Lagat revalida el título mundial de 3.000 metros, con 37 años
- Estadounidense de origen keniata, Lagat gana en un final explosivo con 7:41.44
- Segundo triunfo consecutivo de Lagat y cuarto para Isenbayeva en pértiga
- España se despide del Mundial sin medallas, por tercera vez en la historia
El estadounidense Bernard Lagat demostró a sus jóvenes rivales que a sus 37 años sigue con fuerza en sus piernas y se alzó con su segundo título consecutivo de 3.000 metros en el curso de los Mundiales de pista cubierta de Estambul. Lagat realizó un esprín inaccesible para los keniatas Augustine Choge y Edwin Soi, que comparten la mejor marca mundial del año (7:29.94).
El valor de la experiencia
Era uno de los platos fuertes de los Mundiales en pista cubierta y la final de 3.000 no defraudó las expectativas, aunque todo se resolviera en la última media vuelta.
Choge y el ugandés Moses Kipsiro se alternaron en el mando de la prueba. El primer mil se pasó en 2:38.45 y el segundo en 5:16.92, con Lagat y el británico Mo Farah, campeón mundial de 5.000, siempre a la expectativa.
A 500 metros del final Farah tomó la cabeza, pero Choge y Lagat se le pegaron inmediatamente y el estadounidense sacó a relucir su fabuloso cambio a 100 metros del final para ganar en 7:41.44, batiendo con facilidad a Choge (7:41.77). La medalla de bronce fue, de ida y vuelta, para Edwin Soi.
Farah sólo pudo ser cuarto (7:41.79), sin embargo, Soi, que entró tercero, fue descalificado por obstruir a un adversario, por lo que el británico fue quien recibió la medalla de bronce. Sin embargo, una reclamación presentada por la delegación de Kenia fue admitida por el Jurado, por lo que la clasificación de la final de 3.000 volvió a ser la original.
En otra de las finales estrella de esta última jornada, la rusa Yelena Isinbayeva aumentó con una marca de 4,80 su colección de títulos mundiales, con el cuarto en pista cubierta pero no pudo añadir uno más, pese a intentarlo tres veces, a los 28 récords mundiales de pértiga que ya tiene.
Isinbayeva esperó a 4,70 para estrenarse, cuando sólo quedaban la alemana Silke Spiegelburg, la francesa Vanessa Boslak y la británica Bleasdale en competición.
El listón en 4,70 seleccionó el podio, ya que Spiegelburg no pudo con esa altura. Boslak y Bleasdale se quedaron ahí, plata y bronce. La zarina rusa saltó 4,80 y, ya en solitario, atacó, sin éxito, el récord mundial con la barra en 5,02.
Obiri impide la leyenda
Los atletas de Kenia, derrotados en el 3.000 masculino, sí que obtuvieron éxitos en las pruebas femeninas de 800 y 3.000 metros. En esta última, Hellen Onsando Obiri, keniata de 22 años, evitó con su victoria al esprín que la etíope Meseret Defar se convirtiera en la primera mujer que, como el cubano Iván Pedroso en categoría masculina, conquistara cinco títulos mundiales consecutivos en pista cubierta.
Lo tenía todo a su favor: Defar era la campeona, la vigente plusmarquista mundial y la número uno del ránking del año con 8:31.56. Dejó que la británica Helen Clitheroe tirase en el primer mil (3:01.60) y luego asumió personalmente el mando, avivando el ritmo (2:54.71 el segundo kilómetro).
A las dos últimas vueltas llegaron cuatro juntas arriba, las dos keniatas y las dos etíopes. A 400 de meta Defar imprimió un segundo cambio que la adelantó unos metros sobre Obiri, pero la joven keniata la atrapó antes de la última curva para vencer en 8:37.16. Etiopía ganó las otras dos medallas con Defar (8:38.26) y Gelete Burka (8:40.18).
También éxito para Kenia en la prueba de 800 metros femeninos, en la que Pamela Jelimo se impuso, con un tiempo de 1:58.83 a la ucraniana Nataliia Lupu (1:59.67) y la estadounidense Erica Moore (1:59.97).
Donde sí triunfo Etiopía fue en la distancia de los 800 metros de categoría masculina. Mohammed Aman ganó con un registro de 1:48.36, por delante del checo Jakub Holuša (1:48.62) y tercero fue el británico Andrew Osagie, que hizo 1:48.92.
Los españoles
Jackson Quiñónez, plusmarquista español de 60 metros vallas, clausuró la actuación individual del equipo español en los Mundiales de Estambul con el último puesto en la primera semifinal de esta distancia.
No solo partió lento de tacos (235 milésimas) sino que también lo estuvo en la aproximación a la primera vallas. Ahí voló demasiado, perdió el ritmo y acabó la carrera en 7.82, una de sus peores marcas del año.
Lo mejor vino del relevo español de 4x400, que terminó quinto en su primera participación en una final mundialista. El cuarteto español, formado por Mark Ujakpor, David Testa, Samuel García y Xavier Carrión, logró esta magnífica posición tras conseguir la mejor marca personal de la temporada.
Como en la final de 3.000 metros, también aquí hubo medalla de ida y vuelta, ya que el cuarteto de los Estados Unidos acabó primero. Fue descalificado en primera instancia, pero el jurado rectificó, con lo que el oro fue para los estadounidenses, Gran Bretaña se quedó con la plata y Trinidad y Tobago con el bronce
Los españoles alcanzaron la meta con un tiempo de 3:10.01. Mark Ujakpor fue el encargado de abrir la carrera, para luego entregarle el testigo a David Testa. Samuel García fue el siguiente y el último relevo lo hizo Xavier Carrión.
El sábado el cuarteto español se había clasificado por primera vez para la final de unos Mundiales al terminar segundo en la primera serie con un tiempo de 3:10.51 sólo superado por Estados Unidos (3:07.47).
Paupérrimo balance español
La selección española, formada por veinte miembros -seis más que en Doha 2010-, cerró los Mundiales de atletismo en pista cubierta con cuatro finalistas y ninguna medalla, igualando su peor resultado en la historia de los campeonatos.
Desde la edición de París 1997 España no había tenido una cosecha tan pobre en Mundiales bajo techo, y por tercera vez, como en aquella ocasión y en Budapest 2004, no aparece en el podio.
El mejor resultado español en Estambul a título individual, pese a tener un regusto amargo para ella, lo ha obtenido la más veterana del equipo, la capitana Ruth Beitia, que sigue agotando su última año en activo. Un nulo en altura con la barra en 1,95, altura que luego superó, tuvo la culpa de que la cántabra no compartiera plata con la rusa Anna Chicherova, la italiana Antonetta di Martino y la sueca Ebba Jungmark, que formaron un insólito podio de cuatro. De la plata al sexto lugar, pese a haber saltado lo mismo que ellas.
Dos años después de conseguir tres medallas, las tres de plata (Beitia en altura, Natalia Rodríguez en 1.500 y Sergio Sánchez en 3.000) el atletismo español continúa un lento declive que amenaza con agudizarse después de los Juegos de Londres, reclamo que algunos veteranos han utilizado para prolongar sus carreras.