Del Bosque: "No entiendo al entrenador que está siempre de mal humor"
- "El fútbol es un juego lo que quiere decir que se trata de intentar ser feliz", dice
- Mantener la cohesión del grupo y de evitar ser "arrogantes" y "egocéntricos"
- "Tener jugadores talentosos y conseguir sacar lo mejor de ellos en equipo"
- "Nos hemos deshecho del complejo de que éramos un país secundario"
El entrenador de la selección española de fútbol, Vicente del Bosque, no entiende a los compañeros de profesión que están permanentemente de mal humor, porque considera que se trata de una actitud que termina contagiándose al equipo.
"Siempre digo que el fútbol es un juego, lo que quiere decir que se trata de intentar ser feliz. No entiendo al entrenador que siempre está de mal humor, que salta y que grita", dice Del Bosque en una entrevista publicada por la revista bimensual de la UEFA.
"Si tienes que dirigir a un equipo y conseguir que sea feliz, no puedes estar gritando todo el rato", afirma el técnico español, que considera que la agresividad y la ansiedad como método de trabajo de los entrenadores termina por afectar negativamente a los jugadores.
Presión y exigencia deportiva
Del Bosque admite que hay una gran presión en torno a su trabajo y al de sus colegas en el mismo nivel de exigencia deportiva, pero considera que hacerle frente con éxito "depende del individuo".
"En la vida todo es relativo. Por supuesto que soy una persona responsable, pero si grito mucho y manifiesto ansiedad enviaré un mensaje negativo", agrega el entrenador de la selección campeona del mundo, que destaca la experiencia adquirida en este sentido durante los años en los que entrenó al Real Madrid entre 1999 y 2003.
"La experiencia ayuda y cuando has estado en un club como el Real Madrid en el que tienes que ganar cada partido, te habitúas a hacer frente a las exigencias. De alguna manera, te conviertes en un filósofo", explica en la extensa entrevista.
Mantener la cohesión del grupo
Del Bosque habla de la importancia de mantener la cohesión del grupo y de evitar los comportamientos "arrogantes" y "egocéntricos", y subraya que la clave del éxito es "tener jugadores talentosos y conseguir sacar lo mejor de ellos en un contexto de equipo".
Ganador del Mundial de Sudáfrica 2010 con España y de dos Ligas de Campeones en el banquillo del Real Madrid en 2000 y 2002 (el único entrenador del mundo junto al italiano Marcello Lippi en haber conseguido ambos títulos), el técnico tiene grandes recuerdos de esos momentos, pero asegura haber tenido etapas más felices.
"El mejor momento para mí en mi carrera de entrenador ha sido en la que trabajé con jóvenes de 16 y 17 años en la cantera del Real Madrid, porque no solamente los formaba y los dirigía, sino que les educaba y les ayudaba con todos los medios posibles", afirma.
"Ese fue el periodo más feliz de mi vida como entrenador", dice Del Bosque, que considera que el fútbol ha de ser una herramienta para transmitir valores a los jóvenes y a la sociedad.
Mantener los valores de la "gente normal y humilde"
El técnico salmantino subraya que "en España la mayor parte de los jugadores provienen de familias pobres o de escasos recursos" y defiende, en este sentido, que "por encima de todo, los valores de la gente normal y humilde deben ser mantenidos".
"Los jugadores no deben olvidarse de donde vienen", agrega Del Bosque, que rechaza que los valores clásicos del deporte como el esfuerzo, la lucha, la reacción tras un fracaso, el compañerismo y el respeto al árbitro y al adversario, estén "pasados de moda". "Son valores para toda la vida. Después de todo, el fútbol es un reflejo de la vida misma", argumenta.
Sobre los recientes éxitos de la selección absoluta de fútbol, tras una sequía de décadas, Del Bosque opina que tiene que ver con una buena estructura deportiva desde el fútbol base, que es consecuencia del progreso económico de España.
"(Los españoles) somos más modernos. Hemos perdido algunos de nuestros viejos complejos negativos con respecto al resto de Europa y, socialmente, hemos progresado", explica Del Bosque, convencido de que la clave fundamental del éxito es que "nos hemos deshecho del complejo que nos hacía pensar que éramos un país secundario".
Cara a la Eurocopa de Polonia y Ucrania este verano, en la que España tratará de revalidar el título obtenido en 2008, reconoce que "no podemos evitar ser favoritos", una etiqueta que atribuye también a otros dos equipos por encima del resto: Alemania y Holanda.