que optan a la tercera plaza, lejos de reforzarse han tenido que vender a sus estrellas. Es el caso del Valencia que ha dejado marchar a Mata o el Villarreal que vendió a Cazorla y casi vende a Rossi.

Pero si Madrid y Barça pueden gastar más en refuerzos es básicamente porque ingresan mucho más, y en especial la fuente diferenciadora de los ingresos proviene de los derechos televisivos.

El presidente del Sevilla, José María del Nido, ha afirmado que "nuestra liga es la mayor porquería del mundo" porque "dos clubes sustraen el dinero de la televisión", y razón no le falta.

Madrid y Barça se llevan el 46% del pastel

La pasada temporada se repartieron 601,4 millones de euros por los derechos televisivos, de los cuales Barça y Madrid cobraron 140 millones de euros cada uno. Es decir, que solo estos dos equipos se embolsaron un 46,6 % del total.

Un auténtico desequilibrio si tenemos en cuenta que los siguientes en el escalafón obtuvieron casi 100 millones menos (Atlético de Madrid y Valencia, 42 millones cada uno). La diferencia es mucho mayor con respecto a los siguientes de la lista, ya que Villarreal y Sevilla ingresaron 25 y 24 millones respectivamente.

Después, la cantidad que percibieron el resto de equipos de Primera va bajando hasta los 12 millones que cobraron equipos como el Sporting, el Málaga o la Real Sociedad. Por tanto, hay una diferencia de 128 millones entre estos y Barça y Madrid.

Este desigual y escandaloso reparto que desvirtúa la competición nacional ya se ha convertido en 'trending topic' en Twitter y en el 'hashtag' #ligademierda los internautas expresan su malestar por el bipartidismo en la Liga.

Además, la pasada campaña, la LFP quería aún más dinero por explotar los derechos televisivos. Pedían suprimir la emisión del partido en abierto y un mayor porcentaje de la recaudación de las apuestas deportivas, por lo que amenazaron con ir a la huelga el 3 de abril.

Entonces, seis clubes, entre los que estaban el Villarreal y el Sevilla, interpusieron una demanda contra ese parón ya que consideraban que así se volvería a beneficiar a los dos grandes equipos de nuestro fútbol. Ellos en cambio, pedían un reparto centralizado como ocurre en la Premier League.

Otras ligas, sin desequilibrio financiero

En la Premier League inglesa los derechos televisivos no se negocian individualmente, como ocurre en España. Allí todos los equipos reciben una cantidad fija más unos variables que van en función del número de espectadores que vean sus partidos y de la posición que ocupen al término de la temporada.

Con este método el reparto es más equitativo, ya que el Manchester United, equipo que más ingresó el pasado año, obtuvo 68,2 millones de euros, mientras que el Blackpool, el que menos, cobró 44 millones de euros. Es decir, que la diferencia entre el que más cobra y el que menos es de 24,2 millones y no de 128 millones como ocurre en nuestra liga.

En una odiosa comparación, el desmedido reparto en España también origina casos curiosos como el hecho de que Atlético de Madrid y Valencia cobren mucho menos que el Sunderland, West Brom, o Stoke City, equipos de mitad de la tabla hacia abajo, que ingresan entre 52 y 48 millones.

El desequilibrio financiero de la competición española no se produce tampoco en las otras grandes ligas europeas. Así por ejemplo, en Francia, la diferencia entre el que más ingresa y el que menos es de 36 millones de euros. En Alemania este margen se reduce aún más y es de tan solo 14,9 millones.

Las diferencias se extienden a Champions

Con estas cifras queda expuesto por qué Barcelona y Madrid están por encima de los otros 18 equipos de la Liga, pero si este reparto desigual sigue así podría ir incluso más allá de nuestras fronteras. La supremacía de Madrid y Barça podría extenderse a la Liga de Campeones, extendiendo también la previsibilidad y el aburrimiento a la máxima competición europea.

Como muestra, solo hay que repasar las cifras que ingresaron por derechos televisivos los cuatro semifinalistas de la pasada Champions, en sus respectivas ligas. Madrid y Barça obtuvieron 140 millones de euros cada uno, mientras que el Manchester United ingresó 68,2 millones y el Schalke 04, la revelación de la pasada edición de la Liga de Campeones, 25,1 millones.

Es decir, más del doble en el caso del Manchester y casi 115 millones más respecto al conjunto alemán. Demasiados millones de diferencia que se ven plasmados en el terreno de juego, sin menospreciar, por supuesto, el juego de culés y madridistas.

Mientras todo esto se resuelve, la competición doméstica sigue en un círculo vicioso de pérdida de competitividad y de interés más allá de los partidos de Barça y Madrid, restando la razón por la vía del audímetro a quienes demandan un mayor protagonismo de la 'clase media', y aumentando las voces de quienes demandan mayor espectáculo por medio de la creación de una Liga Europea, con la elite deportiva (lo que equivale a decir la elite económica) del fútbol continental.