La invitación al soldado israelí Gilad Shalit anticipa la polémica en el clásico Barça-Madrid
- El club invita al clásico al soldado israelí secuestrado cinco años por Hamás
- Asociaciones propalestinas piden a Sandro Rosell que retire la invitación
- El Barça confirma la presencia del militar, aunque no en el palco
- Posibles protestas en un clásico con huelga de metro y de empleados del club
Un clásico Barça-Madrid nunca viene solo. En no pocas ocasiones ha venido rodeado de la polémica incluso antes de que el balón eche a rodar sobre el césped. Y una iniciativa diplomática del FC Barcelona con uno de sus aficionados ha atraído una nueva polémica sobre el próximo clásico liguero, que puede retumbar por motivos ajenos a los futbolísticos.
En la noche del domingo 7 de octubre estará en la grada del Camp Nou el sargento israelí Gilad Shalit, que estuvo secuestrado por Hamas durante cinco años. ¿Por qué? Porque el conjunto azulgrana ha decidido invitarle, a partir de la petición del entorno del militar, quien vive el deporte como pasión y que, desde que terminó su cautiverio, ha sido espectador de la Eurocopa, de la final de la NBA, en los Juegos Olímpicos de Londres, amén de partidos de baloncesto del Maccabi de Tel Aviv, equipo del que es hincha acérrimo.
En un principio, el Barça le había ofrecido asiento en el palco, lo que ha sido desechado por Gilad Shalit, quien tendrá localidad cerca del césped en tribuna, también porque un equipo televisivo está recogiendo material para un documental. De hecho, Shalit siguió la final de la NBA como comentarista deportivo para el diario israelí Yediot Ahronot, donde colabora con una columna.
Gilad Shalit, de 26 años, que también tiene nacionalidad francesa, fue secuestrado en junio de 2006 por tres grupos armados palestinos, entre ellos el ala militar de Hamas, que controla la Franja de Gaza desde junio de 2007. Estuvo cinco años de cautiverio y el 18 de octubre de 2011, en un histórico acuerdo entre Israel y Hamás, se terminó su secuestro a cambio de la liberación de 1.027 presos palestinos.
Sin embargo, esta decisión de que Shalit, seguidor confeso del Barça, pueda celebrar este primer aniversario no se interpreta como un hecho inocente por parte de la comunidad propalestina, que según ha publicado el diario El País, ha solicitado por carta al presidente del club azulgrana, Sandro Rosell, que retire la invitación al soldado, al que no considera un aficionado cualquiera.
Un Barça amigo de israelíes y palestinos
El vicepresidente del área institucional del Barça, Carles Vilarrubí, ha confirmado que el militar israelí estará en el Camp Nou y que él mismo ha llevado de primera mano las negociaciones, que partieron del entorno de Gilad Shalit, para que el joven pudiera ver al equipo por el que profesa admiración.
"El Barcelona es un punto de encuentro y no de enfrentamiento", ha señalado el vicepresidente del área institucional del Barça, Carles Vilarrubí, en el programa 'Primer Toc' de la emisora 'RAC1', además de subrayar que el Barcelona no ha invitado al militar, sino que ha aceptado la petición de éste de asistir al estadio.
“Nadie puede dudar de la posición del Barcelona, que es apostar por la concordia“
Vilarrubí ha recordado que el Barcelona también ha tenido como invitada a la Autoridad Nacional Palestina, y desde el club catalán recuerdan que en 2011 recibió a su presidente, Mahmud Abás, al que se le mostraron las instalaciones del club.
"Nadie puede dudar de la posición del Barcelona en este conflicto [entre israelíes y palestinos], que es de apostar por la concordia", ha apuntado Vilarrubí.
Sin ir más lejos, y también hace un año, unos cincuenta jóvenes israelíes y palestinos de dos clubes deportivos de Jerusalén visitaron la Ciudad Deportiva del Barça en una iniciativa de la Fundación del FC Barcelona para el fomento de la paz y la convivencia entre estas comunidades.
También en 2005, el excandidato a la presidencia azulgrana Lluís Bassat impulsó un partido entre el club catalán y una selección de jugadores palestinos e israelíes.
Es posible, por lo tanto, que se puedan reproducir manifestaciones propalestinas en el clásico liguero, como ya ocurrió en un Barça-Maccabi de Euroliga en el Palau en el 2010, un encuentro que fue interrumpido momentáneamente por espontáneos enarbolando banderas palestinas que protestaban por el conflicto de Gaza.
Huelgas de trabajadores del estadio y de metro en Barcelona
Y no solo eso. Además de la protesta de los palestinos, el discurrir del clásico puede verse afectado por dos protestas laborales. La primera, por parte de los trabajadores fijos discontinuos del Barça, aquellos que trabajan solo los días del partido, que han convocado una huelga para el día del partido a las ocho de la tarde, un colectivo que el club quiere externalizar.
Y el segundo frente viene de la huelga de metro convocada en Barcelona ese mismo día en contra de los recortes salariales que ha sufrido esta empresa.
Eso, sin olvidar las previsible exhibición de mensajes independentistas desde la grada del Camp Nou, que en este singular caso con las peticiones políticas recientes y el adelanto electoral en Cataluña podrían subir un grado respecto a clásicos anteriores.
Muchos focos de atención y polémica en un partido que ven millones de espectadores en todo el mundo y para el que se acreditaron el pasado mes de abril, con la Liga en juego, casi 800 periodistas. Mucho más que fútbol rodea el clásico a diez días de que se dispute.