Messi, el mejor regalo para Guardiola en su despedida del Camp Nou (4-0)
- El argentino hace cuatro goles en la despedida del técnico en casa
- Con 50 goles pone una distancia casi insalvable en el 'pichichi'
- La afición culé despide a su técnico con todo tipo de mensajes
- Guardiola: "He sido un privilegiado por disfrutar de estos jugadores"
- Datos y estadísticas del partido FC Barcelona 4-0 RCD Espanyol
Ficha técnica:
4 - Barcelona: Pinto; Montoya, Mascherano, Puyol, Adriano (Tello, min.77), Sergio Busquets, Thiago, Keita (Cesc, min.65) , Pedro, Messi e Iniesta (Xavi, min.83).
0 - Espanyol: Cristian Álvarez; Raúl Rodríguez, Forlín, Héctor, Dídac, Javi López (Cristian Gómez, min.60), Víctor Sánchez, Baena, Verdú (Rui Fonte, min.83), Weiss y Álvaro Vázquez (Coutinho, min.65).
Goles: 1-0: Messi, min.11. 2-0: Messi (p), min.65. 3-0: Messi min.74. 4-0: Messi, min.78.
Árbitro: Teixeira Vitienes (Colegio cántabro). Mostró tarjeta amarilla a Forlín (min.4), Sergio Busquets (min.20), Didac (min.64), Cristian Álvarez (min.64), Tello (min.83) y Puyol (min.89)
Incidencias: Partido de la trigésimo séptima jornada de Primera División disputado en el Camp Nou ante 89.044 espectadores. Antes, durante y después del partido, se homenajeó a Pep Guardiola, que deja el banquillo azulgrana tras cuatro temporadas repletas de éxitos.
El todavía entrenador del FC Barcelona, Josep Guardiola, recibió todo tipo de parabienes en su despedida del Camp Nou, en el derbi contra el Espanyol. Pero de todos, el mejor fue ver una nueva exhibición de Leo Messi, que con un póker de goles dio la victoria a los culés y puso tierra de por medio en la carrera del 'pichichi'.
Redondo y estratosférico: 50 goles. El rosareño celebró el cuarto con un emotivo abrazo a su entrenador. Su exhibición comenzó con un magistral lanzamiento de falta y se completó con dos penaltis más la finalización de una contra entre medias. Y no fueron cinco porque se le marchó fuera una vaselina en un mano a mano.
Sus números, a falta de una jornada para ampliarlos, casi eclipsaron el que estaba destinado a ser el día de Pep, cuyo homenaje se vivía desde horas antes del partido, con el mural que puso el club en los aledaños del campo para que los aficionados plasmaran su dedicatoria.
Continuó con pancartas, bufandas, banderas y todo tipo de mensajes que se resumen en uno: "Gracias, Pep". Nada más salir los equipos al campo, una pancarta gigante se desplegó para que lo vieran bien desde los banquillos: la cara de Guardiola y la frase "T'estimem, Pep", "te queremos, Pep", en catalán.
Emotivos prolegómenos para un homenaje que fue visto por los padres de Guardiola desde el palco de honor. La continuación fue al final del partido, con el protagonista en el centro del campo para recibir el cariño de su gente mientras se proyectaba un vídeo con sus mejores momentos como técnico.
"Que tengas suerte", le decía la canción de Lluis Llach (Que tinguem sort) que se escuchó por megafonía antes de que hablara Guardiola para despedirse de sus aficionados. En todo momento quiso compartir el protagonismo con los jugadores, que rehusaron rodearle para que disfrutara él solo del momento.
"He sido un privilegiado por disfrutar de estos jugadores, como vosotros", dijo aguantando un tanto las lágrimas, que asomaban en alguno de sus jugadores. "Os deseo lo mejor a todos", fue su despedida antes de que le manteara la plantilla al completo, incluso los que estaban vestidos de calle, como Piqué o Villa. Y para terminar, la sardana alrededor del círculo con Viva la vida de Coldplay de fondo.
Partido sin historia
Entre medias, un partido que no destacó precisamente por su buen fútbol de no haber sido por la exhibición de Messi. El Espanyol fue un rival más que digno, con buen trato de balón -sobre todo en las botas de Verdú- hasta que el delantero argentino puso distancias.
Empezó relativamente pronto, en el minuto 11, con un soberbio lanzamiento de falta ante el que nada pudo hacer el meta Cristian Álvarez. Y no hubo más en la primera parte porque el cancerbero argentino detuvo otra de Iniesta y porque Pinto, sustituto de Valdés, apenas tuvo trabajo.
En la segunda parte Messi sació su hambre con la colaboración de los jugadores del Espanyol y el árbitro, Teixeira Vitienes, que señaló dos claros penaltis. Tan claros como innecesarios.
Entre un penalti y otro, el argentino culminó un contraataque con un fenomenal control orientado y un disparo cruzado. Casi logra el repóker con otro contragolpe, balón elevado sobre la salida de Cristian Álvarez y... fuera.
Casi habría empañado su obra maestra, puesto que después de anotar el segundo de los penaltis, el que suponía el cuarto gol y el número 50 en la presente Liga, se fundió en un emotivo abrazo con el verdadero protagonista de la noche.
Fue el mejor regalo para Guardiola, que se marcha con todo el cariño ganado por parte de su afición y la certeza de que volverá al club de sus amores.