El empate (31-31) entre Hungría y Rusia, favorece a España en el Europeo de Balonmano
- Hungría empata con Rusia (31-31) y España se queda como líder de grupo
- El resultado hace más decisivo el España- Hungría del miércoles próximo
Ficha técnica:
31 - Hungría: Fazekas y Mikler; Ilyes (3), Csaszar (8, 2p), Mocsai (5, 1p), Gergo Ivancsik (6), Tamas Ivancsik (-), Harsanyi (1), Putics (1), Krivokapic (2), Laluska (-), Kornel Nagy (-), Zubai (4), Schuch (1) y Ancsin (-)
31 - Rusia: Grams y Bogdanov; Filippov (-), Erokhin (-), Kovalev (4), Chernoivanov (1), Atman (2), Ratvortsev (4), Aslanyan (-), Chipurin (5), Koksharov (1), Shelmenko (4), Dibirov (4), Igropulo (2, 1p), Starykh (1) e Ivanov (3)
Marcador cada cinco minutos: 2-0, 6-4, 11-7, 14-10, 16-14 y 19-19 (Descanso). 21-22, 22-24, 24-26, 28-27, 30-28 y 31-31 (Final)
Árbitros: Nikolic y Stojkovic (SRB). Excluyeron por dos minutos a Ilyes (2), Kornel Nagy, Laluska (2) y Putics por Hungría; y a Chipurin (2), Shelmenko (2), Kovalev, Rastvortsev y Koksharov por Rusia.
Incidencias: Spens Arena de Novi Sad, ante unos 7.000 espectadores.
La selección húngara desperdició una inmejorable ocasión para sumar sus primeros dos puntos en el Campeonato de Europa de Balonmano, tras empatar 31-31 ante Rusia, en un encuentro en el que los magiares estuvieron en el último minuto con dos jugadores más sobre el campo.
Ante España, a cara o cruz
Superioridad numérica que los de Lajos Mocsai no supieron aprovechar al permitir a Rusia, que evidenció que no está dispuesta a repetir en Serbia sus últimas actuaciones grises en torneos internacionales, alargar su último ataque hasta dejar casi sin tiempo al equipo magiar.
Una Hungría que, no obstante, dispuso de trece segundos para armar su última ofensiva, que incomprensiblemente acabó en falta en ataque del lateral Ferenc Ilyes, pese a que los rusos, que ya habían recuperado a uno de los excluidos, defendían en inferioridad.
Fallo que condena a los húngaros a jugarse el todo por el todo el próximo miércoles ante España, en un encuentro en el que el técnico magiar, Lajos Mocsai, no sabe si podrá contar con dos de sus puntales, el pivote Szabolcs Zubai y el extremo Tamas Ivancsik.
Zubai, que ya llegó al Europeo con problemas en la espalda, tuvo que retirarse a los 48 minutos tras un choque con la durísima defensa rusa, y minutos más tarde era Tamas Ivancsik quien debía sentarse en el banquillo con molestias en la rodilla izquierda.
Dos importantes ausencias que sin duda lastraron a los magiares en los minutos finales, en los que, pese al buen trabajo del central Gabor Csaszar, pecaron de una falta de claridad que les impidió aprovechar su superioridad numérica.
Todo lo contrario que Rusia, que, pese a jugar prácticamente los dos últimos minutos con dos jugadores menos, tras las exclusiones de Rastvortsev y Koksharov, evidenció una madurez que le permitió sobrevivir al igualado tramo final.
Y eso que la selección rusa echo muchísimo de menos la efectividad de su máxima estrella, el barcelonista Konstantin Igropulo, que saldó el encuentro con un discreto veintinueve por ciento de efectividad, tras anotar solo dos sus siete lanzamientos.