Ademar gana (31-25) al Pick Szeged y espera rival en octavos de la Liga de Campeones de balonmano
- Cómoda victoria del Ademar (31-25) ante un deshauciado Pick Szeged
- Ademar, FC Barcelona y BM Atlético de Madrid, en octavos de la Champions
Ficha Técnica:
31 - Reale Ademar (17+14): Losert (Álamo); Stranovsky (6, 1 p), Antonio García (3, 1 p), Carou (1), Andreu (-), Ferrer (1), Cabanas (1), Ruesga (5), Baena (3), Borges (3), Goñi (4), Cutura (4).
25 - Pick Szeged (10+15): Tatai (Mikler)(Toth); Pribanic (5), Sulc (4), Vadkerti (2), Beocanin (-), Ancsin (8), Prodanovic (5), Czina (-), Bajorhegyi (-), Zubai (1).
Árbitros: Baranowski y Lemanowicz (Polonia). Excluyeron por dos minutos a Andreu, Ferrer, Carou y Goñi por Ademar y a Vadkarti (2), Prodanovic, Bajorhegyi y Zubai por el Pick Szeged.
Marcador cada cinco minutos: 3-2, 7-5, 9-6, 12-7, 15-9, 17-10 (descanso), 19-13, 21-17, 23-20, 25-21, 28-23, 31-25 (final)
Incidencias: Palacio Municipal de deportes de León, ante unos 3.500 espectadores.
El Reale Ademar cumplió con su cometido sumando un triunfo (31-25) en la última jornada de la fase de grupos ante un Pick Szeged que solo resultó mínimamente competitivo en la segunda mitad, aunque sin verdaderas opciones de remontar la desventaja que llegó a ser de hasta ocho goles.
Contra la maldición de los octavos
Los leoneses, tras concluir terceros en su grupo por detrás de Kiel y Kovenhavn ya esperan el resultado del emparejamiento, a doble partido, de los octavos de final donde disputarán el primer compromiso en su terreno intentando superar una ronda que siempre se les ha atragantado.
Tal y como se preveía, el partido careció de intensidad y jugando a medio gas, los leoneses tuvieron un encuentro plácido sin encontrar rival en un Pick Szeged que de antemano sabía que salvo un resultado imposible estaba ya resignado a quedar eliminado.
Después de unos minutos de igualdad, Reale Ademar empezó a marcar distancias con un parcial de 5-1, al que luego unió otro de 4-0 que ya dejó todo encarrilado antes del descanso con una cómoda renta local de siete goles 17-10, pudiendo Isidoro Martínez dosificar los esfuerzos en una plantilla ya de por sí corta de efectivos.
Los húngaros se basaron exclusivamente en su pareja de laterales, el eslovaco Sulc y el magiar Ancsin, ya que salvo un gol de Prodanovic en el minuto 22 el resto de las diez dianas se las repartieron los dos lanzadores.
Con un tono de mayor complacencia defensiva y un ritmo demasiado cansino, Ademar vio como su rival redujo las distancias porque empezó a encontrar el contragolpe y, sobre todo, más opciones en ataque que le permitieron reducir la renta a menos de la mitad, 21-18 (minuto 41), aprovechando además una doble exclusión local.
El ejemplo más palpable de la falta de intensidad, quizá aderezada de cierto cansancio, se tradujo en el marcador ya que los visitantes anotaron los mismos goles -diez- en catorce minutos que en toda la primera parte, hasta que Martínez decidió llamar al orden a los suyos para que cambiaran su cara.
Casi por inercia y con algo más de ambición, el equipo ademarista mantuvo las diferencias e incluso las amplió para acabar venciendo por un cómodo 31-25.