El español Hervás, vigésimo tercero en los 10 kilómetros en aguas abiertas

• El tunecino Mellouli se cuelga el oro, su segunda medalla en estos Juegos
• El catalán estaba lesionado de un pie y ha compleado la distancia en 1:53:27
• La plata, para el alemán Lurz y el bronce, para el canadiense Weinberger

El nadador español Francisco Hervas durante la prueba de los 10 kilómetros de natación en aguas abiertas en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

El español Francisco Hervás ha completado este viernes en el puesto número 23 la prueba de 10 kilómetros en aguas abiertas de los Juegos de Londres, en la que el tunecino Oussama Mellouli se ha colgado el oro, su segunda medalla en esta cita olímpica.

En el lago urbano Serpentine, dentro del céntrico Hyde Park londinense, el mismo escenario en el que este jueves la española Erica Villaécija se llevó un diploma olímpico, Hervás, lesionado de un pie, completó la distancia en un tiempo de 1:53:27, tres minutos y 32 segundos por detrás de Mellouli, que ya había logrado el bronce en los 1.500 metros libres.

La plata en la prueba fue para el alemán Thomas Lurz, mientras que el canadiense Richard Weinberger subió al tercer cajón del podio.

Hervás, peor que en Pekín 2008

A sus 30 años, Kiko Hervás afrontaba en Londres sus segundos Juegos Olímpicos, después de cerrar en el decimotercer puesto la prueba de aguas abiertas de Pekín 2008.

El español llegaba con confianza a la cita tras lograr el cuarto puesto en los 25 kilómetros y el sexto en los 10 kilómetros en el mundial de Shanghai, el pasado año.

Un percance de última hora lastró sin embargo el estado físico de Hervás, que el martes se fracturó el quinto metatarsiano del pie izquierdo, una articulación que "no afecta especialmente a su nado", según la Federación Española de Natación, pero que le provocaba dolor en la zona.

Lesionado en el pie izquierdo

A pesar de las dificultades, Hervás tomó la salida de la prueba en una jornada soleada en Londres, en la que miles de personas se concentraron para ver la prueba a las orillas del Serpentine, una masa de 11 hectáreas de agua bombeada desde el cercano río Támesis.

Poco antes de que los corredores iniciaran la carrera, alrededor del mediodía inglés (11.00 GMT), el agua del lago, al que debían dar seis vueltas para cubrir los 10 kilómetros del recorrido, presentaba una temperatura de poco más de 21 grados, algo más fría que los 26 a los que debe estar en una piscina olímpica.

El grupo de 25 nadadores que tomaron la salida se mantuvo unido durante el primer tramo de la prueba, con Hervás instalado en la cola de ese pelotón desde el primer paso cronometrado, a los 1,7 kilómetros, que el español cruzó en el puesto número 21, a 9,2 segundos del canadiense Richard Weinberger, que tiraba del grupo.

Hervás, antepenúltimo

Tras una hora de carrera, Hervás encontraba dificultades para mantenerse en el pelotón de nadadores, y corría el peligro de quedar descolgado tras completar la tercera vuelta al lago en la penúltima posición, a trece segundos de la cabeza.

Por detrás del español solo nadaba el atleta de Guam Benjamin Schulte, descolgado a casi cinco minutos del grupo. Cuando faltaban tres kilómetros para la conclusión de la prueba, Hervás se descolgó definitivamente de un pelotón que se resquebrajaba ante el empuje de los favoritos, y terminó entrando en la meta en la vigésimo tercera posición.