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El fútbol de salón del Barça puede con la disciplina alemana

  • Alexis Sánchez rompió un partido aburrido con dos goles al contraataque
  • Se ha estrenado como goleador en la Liga de Campeones
  • Datos y estadísticas del Bayer Leverkusen - FC Barcelona en RTVE.es

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Alexis, pieza clave en el Barça

Las ausencias de Xavi y Piqué llevaron al FC Barcelona a un salón de baile de octavos de final de la Liga de Campeones donde se encontró con una pareja que se dejó llevar desde los primeros compases. El Bayer Leverkusen puso en escena dos líneas defensivas, ni siquiera un galán en punta que esperara los balones rechazados.

Los de Guardiola no se cansaron de bailar y bailar durante cuarenta minutos, pero faltaba un primer jugador que rompiera la maldición de no ganar en octavos en el partido de ida.  Cuatro años para romperla, los que lleva Pep dirigiendo el cuerpo de baile.

Los de Leverkusen procuraron no pisar a su pareja y en uno de sus escasísimos ataques descubrieron que desde Chile, vía Barcelona, apareció el hombre capaz de hacer girar la bola de los destellos.  La estrella del partido, Alexis Sánchez, supo aprovechar como nadie los primeros brillos del balón con el que se jugará la final de la Liga de Campeones en Munich.

Alexis Sánchez, rápido como un twist

En una contradanza, los alemanes se atrevieron a intentar elaborar una jugada que Messi vio venir de largo y cortó un pase en el centro del campo, punta y tacón, control para robar y puntería para dejar al nueve en un tú a tú ante el portero. Revoleando los faldones de Leno se apuntó el 'Niño maravilla' su primer gol de campeones.

En la segunda parte, todo al revés, los de Robin Dutt se atreven a pisar los callos del Barça, otra vez en contradanza, elaborando la jugada y otra vez por alto, que para eso miden más los alemanes, dejan a Víctor Valdés mirando a las estrellas y a Abidal el surco que dejó el balón bajo sus piernas cuando centró Corluka para la cabeza de Kadlec.

Alexis asumió la necesaria arrogancia que se necesita en el fútbol para ganar, abandonó el baile y se dedicó a correr y correr, dejó a sus parejas con el carnet de baile abierto de par en par y sin saber a quién apuntar, no les dio tiempo a ver al galán chileno que de nuevo voló en contraataque, con pase de Messi, hacia su segundo gol.

Y aún tuvo tiempo de asustar a público y actores con un peligroso remate de cabeza. Como si hubiera jugado en casa Guardiola, le cedió el honor del cambio en los últimos cinco minutos. A Isaac Cuenca apenas le dio tiempo a borrar la estela que el chileno dejó sobre el Bay Arena.