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Vuelta a España 2012 | Archivo

Cuando las Vueltas se decidían gracias a la táctica del Kelme y de la ONCE

  • Ambos plantearon una carrera valiente en los 90' y primeros años del 2000
  • Manolo Saiz y Vicente Belda implantaron su forma de ser a sus equipos
  • Todo el archivo de la Vuelta ciclista a España en RTVE.es

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Imagen de Joseba Beloki (ONCE) y Aitor González (Kelme) durante la Vuelta a España 2002.
Imagen de Joseba Beloki (ONCE) y Aitor González (Kelme) durante la Vuelta a España 2002.

La Vuelta ciclista a España 2012 está siendo una de las más emocionantes que se recuerdan pero aún así no faltan los que echan de menos un ciclismo más táctico, un ciclismo que no espera a los últimos kilómetros de la etapa para que se encienda la mecha. [Todo el archivo de la Vuelta ciclista a España en RTVE.es]

Llega a la última semana y la victoria final dependerá de las piernas de los favoritos y la táctica que sigan ellos y sus equipos, es decir, el Saxo Bank de Alberto Contador, el Movistar de Alejandro Valverde y el Katusha de Joaquim Rodríguez.

Lejos parecen quedar ya aquellas ediciones de la Vuelta en el que los equipos Banesto (actual Movistar) luchaba con los ya desaparecidos Kelme y ONCE por la victoria final.

La forma de plantear las carreras ahora me aburre más

El que fuera director del equipo Kelme desde el año 2000, el alicantino Vicente Belda piensa que con el tiempo el ciclismo se ha vuelto más aburrido y más táctico: "La forma de plantear las carreras ahora me aburre más, existe un cambio significativo con nuestros años. También es verdad que los recorridos tienen que acompañar a los equipos y en los últimos años se hacen etapas más pensadas par el lucimiento en los últimos 40km. Así la gente prefiere no ver los primeros kilómetros de la jornada ya que piensan que esa película ya la han visto antes".

Ahora se realizan carreras más controladas

Sin embargo el ex director de la ONCE Manolo Saiz no es de la misma opinión: "El ciclismo antes era mucho más táctico y se aprovechaban todos los factores, todos los puertos, el viento… Además se realizaban ataques desde más lejos, ahora se realizan carreras más controladas y los favoritos se mueven en los últimos Kilómetros, aun así no pienso que sea más aburrido ahora que antes, la subida a Peña Cabarga de Cobo y Froome del año pasado vale por una Vuelta entera”.

Siguiendo estas palabras en la década de los 90’ y principios del 2000 encontramos dos ejemplos de cómo afrontar La Vuelta a España dando un gran espectáculo. Con estos dos equipos a los que sus directores imprimieron su carácter en  carrera.

A pesar de tener filosofías distintas, ambos ofrecían un ciclismo arriesgado y valiente y consiguieron hacer vibrar a los seguidores de la Vuelta, durante estos años.

Las escaramuzas del Kelme

El equipo Kelme con Álvaro Pino como director primero y con Vicente  Belda después, basaba su táctica en animar la carrera. Con una visión arriesgada y combativa basada en las escaramuzas, un equipo que siempre ponía en apuros a los más grandes.

Era un equipo que se lanzaba al ataque desde la misma línea de  salida, hasta la llegada final. Con tácticas como la de enviar a un par de segundas espadas  a la fuga para que al atacar el líder del equipo pudieran llevarlo a rueda aunque solo fuera 200  metros.

El propio Vicente Belda reconocía que "siempre es importante  tener a los corredores bien colocados en la general para poder atacar  con ellos y así hacer trabajar al pelotón y poder llegar a pie de puerto  con el equipo del líder desarmado para que no puedan ayudarlo en la  montaña. Esto en la actualidad no ocurre".

También hay que destacar que en este conjunto todos los corredores  tenían una función y todos podían lucirse de alguna forma en la Vuelta. Gracias a ello, junto a una gran política de base, lograron grandes  resultados en esta carrera e incluso llego a vencer en el año 2000 con un joven Roberto Heras.

Heras conquista su primera Vuelta

La Vuelta a España de 2002 que finalmente gano el Kelme con Aitor  González llego en un año duro en el que en el propio equipo se formaron  dos facciones "tuvimos que hacer dos grupos uno para Aitor y otro para  el resto, ya que hubo una división. Aitor tuvo que ganarse los galones  ese año para que todo el equipo remara en su dirección".

González, campeón a última hora

Tal es la diferencia para Vicente Belda entre el  ciclismo de esos años con el de ahora que no ve a ningún conjunto que se les  parezca "en la forma de competir, a lo mejor un poco el Europcar con Thomas Voeckler en la forma de pelear", asegura.

El querer controlar todo de la ONCE

El ya mencionado, Manolo Saiz, que fue director del equipo ONCE, consiguió alzarse con la victoria final de esta carrera en cuatro ocasiones. Melcior Mauri fue el primero del equipo en vencer en la edición del 1991; Laurent Jalabert en el 1995 y el suizo Alex Zulle en el los años 96 y 97.

Mauri gana la Vuelta 1991

Para el director todas fueron igual de importantes pero cada una fue diferente: "La de Mauri fue la primera lo que dio un impulso al equipo, la de Jalabert, por su parte sobresale porque fue muy simbólica con un ataque muy planificado a 90 Km. de meta y Alex Zulle ganó dos muy importantes, también. Incluso la Vuelta a España que perdió Benjamín Nozal la disfruté como amante del ciclismo que soy, fue un gran espectáculo".

Laurent Jalabert gana la Vuelta 95

Éramos un equipo creativo y que buscábamos dar la sorpresa

La escuadra basaba su forma de correr en un gran control, así lo reconoce el de Torrelavega: "El equipo ONCE controlaba las carreras por que nos gustaba atacar, éramos un equipo creativo y que buscábamos dar la sorpresa. Atacábamos incluso llevando el maillot de líder en la Vuelta".

Zulle hace perdurar la hegemonía

Queríamos mostrar que el equipo era casi como una gran familia

También, por ejemplo si las condiciones de la etapa lo requerían, todo el equipo se ponía a tirar del pelotón para reventar a los rivales. "Queríamos demostrar una gran unidad de equipo, nos llamaban la apisonadora amarilla y queríamos mostrar que el equipo era casi como una gran familia".

Como una gran familia que era la escuadra, fueron importantes las concentraciones, ya que fue uno de los primeros en realizarlas e impulsarlas finalmente en el ciclismo profesional antes de las grandes carreras: "Eran unas concentraciones basadas en la convivencia a diferencia de lo que se hace hoy en día que son más individualistas", explica Saiz. Estas concentraciones eran muy importantes. "Cuando un equipo esta concentrado junto, el corredor ve el sufrimiento de sus compañeros por lo que puede sacrificarse más por los demás, ayuda a hacer grupo y eso nos ha ayudado a pasar momentos muy difíciles que también los hemos vivido".

Un factor común: lucha y pundonor

Aunque cada uno afrontaba la competición de una manera distinta teniendo en cuenta sus características y sus posibilidades, ya que la ONCE era una escuadra potente económicamente y el KELME, el equipo más mas modesto ambos equipos compartieron un factor común, sus ganas de hacer algo grande y no escatimar en esfuerzos para ello.

Un ciclismo de pundonor y coraje al que cada vez estamos menos acostumbrados.