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Fútbol | Copa del Rey

Los octavos de Copa, una misión imposible para los modestos

  • El formato de doble partido hace que este año no haya ningún matagigantes
  • Figuras como la del Numancia del 96 o el Mirandés del 2011 no se repetirán
  • Inglaterra, Holanda, Alemania e Italia tienen un formato copero de partido único

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Imagen del defensa del Melilla Andrés Sánchez en su partido ante el Levante.
Imagen del defensa del Melilla Andrés Sánchez en su partido ante el Levante.

Hay algo que todos los años ha destacado en la Copa del Rey y es la figura del matagigantes, ese equipo modesto de Segunda División B que daba la campanada y se clasificaba para los octavos de final contrapronóstico.

El conjunto de Miranda de Ebro (Burgos) se clasifica para semifinales de la Copa del Rey por primera vez en su historia, siendo el único de Segunda B frente a tres de Primera.

Equipos como el Numancia, el Alavés, Alcorcón o Mirandés están ahora donde están o fueron lo que fueron gracias a que en su día se convirtieron en la atracción del torneo del KO, en la salsa de la Copa.

Esta temporada no habrá más salsa. Ninguno de los equipos de Segunda B ha conseguido clasificarse a pesar de que en los partidos de ida algunos consiguieron resultados favorables como por ejemplo el Melilla.

El Barcelona, el Atlético Madrid, el Levante, el Valencia y el Getafe subrayaron su condición de favoritos el miércoles mientras que Real Madrid y Málaga hicieron lo propio el día anterior frente a equipos de Segunda B. Los partidos del jueves solo enfrentarán a equipos de la Primera División entre sí. Tan solo queda la esperanza del Eibar que disputará la vuelta contra el Athletic de Bilbao el día 12 de diciembre en San Mamés (en la ida el marcador fue de 0-0).

La razón no es otra que el formato actual de Copa, elegido por los propios clubes, que defiende al 'pez grande' en perjuicio del 'pez chico'. Formato que por otra parte ayuda poco a la hora de liberar el calendario de los grandes.

A lo que no favorece, al menos en estas primeras rondas, es a llenar las arcas de los equipos. En campos como el del Espanyol o el Getafe los ingresos de la venta de entradas difícilmente superarán los gastos propios de la organización de un partido de fútbol.

A corto plazo, modelos como los que se practican en Inglaterra, Holanda o Alemania (la competición se disputa a partido único) parecen muy lejanos respecto al español. Al fin y al cabo, lo que se busca es que a las semifinales lleguen los cuatro equipos españoles que más repercusión tienen en el extranjero. Se vende mejor la final Barça-Madrid del 2011 que la final Mallorca-Recreativo del 2003 (cuando todavía se jugaban las primeras eliminatorias a partido único).

Después de que Italia cambiara el formato no hace mucho, tan solo falta España para que todas las grandes ligas se decanten por un torneo del KO en el sentido literal de la palabra. ¿Se lo imaginan?