Armstrong admite que se dopó y reconoce por primera vez "una gran mentira"
- "No es posible ganar siete tour (de Francia) sin doparse" admite
- "No pagué a la UCI para que ignoraran pruebas (de positivo)" se defiende
- Niega haber presionado a sus compañeros para doparse
- Tras su diagnóstico de cáncer dice que "ansió ganar a cualquier precio"
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El exciclista Lance Armstrong, de 41 años, ha admitido que tomó EPO y otras sustancias prohibidas como testosterona, cortisona y hormonas del crecimiento además de someterse a transfusiones de sangre y a pesar de haber repetido hasta el momento que no se dopó para conseguir sus logros, entre los que se encuentran los siete Tours de Francia de los que ha sido desposeído.
“Es mi culpa. Una gran mentira, que repetí muchas veces” ha asegurado el exciclista, reconociendo que en su generación “no era posible ganar siete tours sin doparse”.
“Todos los fallos y la culpa es mía. Era una historia perfecta de cuento de hadas pero no era cierta“
“Me perdí en los fans, los periodistas y la historia continuaba […] eran tiempos muy competitivos”, asegura Armstrong que confiesa que paró de doparse en 2005.
“Todos los fallos y la culpa es mía. […] Era una historia perfecta de cuento de hadas pero no era cierta” ha agregado el exciclista de Tejas que admite que sus fans “tienen todo el derecho del mundo a sentirse traicionados”.
A preguntas de la periodista Oprah Winfrey, Armstrong ha reconocido que su programa de dopaje no era tan “sofisticado, profesionalizado y exitoso” como admitió la Agencia Estadounidense Antidopaje (USADA) en su informe [Consúltalo en pdf
“Era profesional e inteligente pero era conservador y corría grandes riesgos” aunque ha asegurado que “no le daba miedo” que le pillaran porque en aquel entonces “solo te hacían pruebas en las carreras”.
“No venían a tu casa”, admite Armstrong, que asegura que el cambio en el sistema antidopaje se produjo con el pasaporte biológico, un documento individual que introdujo la UCI en 1997 con el perfil hematológico y urinario del corredor con el que se puede predecir de forma mucho más precisa cualquier cambio en los parámetros médicos.
La UCI no está implicada
No obstante, el exciclista del US Postal ha negado uno de los asuntos más polémicos y que podría salpicar directamente a la Unión Ciclista Internacional (UCI). Uno de sus compañeros Tyler Hamilton aseguró que Armstrong le dijo que dio “positivo en EPO con una risa nerviosa” en el tour de Suiza de 2001.
“Había algunos asuntos turbios pero ese no era uno de ellos. No pagué a la UCI para que ignoraran las pruebas de 2001 […] Nunca di positivo. Algunas pruebas fueron analizadas de forma retroactiva, pero pasé todas las pruebas” ha respondido Lance, aunque sí ha reconocido haber hecho una donación a la UCI porque este organismo "se la había pedido".
“Había algunos asuntos turbios pero ese no era uno de ellos“
“El ansia de ganar a cualquier precio, la insolencia, la impertinencia, la arrogancia” es lo que le llevó a las sustancias prohibidas, sobre todo después de que le diagnosticaran el cáncer de testículos. Un momento en el que ha reconocido que comenzó a intimidar a la gente de su alrededor atacándola cuando decía algo que no le gustaba.
Lo único que importaba era “seguir ganando la carrera más importante del mundo. Así pensaba yo” aunque reconoce que en ese momento “no creía que estaba haciendo trampas”.
“Yo no sentía que lo hiciera. Lo que yo veía es que todos jugaban igual. No entendía la magnitud de lo que sucedió. No lo sabía. Pero lo significativo es que empiezo a entenderlo” ha agregado Armstrong, que ha asegurado verse como un “capullo” en el visionado de algunas de sus declaraciones anteriores.
“Estoy pagando el precio de mis acciones, de mis palabras, de mi actitud” ha explicado.
Niega haber presionado a sus compañeros
Si bien Lance Armstrong ha reconocido la responsabilidad de sus acciones, asegura que “nadie era forzado, presionado o alentado” a ingerir sustancias prohibidas.
“Eso no es cierto. No obligué a nadie” asegura el que fuera jefe del equipo US Postal con poderes para despedir y contratar otros ciclistas.
Por otro lado, el exciclista ha evitado referirse a otras personas sancionadas por dopaje por la USADA como el doctor Michelle Ferrari, presunto suministrador de las sustancias.
“Hay personas implicadas en esta historia que no eran malas personas, no eran monstruos […] Michelle Ferrari no era el líder detrás del programa de dopaje” para afirmar poco después: “no me siento cómodo hablando de otras personas”.
Su confesión puede tener consecuencias legales
Hasta el momento el exciclista siempre ha negado los hechos aunque el pasado agosto renunció a la apelación de su caso al asegurar que estaba "cansado de luchar". Las confesiones del que fue durante siete años, el jefe despiadado del pelotón del Tour de Francia podría tener muchas ramificaciones legales.
Según abogados consultados por France Presse le podrían llevar incluso a la cárcel. La ex atleta Marion Jones, quien confesó haberse dopado en 2008 en el programa de Oprah Winfrey pasó seis meses en prisión por mentir a los investigadores.
"Lo peor que puede pasar es que sea culpable de perjurio", ha asegurado el profesor de derecho Michael McCann.