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Copa del Rey | FC Barcelona 1-3 Real Madrid

El Real Madrid destroza al Barça en el Camp Nou para meterse en la final de Copa (1-3)

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Cristiano se lució en el estadio que más le motiva

El Real Madrid se ha convertido en el primer finalista de la Copa del Rey después de ganar de manera incontestable en el Camp Nou. El equipo blanco ha pasado por encima de un FC Barcelona que ha sido un calco del de San Siro y que dice adiós de esta forma al primer título de la temporada. [Así te hemos narrado el FC Barcelona 0-3 Real Madrid]

No hubo cambios, ninguno de los dos entrenadores se atrevió a variar su equipo de gala por lo que Villa y Kaká se vieron obligados a comenzar de suplentes a pesar de las voces que pidieron su titularidad tras el pasado fin de semana.

Con los actores esperados sobre el campo se interpretó el guión que se venía barruntando. Iniesta quiso insinuar que este Barça no era el de Milan con su disparo desde fuera del área en la primera jugada pero no coló.

Su equipo no tenía profundidad y lo que es peor, el cansancio físico no le permitía robar ni un balón en campo contrario obligando así a sus defensas a no fallar nunca porque al mínimo error, ahí estaría un hipermotivado Cristiano Ronaldo.

El portugués aprovechó la primera que llegó a sus pies y la primera que erró la zaga culé. Corría el minuto doce y Piqué se fue al suelo en el mano a mano con CR7 llegando un segundo tarde y derribando claramente al luso. El señalado en la previa Undiano Mallenco no dudó y pitó un penalti que el propio Cristiano se encargó de transformar.

El gol hizo olvidar rápidamente la ilusión que había provocado Messi minutos antes con un disparo cruzado que se fue por poco a la derecha de la portería. El Barça se enrabietó a causa del gol pero se ahogaba una y otra vez en la tela de araña tejida por Jose Mourinho en el medio del campo.

El Madrid juega muy cómodo con el marcador a favor y sabe muy bien lo que tiene que hacer, es decir ceder el balón al contrario y buscar a Cristiano Ronaldo nada más recuperar el balón. Si es capaz de ejecutar eso tiene muchas papeletas de ganar en el Camp Nou, en Old Trafford o en cualquier campo del mundo.

Tan de cara se puso el choque para los visitantes que ni siquiera una falta de pillo de Messi que lanzó por debajo de la barrera en el 39’ hizo cambiar la opinión de que lo mejor del Barça al descanso era el resultado de tan solo 0-1.

Los cambios en el Barça llegaron tarde

Roura y sus comunicaciones con Nueva York mandaron a calentar a Villa en la reanudación y el asturiano, con cara de pocos amigos, fue aclamado por el estadio. Era la alternativa que había en el banquillo junto a Tello ya que Alexis Sánchez fue uno de los descartes que se quedaron en la grada.

El Barça necesitaba alguien que fijara a los centrales y a alguien que entrara por banda como ante el Sevilla pero los cambios llegaron demasiado tarde. 

A los doce minutos de la segunda mitad, un despeje con todo de Khedira dejó solo a Di María frente a Puyol. El argentino dejó sentado al defensa blaugrana con un amago en el área, disparó y Pinto atajó pero el rechace le cayó a Cristiano Ronaldo que no perdonó. Segundo gol de los blancos que obligaban al FC Barcelona a marcar tres goles para alcanzar la final.

El desfile de aficionados del Camp Nou a sus casas comenzó diez minutos después cuando el Madrid perforó por tercera vez la portería de Pinto. Fue Varane el autor del gol con otro cabezazo portentoso como el que ya hizo en la ida. Fue un premio más que merecido para francés que ha tenido en esta eliminatoria su consagración como el defensa del Real Madrid del futuro y del presente.

De poco sirvió el gol de Jordi Alba a dos minutos del final del partido, ni para maquillar el resultado valía porque la decepción de caer ante el máximo rival en tu propia casa es inmensa pero caer de esa forma, sin presentar lucha, es aún peor. Doloroso.

Ahora el rival del Real Madrid saldrá de la otra semifinal entre Sevilla y Atlético de Madrid pero antes de esa final el equipo blanco irá a jugarse el todo por el todo de nuevo a Inglaterra en la Champions. El marcador de la ida es el mismo así que confianza e ilusión va sobrar.

El Barça por su parte tiene dos tareas difíciles ya que la Liga la tiene prácticamente ganada: demostrar que es capaz de salir del bache de juego por el que atraviesa y hacerlo antes de que sea demasiado tarde. Ante el AC Milan en la vuelta de los octavos de la Champions League es el día más idóneo para conseguirlo.