Carlos Soria ve "las uñas al Annapurna" y regresa al campo base
- El montañero ha tenido que descender del campo 3 debido a las avalanchas
- "El Annapurna es como es, y aquí no se puede jugar con los horarios"
- Soria está tratando de hollar el Annapurna al frente de la Expediciòn BBVA
El montañero Carlos Soria, al frente de la Expediciòn BBVA para la conquista del Annapurna (8.091 metros), se ha visto obligado a descender del campo 3 debido a las avalanchas, en una jornada en la que ha visto "las uñas" al legendario monte del Himalaya.
“No es bueno dejarse llevar por la corriente“
"Los tres días que hemos estado fuera del campo base, aunque no hemos pasado del campo 3, nos han servido para ver cómo es el Annapurna en toda su realidad. Y también me han servido para darme cuenta que no es bueno dejarse llevar por la corriente", señaló el montañero madrileño.
“El Annapurna es como es“
Soria salió tarde del campo 2 por contrastar opiniones sobre el tiempo que se iba a encontrar en el trayecto hacia el campo 3, decisión que contrastaba con su forma de actuar cuando está en la montaña. "El Annapurna es como es, y aquí no se puede jugar con los horarios, sobre todo con nieve reciente. Al poco de empezar cruzamos el gran corredor de posible peligro. Pero debido a que ya era mala hora después de la nevada de la noche anterior, cuando estábamos fuera de peligro cayó una avalancha, que prácticamente no afectó a la ruta", explicó.
Carlos Soria asegura haber visto al verdadero Annapurna, sobre todo cuando se encontraba a 6.400 metros y empezaron los problemas. Los expedicionarios empezaron a abrir hueco en el hielo para colocar las tiendas, cuando un miembro de la expedición alertó sobre el peligro de avalanchas, hecho que se produjo, aunque por suerte "no fueron graves, pero asustaron", ya que algunos fueron sorprendidos sin botas. La noche fue "terrible, incomodísima y muy fría", pues los sherpas montaron una tienda en un lugar protegido que dio cobijo a seis personas.
“Después de semejante noche, era una locura pensar en subir“
"Prácticamente no hemos dormido. Después de semejante noche, era una locura pensar en subir. Estábamos muy cansados, con las botas mojadas, y con nieve metida por todas partes. Así que esta mañana, viendo la cantidad de nieve que había acumulada en la montaña, sin haber descansado y con predicciones meteorológicas muy confusas, hemos decidido regresar al campo base", comentó Soria.
“Con el Annapurna está claro que no se puede jugar“
Ya en el campo base, Soria respira con tranquilidad después de una experiencia muy peligrosa. "Desde luego que subir hasta el campo 3 ha sido una experiencia que no olvidaré y, como digo, me ha servido para recordarme a mí mismo que la próxima vez no me dejaré llevar y haré lo que me parezca más adecuado. Yo no tenía claro que fuera el mejor momento para subir, porque en esta montaña hay que esperar a que haga verdaderamente buen tiempo, a que haya un anticiclón. Porque tengo claro que con la montaña, y con el Annapurna en especial, está claro que no se puede jugar", concluyó el montañero.