La maldición de Messi ante el Chelsea sentencia al Barcelona
- Messi falla un penalti decisivo en la eliminación del Barcelona ante el Chelsea
- El mejor jugador del mundo cumple ocho partidos sin marcarle a los ingleses
- El argentino no ha conseguido marcar en cinco semifinales de la Champions
Acabó abatido y llorando en el alma. Con la cabeza dentro de su camiseta, Messi vivió la injusticia del fútbol en sus carnes. Al tiempo, Fernando Torres y sus compañeros del Chelsea festejaron el segundo gol ante el Barcelona, un empate a dos que alejó al equipo azulgrana de la final de la Liga de Campeones.
Al octavo, tampoco
El astro argentino que ha batido todos los récords, que lleva 63 goles en la temporada, 14 y máximo goleador de la Liga de Campeones, tenía pendiente la misión de anotar un gol al Chelsea, cosa no conseguida en sus siete partidos anteriores con los ingleses. En el octavo encuentro, ese mismo fútbol que a Messi le dio tantas noches de gloria le enseñó su cara más amarga.
Leo estrelló en el larguero el lanzamiento del penalti que el árbitró señaló a favor de su equipo. Iban 48 minutos y hubiera sido el 3-1 necesario para llegar a la final por segundo año consecutivo. Pero el balón se fue al larguero, como se le fue otro al poste, cuando Cech tocó lo justo para desviar el cuero, a falta de ocho minutos para acabar.
El de Rosario se hartó de intentar romper la muralla del Chelsea. A los tres minutos ya lanzó el primer aviso. A los 18 casi marcó en una bella pared doble con Alexis y Cesc. Capitaneó el asedio de su equipo ante una nube de defensas, pero no le salió nada.
Circular el balón es lo que hizo el Barcelona, con Xavi, Iniesta y Messi, de un lado a otro y hasta la saciedad, en un acoso total. Los dos últimos llevaron la locura al Camp Nou cuando Messi asistió a Iniesta para el segundo tanto de su equipo.
Las esperanzas de llegar a la segunda final consecutiva estallaron en el corazón azulgrana. Messi acumuló 8.856 metros recorridos en el choque, según las estadísticas oficiales. En los 95 minutos, lanzó 5 disparos, hizo 94 pases, recuperó dos balones y perdió 12.
El poder de la ultradefensa
En definitiva... estadísticas que de nada sirvieron para evitar una de las noches más amargas de Messi ante su equipo maldito. Fuera con Mourinho, Hiddink o Di Matteo, el Chelsea tuvo un denominador común: su carácter ultradefensivo.
Los de Di Matteo rindieron un triste homenaje al fútbol creativo y pusieron un autobús ante su portería, pero fue de los de dos pisos. Como equipo londinense que es, de esos que circulan por la capital inglesa.
El Chelsea jugó con acierto sus cartas en el Camp Nou y salvó la delicada situación de jugar con uno menos desde el minuto 35. La estúpida expulsión de Terry, por dar un rodillazo a Alexis, aumentó las precauciones defensivas de su equipo, con ocho jugadores y el portero en su área.
A diferencia de ocasiones anteriores, a los defensas del Chelsea no les hizo falta recurrir a la violencia para frenar a Messi. El marcaje fue perfecto y consiguió cerrar todas las vías de penetración al argentino. Pocos equipos en el mundo pueden decir que llevan 720 minutos sin que les marque Leo.
El Chelsea puso una red en torno a Messi y este no fue capaz de sortear los obstáculos. Es la maldición del argentino que no pudo marcar un solo tanto en las cinco semifinales de Liga de Campeones que ha disputado ante su público contra Manchester United, Inter, Real Madrid y Chelsea, por partida doble.
Messi y el Barcelona vivieron en estos cuatro últimos días dos dolorosas derrotas ante el Real y el Chelsea, que los dejan fuera de la Liga y de la Champions. Una situación nunca vista en la era Guardiola, que puede hacer meditar al técnico sobre su continuidad al frente de la nave azulgrana.