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Champions | Bayern Múnich 2 - 1 Real Madrid

Ribéry y Robben explotan las bandas del Bayern y destrozan al Real Madrid

  • Ribéry hizo un gol y desbordó a Arbeloa en todas sus internadas por la banda
  • El Bayern volcó su ataque por la izquierda hasta lograr el gol de Mario Gómez
  • Pepe y Ramos tuvieron que duplicarse para auxiliar a Coentrao y Arbeloa
  • Crónica del Bayern de Múnich 2 - 1 Real Madrid

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Polémico primer gol del Bayern al Real Madrid

¿Por qué ha perdido el Madrid en el Allianz Arena? Básicamente porque los dos mejores del Bayern de Múnich han tenido enfrente a los dos 'peores' del Real MadridFrank Ribéry, por la izquierda, y Arjen Robben por la derecha, han superado claramente a Arbeloa y Coentrao, poniendo en aprietos a los blancos en jugadas que en principio no deberían haber acarreado mayores riesgos.

De hecho, si por algo destaca el juego de los alemanes es por su peligro por las bandas. Por eso no era comprensible que Coentrao, que no ha rendido como se esperaba a lo largo de la temporada, ocupara un puesto en el once inicial del Madrid, pero era la elección de Mourinho.

Aunque Mourinho no estaba descontento con la derrota, y valoró como "bueno" el partido del lateral izquierdo, esta apuesta del portugués por su compatriota le puede costar la eliminación de la Champions League a los blancos. Y es que por la banda de Coentrao, y sobre todo en la segunda mitad, los alemanes han encontrado una fórma rápida de colarse en el área madridista y así terminó llegando el gol de la victoria del Bayern, el de Mario Gómez.

Gran actuación de Ribéry

Antes, la actuación de los laterales del Madrid había sido digamos que 'discreta'. Ni Arbeloa ni Coentrao estuvieron acertados en defensa y esto obligó continuamente a Ramos y Pepe a estar pendientes de las bandas. Es más, indirectamente, podemos afirmar que así llegó el gol de Ribéry. ¿Por qué? Porque Arbeloa no estaba defendiendo su zona y Pepe tuvo que correr para ir a tapar su hueco.

El portugués llegó muy forzado y despejó la pelota a córner. Después, ya saben lo ocurrido. El Bayern sacó petróleo de este saque de esquina y Ribéry adelantó a los alemanes.

Ciertamente el francés estuvo muy rápido en el remate del rechace pero también pecó de ingenuidad la defensa blanca. Primero, porque Ramos no pudo, o no supo, despejar la pelota y segundo porque Ribéry no debería haber estado ahí libre de marca.

El caso es que ese gol cambió el guión del partido. Hasta entonces, los hombres de Mourinho habían empezado muy bien.  Salieron dispuestos a frenar el arreón inicial de los alemanes y lo consiguieron. Ejercieron presión, los encerraron en su campo y no dejaron marcharse ni a Robben ni a Ribéry.

Pero tras el tanto del francés, los blancos mostraron su peor cara. Los jugadores se desconcentraron, empezaron a jugar la pelota sin ideas. Sus gestos desvelaban ansiedad y nerviosismo y el Bayern, sobre todo a través de Ribéry, aprovechó para trenzar oportunidades y llegar al área madridista.

Mourinho intentó frenar al Múnich cambiando a Özil por Di María en la banda derecha, pero aún así los alemanes seguían poniendo en aprietos a los blancos. Íker Casillas desbarató dos buenas ocasiones de Schweinsteiger y Mario Gómez; por eso lo mejor que pudo pasar es que el árbitro pitara el descanso.

El tanto de la victoria, por la banda de Coentrao

En la reanudación, el Madrid volvió a salir muy bien plantado y la presencia de Marcelo calentando en la banda hacía pensar que Mourinho podría sacarlo por Coentrao. Entonces llegó el gol del empate, gracias a Mezut Özil.

Cristiano, que no supo rematar de primera una contra de libro de los blancos, estuvo acertado al asisitir a su compañero tras la recuperación de Benzemá. El partido se ponía muy bien para el Madrid, pero nuevamente la arriesgada apuesta de Mourinho acabó sin funcionar.

El técnico portugués dio entrada a Marcelo y quitó al goleador Özil. En ese momento, los blancos renunciaron a tener la pelota y su juego se basó más en defender que en atacar.

Los alemanes, muy perseverantes, no bajaron los brazos y aunque el gol llegó en los minutos finales, bien podía haber llegado antes. Robben, descubrió lo fácil que era entrar por la banda de Coentrao y por ahí basó el Bayern sus internadas. Al portugués se le veía nervioso y aunque estuvo bien cortado un pase atrás de Robben, a falta de 15 minutos, no estaba centrado y acabó lanzando el balón al pecho de Pepe.

Y tanto va el cántaro a la fuente... que al final llegó el gol. Lahm se fue como quiso del portugués y centró para Mario Gómez, que no desaprovechó la ocasión. El alemán, que ya lleva 12 goles esta Champions y es el segundo máximo goleador tras Messi, sentenciaba el partido (2-1).

El resultado no es el mejor para afrontar la vuelta, pero el hecho de haber marcado un tanto en el Allianz Arena no deja todas las puertas cerradas a los de Mourinho.

Eso sí, si el Real Madrid quiere volver a este estadio a disputar la final debería jugar en el Bernabéu como lo hizo durante los primeros 15 minutos de este partido: controlando la pelota y anulando a Robben y Ribéry. Solo así los madridistas tienen la oportunidad de soñar con acariciar la 'Décima'.