Nadal hace historia con su séptimo Roland Garros y se convierte en rey del torneo
- El español vence al serbio Novak Djokovic por 6-4, 6-3, 2-6 y 7-5
- Es, además, su undécimo Grand Slam e iguala a Bjon Borg
- Rafa vuelve a poner de su lado el balance de finales con 'Nole'
- Datos y estadísticas del partido Novak Djokovic - Rafa Nadal
Palmarés de Rafa Nadal:
Títulos de Grand Slam (11): Siete Roland Garros (2005, 2006, 2007, 2008, 2010, 2011 y 2012), dos Wimbledon (2008 y 2010), un Abierto de Australia (2009) y un Abierto de los Estados Unidos (2010).
Títulos de Masters 1000 (21): Ocho en Montecarlo (2005-2012), seis en Roma (2005, 2006, 2007, 2009, 2010, 2012), dos en Madrid (2005 y 2010), dos en Indian Wells (2007 y 2009), dos en Canadá (2005 y 2008) y uno en Hamburgo (2008).
Torneos ATP (17): Siete Conde de Godó (2005, 2006, 2007, 2008, 2009, 2011 y 2012), dos en Stuttgart (2005 y 2007), y uno en Sopot (2004), Costa do Sauipe (2005), Pekín (2005), Acapulco (2005), Bastad (2005), Dubai (2006), Queen's (2008) y Tokio (2010).
Medallas olímpicas (1): Oro individual en los Juegos de Pekín de 2008.
Copas Davis (4): 2004, 2008, 2009 y 2011
Roland Garros ya tiene rey absoluto: Rafa Nadal. El español vuelve a vencer al número uno del mundo, Novak Djokovic, en dos actos por culpa de la lluvia y un marcador de 6-4, 6-3, 2-6 y 7-5. El aguacero amenazó y cunmplió, pero no deslució esta vez una final histórica. Séptimo título para Rafa, que supera la marca de Borg en París e iguala la de Chris Evert. Solo Pete Sampras, en Wimbledon, tiene una marca parecida entre los hombres. [Datos y estadísticas]
El séptimo Roland Garros de Rafa supone, además, su undécimo Grand Slam, con lo que iguala a Borg en número de títulos grandes. Tiene 26 años y mucho recorrido por delante para ampliar la cifra.
Al mismo tiempo, impide que su rival logre igualar otra marca, la de ganar cuatro grandes consecutivos -todos frente a Nadal, otro récord-, aunque no en un año natural. Ese honor pertenece al legendario Rod Laver.
Tendrá que esperar 'Nole' a otro año. Nadal no está dispuesto a ceder una vez más su trono. Lo hizo en un 2009 para olvidar en lo personal en su única derrota en 53 partidos sobre la arcilla de París. Además, tampoco quiere que su rival mande en el balance personal: 19-14 para el de Manacor y 8-7 en las finales entre ambos.
Ni siquiera la lluvia, gris protagonista del partido el domingo, empañó un encuentro para enmarcar de Rafa, fraguado desde el primer punto, de domingo a lunes, con una agresividad imparable para el actual número uno del ránking.
Nadal anula la ventaja y manda
Recomenzaba el partido con 1-2 para el serbio en el cuarto set y rotura de ventaja. Djokovic había metido ocho juegos seguidos para ganar el tercer set y añadir emoción al partido antes de la suspensión.
Pero Nadal salió igual de enchufado que en el inicio del día antes y le hizo la rotura que igualaba el marcador. El serbio seguía alternando buenos puntos y errores no forzados, aunque se puede decir que en parte fueron provocados por la agresividad de su rival.
Fueron esos errores los que propiciaron la rotura, porque ambos empezaron un tanto reservones a pesar de que ponían profundidad a sus peloteos. Fue Nadal el primero en romper el hielo de los golpes ganadores con su derecha.
Aún así, Djokovic se aferraba a la pista con su saque. No concedía un porcentaje tan bajo de primeros servicios como en el primer set, pero Rafa esperaba sin desmoronarse mentalmente.
No se descompuso ni cuando un chaparrón pasajero interrumpió el partido en el octavo juego y amenazó con una nueva suspensión. Djokovic se quejaba y el balear le ofreció la posibilidad de irse al vestuario. Ambos hablaron con Stefan Francsson, juez del torneo, y decidieron continuar.
Había uno que tenía más prisa por acabar, y no precisamente en el quinto set. Era Rafa, que se fue al ataque en el décimo juego, pero ni siquiera encontró la bola de 'break' en un sólido servicio del belgradense.
Él no se descompuso con su saque y se permitió incluso un 'ace' para certificar su poderío mental. Djokovic tenía toda la presión y sacaba para forzar al 'tie break'. Pero entonces aparecieron los segundos saques, los errores, y Rafa no perdona.
Nadal sacó la derecha demoledora para arrinconar a Djokovic en el fondo de la pista, donde no es tan fiero, y forzó el punto de 'break', que además era punto de partido. Ahí hincó la rodilla el erbio, el número uno, doble falta como cortesía para coronar al nuevo rey de París.
Nadal: "Bonjour a tout le monde"
En un gesto para ganarse al público francés -como si no hiciera ya bastante- el campeón saludó con un "bonjour a tout le monde" tras levantar la Copa de los Mosqueteros y escuchar el himno español. Aseguró que el de París es para él "el mejor torneo del mundo" y se lo agradeció a su familia: "sin vosotros, nada sería posible".
A pesar de tener ya siete, más que nadie en la historia del cuadro masculino, no se cansa: "Siempre hay espacio en casa para un trofeo como este". No se olvidó de Djokovic, al que calificó como "el mejor jugador del mundo", al tiempo que le felicitaba por su torneo.
El serbio recogió el guante de la cortesía y felicitó igualmente a Nadal, pero no podía ocultar en su rostro la decepción por la derrota. Y ya es una costumbre del derrotado asegurar "volveré el año que viene".