Enlaces accesibilidad

La complicada quiniela de fútbol en la Europa del Este

  • La manipulación de resultados en el fútbol, un problema en la Europa oriental
  • Ambición, presiones y carencias económicas, causas para adulterar resultados
  • Muchos futbolistas callan por temor a represalias de clubes o redes mafiosas

Por
Boban Dmitrovic
Boban Dmitrovic, futbolista serbio del Borac Cacak, es uno de los que dan su testimonio sobre amaño de partidos.

"Todo comenzó en un partido contra el Zadar. Iba a ser solo un partido... pero yo no podía creer que saltaría al campo con la intención de perder un encuentro. Fue horrible, la peor experiencia que tuve como deportista, pero ya no había vuelta atrás".

Son palabras de Mario Cizmek, futbolista croata y uno de los pocos que se han atrevido a dar la cara en el 'Libro Negro de la Europa del Este', en el que se denuncian las infames condiciones que sufren profesionales de 12 países: Bulgaria, Croacia, República Checa, Grecia, Hungría, Kazajistán, Montenegro, Polonia, Rusia, Serbia, Eslovenia y Ucrania.

El libro de los horrores futbolísticos

El libro de la federación internacional de futbolistas profesionales (FIFpro) es especialmente duro en su capítulo cinco, el dedicado al amaño de encuentros en la Europa oriental, que son moneda frecuente en lugares como Rusia, Serbia, Grecia o Croacia, a tenor de las denuncias realizadas por jugadores de esas ligas.

Muchos de ellos no son famosos y juegan en países cuyas economías y situaciones políticas convierten los campos en terreno abonado para la práctica de hechos violentos, ambiciones y redes mafiosas que dominan el sistema de apuestas ilegales y manipulación de partidos.

Casi el 12 por ciento de los 3.149 encuestados sobre este particular en los 12 países de la Europa oriental, sin incluir a Turquía, han sido tentados para hacer un arreglo. Casi el 43,5 por ciento de los que respondieron en Rusia (un total de 177 futbolistas), son conscientes de la existencia de amaños en su competición liguera.

En Grecia han sido tentados para manipular resultados el 30,3 por ciento de los preguntados (499 jugadores) y en Kazajistán, el 34,3 por ciento (sobre 216), República Checa, Bulgaria y asi... no es de extrañar que la FIFA se asocie con Interpol para luchar contra la corrupción y las apuestas ilegales.

Testimonios valientes

Mario Cizmek jugó como profesional en Croacia, Israel e Islandia. Su último contrato lo firmó con el Croatia Sesvete. En junio de 2010 la policía croata descubrió una red para arreglar partidos, detuvo a 20 futbolistas, entre ellos a nueve del Croatia Sesvete, con Mario Cizmek entre ellos.

El equipo había amañado siete de los ocho últimos partidos de la liga croata y los jugadores habían llegado a cobrar hasta 40.000 euros por encuentro irregular. En otros casos los jugadores habían realizado apuestas ilegales en sus propios partidos.

un entrenador muy conocido de la federación local

"Uno de los organizadores era un entrenador muy conocido de la federación local", dice Cizmek en el libro, "formaba parte de nuestro grupo, porque siempre estaba con nosotros y empleó su habilidad psicológica para que nos fiáramos de él y nos sintiéramos seguros".

Es una de las formas de introducirse entre los profesionales, pero no la única. Aprovechar los problemas económicos de los clubes es otra de las fórmulas. Así lo manifiesta Dragisa Pejovic, cuando dice que en su época en el FC Borac Cacak, de Serbia "hubo muchas veces que los jugadores fuimos "requeridos" para arreglar partidos".

Si alguno no lo hacía era apartado del equipo

"Si alguno no lo hacía era apartado del equipo. Si rehusaba jugar un partido amañado no recibía mi sueldo y no tenía fondos para sostener a mi familia", añade Pejovic.

Ambiciones y penurias

Y es que los clubes en dificultades económicas son los más proclives a las irregularidades. Según los datos del libro de la FIFpro, sobre un total de 373 jugadores encuestados, el 55 por ciento de los que intervinieron o fueron tentados para apañar partidos procedían de clubes con problemas económicos.

El 59,2 por ciento no percibían sus primas en tiempo y el 69 por ciento habían sido separados en alguna ocasión del equipo y obligados a entrenarse en solitario.

Es cierto que, en la mayoría de los casos, la ambición está presente, pero también los que hay que sufren presiones de todo tipo. Así lo narra Boban Dmitrovic, un exjugador serbio del Sturm Graz austriaco, en su época en el Borac Cacak: "Estaba en un restaurante con el patrocinador, Kostic, y el director deportivo, Ilic, que intentaban convencerme y me pusieron bajo una gran presión (...) En un intento desesperado, Ilic rompió entre sus manos mi teléfono móvil".

En opinión de Dmitrovic hay corrupción en el fútbol serbio "porque Serbia es un país pobre y una de las formas más fáciles de hacer dinero es amañar partidos".

Estoy seguro de que las autoridades no están interesadas en una investigación

En su libro, la FIFpro pide a la UEFA y la FIFA que tomen cartas en el asunto, en especial sobre las federaciones nacionales, ya que las autoridades de los países afectados no parecen hacerlo. "Nunca informé a la policía, porque estoy seguro de que las autoridades no están interesadas en una investigación", dice Dmitrovic, y no es el único que piensa así.