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Dopaje | Operación Puerto

Inyectar EPO en sangre, "un riesgo difícil de evaluar", según un experto

  • Otro perito detalla los riesgos de los medicamentos incautados a Fuentes
  • Manolo Saiz tenía permiso para utilizar el Synachten en el Liberty

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El médico Eufemiano Fuentes en los Juzgados de lo Penal de Madrid, donde continúa el juicio por la Operación Puerto.
El médico Eufemiano Fuentes en los Juzgados de lo Penal de Madrid, donde continúa el juicio por la Operación Puerto.

El juicio de la Operación Puerto se ha reanudado este lunes con la declaración de expertos acerca de las sustancias halladas en los registros realizados en las intervenciones contra la supuesta red de dopaje que dirigía el médico Eufemiano Fuentes, a quien se señala como uno de los responsables.

La sangre completa y el plasma no están considerados medicamentos en España, ha asegurado en el juicio el jefe del departamento de Medicamentos de Uso Humano de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, César Hernández García.

Determinar si la sangre es o no un medicamento es una de las claves del juicio, ya que el artículo 361 del Código Penal por el que los acusados se enfrentan a una pena de dos años de prisión habla de "los que expendan o despachen medicamentos deteriorados o caducados o que incumplan las exigencias técnicas (...) y con ello pongan en peligro la vida o la salud de las personas".

Hernández, que ha comparecido como perito en la vista oral, ha explicado que la sangre no está incluida en el Real Decreto 1347/2007 por el que se regula el procedimiento de autorización, registro y condiciones de dispensación de los medicamentos de uso humano fabricados industrialmente, por lo que en España no se considera un medicamento.

El perito ha añadido que en otros países la sangre sí se considera como un "medicamento biológico", pero que en España, por razones históricas -y debido principalmente a que la donación es altruista y en ella no interviene la industria farmacéutica-, ha quedado regulada fuera del ámbito de los medicamentos.

"En España, donde la donación es altruista, no cabe la producción industrial de sangre", ha dicho Hernández, que ha agregado que son los hospitales y los centros de transfusión los encargados de almacenar y conservar la sangre, mientras que en otros países, "igual que se puede recolectar plasma para fabricar medicamentos derivados, se puede recolectar sangre".

El experto ha admitido que, en ocasiones, la sangre tiene funciones fisiológicas -por ejemplo, cuando se transfunde para corregir una anemia-, pero ha insistido en que no se ha regulado como medicamento, al contrario que algunos derivados de la misma, como los factores de coagulación o las inmunoglobulinas.

Sobre los riesgos que presenta la introducción de Eritropoyetina en la sangre. "Es algo que no está contemplado en las utilización habitual de la EPO. Como todo uso de un medicamento fuera de su ámbito habitual, supone un riesgo difícil de evaluar", señaló Hernández durante su declaración como testigo.

Preguntado si un particular puede conservar sangre en su casa -el médico Eufemiano Fuentes almacenaba en bolsas la extraída a los deportista- el experto ha respondido: "No sé cuales son las normas de calidad exigidas para ello, pero me parece difícil de entender que eso pueda llevarse a cabo".

Además, en caso de que esa sangre, como hacía Fuentes, fuera congelada y luego descongelada para su reinfusión, el perito ha dicho que "el procedimiento debería estar incluido en los protocolos de calidad y autorizado por las autoridades sanitarias".

Como en el caso de la sangre, tampoco el plasma completo ni las células sanguíneas -como los glóbulos rojos-, si no son manipuladas, se consideran medicamentos, ha señalado Hernández, que ha añadido que la sangre la sangre no tiene ficha técnica porque ésta solo la poseen "los medicamentos que son de producción industrial".

La Ley del Medicamento sí considera como tales "los derivados de la sangre, del plasma y de los demás fluidos, glándulas y tejidos humanos, cuando se utilicen con finalidad terapéutica", pero de la sangre y demás fluidos, glándulas y tejidos humanos que se utilizan para su obtención solo dice que "procederán, en todo caso, de donantes identificados y obtenidos en centros autorizados".

Efectos nocivos de los medicamentos

Por otra parte, los medicamentos intervenidos en 2006 en el piso de la calle Caídos de la División Azul utilizado por el médico Fuentes pueden causar, fuera de los usos indicados para ellos, desde el aumento del riesgo cardiovascular hasta la esterilidad y el desarrollo de tumores, entre otros efectos nocivos.

Así lo ha asegurado el técnico de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios Manuel Ibarra Lorente, que como inspector farmacéutico redactó un informe sobre los medicamentos intervenidos a Fuentes, entre los que había muchos prohibidos por las autoridades deportivas.

Ibarra ha señalado que en el piso de Caídos de la División Azul se encontraron esteroides, anabolizantes y hormonas, entre otros medicamentos, algunos de ellos no autorizados en España, lo que según el experto significa que no hay garantías sobre sus condiciones de fabricación ni sobre la calidad de su principio activo.

"Estos medicamentos, fuera de los usos legalmente autorizados, tienen efectos perjudiciales, no solo si se toman en dosis superiores a las indicadas, sino también si se combinan entre sí", ha asegurado el experto.

Algunos de los medicamentos incautados, como la EPO, eran desde 2005 de uso exclusivamente hospitalario por decisión de la Agencia de Medicamentos, lo que según Ibarra obedecía, entre otros motivos, a que se había detectado su uso no autorizado en personas sanas.

Entre los riesgos que el consumo de EPO puede tener en personas sanas, el experto ha citado el aumento de los niveles de glucosa en sangre, acromegalia -crecimiento anormal de la mandíbula, la lengua u otros órganos-, hipertensión intracraneal y el desarrollo de tumores.

Sobre los peligros del consumo de anabolizantes y esteroides, Ibarra ha declarado que pueden causar esterilidad, virilización en las mujeres, cese prematuro del crecimiento, aumento del riesgo cardiovascular y producción de tumores. Además, ha dicho que también tienen efectos sobre el comportamiento, ya que inducen a la euforia y producen irritabilidad.

En el piso de Caídos de la División Azul se encontró asimismo IGF-1 o factor de crecimiento, del que Ibarra ha destacado que en 2006 su uso era todavía muy escaso porque "no estaba avalada su eficacia".

"¿Se considera inaceptable el uso de un medicamento cuando su eficacia fuese baja o se destinase a personas sanas?", le ha preguntado el abogado que ejerce la acusación en nombre del exciclista Jesús Manzano, a lo que el perito ha respondido que "por supuesto", y ha añadido: "Todos los medicamentos tienen riesgos, incluso si están autorizados".

El Synachten, un medicamento legal

El Synacthen, medicamento corticostereoide incautado a Manolo Saiz cuando estalló la Operación Puerto, tenía autorización legal para su empleo en el equipo Liberty tanto en España como en Francia, tal y como ha confirmado la ex subdirectora general de Inspección y Control de Medicamentos de la AEMPS, Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, María de los Angeles Dalre Saavedra, durante el juicio oral.

El 23 de mayo de 2006, a Saiz se le incautó, además de dinero en tres divisas diferentes, cuatro cajas de Synacthen "de exclusivo uso hospitalario", según el auto de la Guardia Civil. Durante la sesión del juicio celebrada este lunes en Madrid, el abogado del ex director ciclista, Ignacio Arroyo, ha pedido que se le mostrara a Dalre, que ya no trabaja en la AEMPS, la autorización firmada por ella en marzo de 2006.

"Sí, yo firmé la autorización. No eran solicitudes habituales y nos chocó. Nosotros solíamos evaluar si procedía o no. Pude haber cometido un error, pero si lo autorizamos habría una evaluación",ha asegurado la extrabajadora de la AEMPS durante su declaración como testigo, confirmando el documento en el que figuraba la autorización del botiquín del equipo Liberty tanto de la autoridad española como de la francesa.

Dalre Saavedra había sido citada como responsable de un informe sobre los riesgos para la salud pública del consumo de sustancias dopantes elaborado en marzo de 2006, aunque ha explicado que ella no fue la autora y se limitó a ratificarlo.