Bolt se funde con la leyenda
- El jamaicano se cuelga el oro en los 200 metros lisos y repite su gesta de Pekín
- Con este logro, supera a Carl Lewis, plata en 200m. en sus segundos Juegos
- Usain Bolt podría conseguir su sexto oro olímpico en los relevos del 4x100
¿Ahora sí, señor Bolt? ¿Es usted una leyenda? No hace falta que conteste, no hay ninguna duda. Usain, se acaba usted de fundir con la leyenda, ha ganado el oro olímpico en los 200 metros lisos por segunda vez consecutiva y ha alcanzado un hito que nunca llegó a conseguir su legendaria majestad, Carl Lewis. El viento acaba de encontrar a su nieto.
Las similitudes entre hijo y nieto, entre el viento y el rayo, comenzaron con la llegada a la Tierra del jamaicano, que no ha dejado de asombrar al mundo desde su explosión en Pekín 2008, cuando se colgó tres oros en los 100, 200 y el 4x100. Antes de su conquista de 'El nido', Bolt había dado un aviso con dos platas en los Mundiales de Osaka en 2007 y había batido, por primera vez, el récord del mundo de los 100 con un 9,72, que rebajó a su vez en Pekín a 9,69 y que pulverizó en 2009 dejándolo en los estratosféricos 9,58.
Aunque todo el mundo esperaba a un gran atleta, pocos creían que en aquellos Juegos alcanzaría tal magnitud el atleta más rápido de todos los tiempos. Hasta su llegada, el reino de Carl Lewis parecía tan lejano como imbatible. Pero el atletismo vive de la superación y de superhombres como ellos. Superatletas legendarios y, además, carismáticos.
Con sus diez medallas olímpicas, nueve de ellas de oro, Carl Lewis pasa por ser el mejor atleta de todos los tiempos. Cuatro oros en Los Ángeles, dos oros y una plata en Seúl, dos oros en Barcelona y un oro en Atlanta jalonaron la inigualable carrera deportiva del exatleta estadounidense, que también rebajó el récord de los 100 en dos ocasiones (9,92 y 9,86). ¿Inigualable? Pregúntenle a Bolt, que en su dos primeras participaciones olímpicas ya se ha colgado cinco oros, a falta del 4x100 de Londres 2012.
Leyendas perpetuas
El salto de longitud, auténtica especialidad de Lewis y en la que estuvo imbatido diez años, permitió al norteamericano perpetuar su reinado hasta 1996, cuando consiguió subirse a lo más alto del podio con 35 años. Ausente de los Juegos de Moscú '80 por el boicot estadounidense, Lewis asombró al mundo en Los Ángeles '84, donde igualó el récord de Jesse Owens al ganar 100, 200, el 4x100 y salto de longitud.
Cuatro años después, y superado el escándalo Ben Johnson, Lewis cosechó oros en los 100 y en salto, y una plata en los 200, en un espectáculo solo superado este jueves por el jamaicano Bolt, que ha ganado todas las pruebas olímpicas en las que ha participado hasta ahora.
Con el objetivo en el bolsillo y los brazos mirando al cielo, Usain ha dejado abierta la puerta de la historia, en la que podría seguir inscribiendo nuevas cotas en Río 2016, donde podría convertirse en el primer atleta en conseguir ganar las grandes pruebas de la velocidad en tres Juegos Olímpicos consecutivos. Si Lewis amplió su currículum en Barcelona y Atlanta con nuevas medallas en relevos y salto de longitud, Bolt tiene ante sí el nuevo gran reto de su vida: no conformarse con ser leyenda, sino perpetuarse en ella.