Campeones de Europa por un día
- Vivimos la celebración de la Roja a bordo de un autobús descapotable
- Decenas de afortunados se han sentido como los jugadores de España
- Así hemos contado la fiesta de la Roja por la tercera Eurocopa
"¡Me siento campeón de Europa!" Así de felices se mostraban los afortunados que han podido seguir la celebración de la Eurocopa 2012 desde un autobús, tal y como lo han vivido los propios jugadores de la Roja, que han vuelto a darse un baño de masas en Madrid, volcada de nuevo con los campeones de Del Bosque.
Jaleados, fotografiados y grabados por un público entregado. "Me siento como la novia de un futbolista", aseguraba Natalia, una de las jóvenes aficionadas que disfrutaron de la fiesta a bordo del segundo autobús de la caravana, justo detrás del que trasladaba a los campeones desde La Zarzuela hasta la plaza de Cibeles.
Un tercero cerraba la impresionante comitiva. En él, decenas de jóvenes teñidos de rojo de arriba a abajo, todos ellos ganadores de un concurso que les llevó a convertirse durante unas horas en sus ídolos futbolísticos. Ellos, los más ruidosos, se fundieron con las canciones de los cientos de miles de seguidores que se echaron a las calles de Madrid.
Inundaron la plaza de Cibeles, extendiendo su marea por el Paseo del Prado y Castellana, inundaron Gran Vía, aledaños incluidos, inundaron Plaza de España, Princesa y Moncloa; pero también se dejaron notar en la M-30, donde los conductores se detenían para fotografiar el paso de la caravana de la Roja, gritaban desde los puentes y se arremolinaron en el párking exterior del Palacio de La Zarzuela, punto de salida de la comitiva.
Así, metro a metro, la caravana fue entregándose a la gente y con ellos la pasión fue aumentando al mismo ritmo que los jugadores subían el tono de sus cánticos, mimetizados en los dos autobuses gemelos que seguian de cerca al imponente transporte de los campeones.
"Una experiencia única"
"Esto es una experiencia única y hay que vivirlo así, no tiene otro nombre", aseguraba Pedro a bordo del segundo autobús con una sonrisa de oreja a oreja, la misma que se dibujaba en los miles de niños que están mamando desde niños el orgullo de la victoria y el trabajo bien hecho de la ya histórica selección española de fútbol.
Y, finalmente, todo acabó en un punto, el elegido para cerrar la fiesta, la plaza de Cibeles, en el que miles de personas llevaban horas esperando la llegada de sus ídolos a pesar del calor que ha azotado Madrid este lunes. Su espera valió la pena y tanto ellos como los recién llegados, los afortunados que vivieron la celebración desde lo alto de un autobús, acabaron cantando un 'Campeones, campeones' que ha vuelto a unir este país, aunque sea por un rato y con la excusa de un balón de por medio.