La 'Rojita', de favorita a fiasco en dos partidos
- La selección de fútbol, eliminada a las primeras de cambio en Londres 2012
- El bajo rendimiento y la criticada gestión de Milla, claves del fracaso
- A falta de un partido, dos derrotas y cero goles, pésimo bagaje de España
26 de junio de 2011: España conquista el Europeo sub-21. La 'Rojita' se sube a la ola de éxitos de sus hermanos mayores de la absoluta y se disparan las expectativas para los Juegos Olímpicos. Más de un año después, la 'Rojita', ya en Londres y prácticamente con el mismo bloque, cae eliminada a las primeras de cambio tras perder sus dos primeros partidos frente a Japón y Honduras.
El potente grupo presentado por Milla en Londres 2012 se perfilaba en todas las quinielas como un fijo en la lucha por las medallas, pero el optimismo previo se ha dado de bruces contra el bajísimo nivel mostrado y los resultados pésimos. A falta del intrascendente choque contra Marruecos, España ha cosechado dos derrotas en dos partidos, y cero goles. Un bagaje tan negativo como inesperado.
Los rivales, además, no estaban dentro del grupo de los llamados a la gloria olímpica. Japón, primer verdugo de España, calificó de "milagro" su triunfo en el debut en Londres. Honduras, encargado de finiquitar las opciones españolas, sufrió con Marruecos en su primer partido y no suele contar en las competiciones de fútbol de alto nivel.
Se mire por donde se mire, el fracaso es obvio. El potencial del grupo generó unas expectativas altas, pero ajustadas a su currículum. Campeona de Europa sub-21 y con tres habituales de la campeona del mundo en sus filas, Juan Mata, Javi Martínez y Jordi Alba, la selección de Milla se había ganado el derecho a estar entre las favoritas. Pero, esta vez, el equipo no ha estado a la altura.
Diagnóstico del fracaso
Una vez digerida la eliminación, es el momento de realizar un diagnóstico. ¿Qué ha pasado? ¿qué ha fallado? La mayoría de las críticas se dirigen a la gestión de Luis Milla. El técnico de la sub-21 llevó al éxito a la Rojita en el Europeo, pero no ha conseguido conducir al equipo a las medallas olímpicas y ni siquiera ha logrado meterlo en cuartos de final. Sus alineaciones y su confianza en Koke, en detrimento de Ander Herrera, han sido el principal objetivo de las críticas.
España, además, ha echado de menos a Thiago Alcántara, el gran líder de esta generación, que se ha perdido los Juegos por lesión. Precisamente el estado físico de los jugadores es otro de los problemas que ha tenido la selección olímpica en Londres 2012. Tras una larga temporada, con la mayoría de sus jugadores implicados en competiciones nacionales e internacionales con sus clubes, y una preparación decepcionante, el grupo no llegó a la capital londinense en sus mejores condiciones y el cansancio se ha dejado notar sobre el césped.
Incluso, hay quien ha criticado la presencia de los jugadores en la ceremonia de inauguración mientras que el conjunto hondureño preparaba el partido en Newcastle. Un hecho que refuerza la teoría del exceso de confianza de un grupo llamado a la gloria olímpica y que dejará Londres por la puerta de atrás, aquella por la que nadie quiere salir, aunque nadie recuerde que, a veces, simplemente con ser olímpico ya se ha cumplido una meta. Y más, cuando el fútbol español se había ausentado de los Juegos en los últimos doce años.