El Real Madrid consigue ante el CAI su séptima victoria consecutiva con un extraordinario Ibaka
- Los blancos vencen 67-84 a los zaragozanos en el Príncipe Felipe
- El jugador de la NBA Ibaka realiza su mejor partido con 15 puntos
CAI ZARAGOZA: Pablo Aguilar (16), Wright (23), Almazán (-), Sam Van Rossom (4), Hettsheimeir (8), -cinco inicial-, Stefansson (6), Cabezas (7), Javier Marín (-), Archibald (1), Fontet (-), Chad Toppert (-), Burstchi (2).
REAL MADRID: Begic (6), Sergio LLull (2), Pocius (10), Mirotic (9), Suárez (10) -cinco inicial-, Reyes (6), Tomic (-), Jorge Sanz (-), Sergio Rodríguez (6), Carroll (20), Ibaka (15).
PARCIALES: 17-25, 13-20, 21-23, 16-16.
ARBITROS: Juan Luis Redondo, Vicente Bultó, Carlos Cortés. Sin eliminados.
PABELLON: Príncipe Felipe. 9.320 espectadores.
El Real Madrid ha vencido en su visita al Pabellón Príncipe Felipe en la novena jornada de la Liga Endesa a un CAI Zaragoza (67-84), que nada pudo hacer frente a la superioridad del conjunto de Pablo Laso y a la actuación magnífica del pívot Serge Ibaka, que disputó su mejor partido en la Liga Endesa con el conjunto blanco.
El partido arrancó con una gran presión del Real Madrid, un Pocius acertado de cara al aro y la apuesta de Begic de inicio por parte de Pablo Laso. El lituano y Carroll anotaban desde la línea exterior consiguiendo una ligera ventaja.
Los zaragozanos no comenzaron excesivamente acertados en sus lanzamientos, lo que permitió a los madridistas exhibir su mayor estatura en el juego interior para disponer de segundas opciones y abrir brecha en el marcador.
Los diez puntos iniciales de Bracey Wright, el jugador más entonado de los locales durante todo el encuentro, permitieron a su equipo no descolgarse definitivamente en el marcador en los primeros minutos ante un rival que jugada a jugada se acercaba a los diez puntos de ventaja.
En el segundo cuarto se acentuaron todavía más los problemas anotadores de los hombres de José Luis Abós que tardaron más de cinco minutos en anotar su primera canasta en juego que se veían impotentes para superar la muralla levantada por el hispano-congoleño Serge Ibaka en bajo el aro de su equipo que obligaba a sus adversarios otras opciones de lanzamiento.
Los madridistas, con un parcial inicial de 3-14, controlaban a su antojo el partido y a falta de un minuto alcanzaron los veinte puntos de ventaja (25-45) que los caístas redujeron en la recta final para irse al vestuario con quince puntos de desventaja, pero con la sensación de que el objetivo era no bajar los brazos ante un rival claramente superior y no encajar una derrota excesivamente abultada.
El arranque del juego tras el descanso hizo temer lo peor a los aficionados locales al encajar un parcial de 0-6, pero el primer triple de Pablo Aguilar estimuló a sus compañeros que ofrecieron sus mejores minutos pero la exigencia física de los madrileños terminó pasándoles factura en la recta final del cuarto.
Los locales, pensando en sus opciones de llegar al final de la primera vuelta con opciones de jugar la Copa del Rey, siguieron peleando para no encajar una diferencia excesiva de puntos y lograron dejarla por debajo de la veintena.