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Dopaje | Operación Puerto

Las acusaciones de la Operación Puerto mantienen sus peticiones de dos años de cárcel

  • Finaliza la vista de conclusiones definitivas, el viernes será turno de la defensa
  • La juez anula las escuchas a partir del 1 de junio de 2006 por defecto de forma

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Piden dos años de cárcel para los acusados de la Operación Puerto

La Fiscalía y la Abogacía del Estado en el juicio de la Operación Puerto sobre una trama de dopaje han mantenido su petición de penas para los cinco acusados: de dos años de prisión en el caso del Ministerio Público y de dos años y medio en el de los servicios jurídicos del Estado, que contempla la agravante de precio.

Así lo han expuesto ambas partes en la fase de conclusiones definitivas, en la que solo la Federación Española de Ciclismo (RFEC) ha modificado la pena de prisión solicitada para los acusados, al rebajar de dos años a un año y un día de cárcel la que pide para la médico Yolanda Fuentes y los exdirectores deportivos Vicente Belda y Manolo Saiz.

Por su parte, el abogado que ejerce la acusación en nombre del exciclista Jesús Manzano ha modificado su escrito para decir que las prácticas de dopaje realizadas sobre su representado "aumentaron la probabilidad de desarrollar, entre otras enfermedades, cáncer a medio o largo plazo".

Se enfrentan a un delito contra la salud pública previsto en el artículo 361 del Código Penal y referido a sustancias que "pongan en peligro la vida o la salud de las personas", ya que el dopaje no fue tipificado hasta finales de 2006, después de ocurridos los hechos enjuiciados.

Mientras tanto, la representante de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que pide dos años de cárcel para los cinco procesados, ha elevado de cinco años a ocho años y tres meses la pena de inhabilitación que solicita para ellos por un delito continuado contra la salud pública con la agravante de precio.

También la Unión Ciclista Internacional (UCI) y el Comité Olímpico Italiano (CONI) han elevado a definitivas sus conclusiones, aunque esta última acusación además de por el delito contra la salud pública acusa a los procesados de fraude fiscal, estafa y asociación ilícita.

Estos tres últimos delitos, sin embargo, no fueron admitidos ni por el juez que instruyó el caso ni por la magistrada que ahora preside la vista, Julia Patricia Santamaría, por lo que el CONI ha presentado un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional que está aún pendiente de admisión.

Los abogados de la AMA, el CONI y la RFEC volvieron a pedir en su turno de conclusiones definitivas las bolsas de sangre incautadas por la Guardia Civil en los registros de la Operación Puerto.

En vista de las modificaciones hechas por las acusaciones, las defensas de los cinco procesados pidieron a la juez el aplazamiento de sus conclusiones definitivas hasta el próximo viernes, solicitud que fue aceptada por la magistrada.

"Lapsus" o "manipulación y chapuza"

Por otro lado, la magistrada Julia Patricia Santamaría, que preside el juicio, ha anulado las escuchas telefónicas realizadas a partir del 1 de junio de 2006 al considerar que hubo un "lapsus" que supone la vulneración de derechos fundamentales.

La juez Santamaría acordó anular las escuchas desde el 1 de junio de 2006 a propuesta del letrado del acusado Eufemiano Fuentes, Tomás Valdivielso, que impugnó las escuchas practicadas a partir de esa fecha, ya que en el auto que las autorizaba figuraba la fecha de 31 de mayo de 2006 y ésta se rectificó "a mano" para poner la del 2 de junio siguiente.

Esta rectificación manuscrita fue calificada en principio de "manipulación y chapuza" por parte de los abogados de Eufemiano y de Yolanda Fuentes, aunque más tarde el primero de ellos aclaró que no había querido acusar al secretario judicial de manipular documento alguno.

El segundo, Ignacio Arsuaga, que también representa a Vicente Belda e Ignacio Labarta, subrayó que se trataba de "una prueba ilegítima que no puede estar ni un segundo en este proceso porque vulnera derechos fundamentales", y añadió: "Esto es una chapuza integral, una diligencia como ésta no la he visto nunca".

La fiscal respaldó la petición de las defensas y dijo que dichas conversaciones "deben ser tenidas como no oídas", pero recordó que las acusaciones de manipulación "son graves porque habla de irregularidad". Admitió, sin embargo, que podía tratarse "de una chapuza".

Acusan de falsedad a una perito

La defensa del médico Eufemiano Fuentes ha aportado a la sala dos artículos de prensa -fechados en 1985 y 2006- con los que pretende sustentar su acusación de falsedad contra la perito Carmen Ferrer, que declaró en el juicio el pasado 25 de febrero.

Se trata de un artículo de opinión firmado el 16 de enero de 1985 en El País por el actual presidente de la Federación Española de Atletismo, José María Odriozola, y de una información del gratuito 20 Minutos fechada el 24 de mayo de 2006, varios párrafos de los cuales aparecían literalmente reproducidos en el informe que Ferrer elaboró sobre las autotransfusiones de sangre.

Durante su declaración, Ferrer -médico facultativo del Servicio de Información de Toxicología- afirmó que transfundir sangre a una persona sana "carece de sentido" y que las autotransfusiones "se hacen en circunstancias que lo justifiquen, por ejemplo en problemas que surgen en preoperatorios porque tiene menos riesgos".

El letrado de Fuentes, Tomás Valdivielso, pretende que Ferrer sea investigada por falsedad, al haber asegurado en el juicio que no se había basado en informaciones de prensa para elaborar su pericia.

La Fiscalía, la Abogacía del Estado y las acusaciones particulares se han opuesto a la admisión de los documentos aportados por el letrado, al considerar que tanto las noticias de prensa como el informe eran conocidos antes del comienzo del juicio y que plantear ahora la denuncia es extemporáneo.

Eufemiano a Merino, "paciencia para seguir sableando a la gente"

La evidente tensión entre Eufemiano Fuentes y José Luis Merino Batres, artífices de la trama de dopaje, provocó que el primero le pidiera paciencia a su colega para no dejar de "sablear a la gente" al menos hasta el final de aquel año 2006, ya que a algún cliente se le podían "cruzar los cables" y "complicar la vida" de los médicos.

En una conversación telefónica entre ambos 'pinchada' el 20 de mayo de 2006, tres días antes de que estallara la Operación Puerto, Merino le pide a Fuentes "aclarar muchos aspectos turbios" ya que se siente "en el punto de mira" y eso le pone "los pelos de punta".

"Yo ya me he hecho a la idea de que, si lo tienes que dejar, te pediría que lo dejáramos juntos. Por un mes que queda de sablear a la gentes, es mucho dinero, sin ti no sigo", le replica Fuentes, que alberga temores a represalias si abortan la trama en mitad de la temporada.

"Si me dejas, no voy solo en este tema, prefiero ir a lo tradicional, a lo de siempre, y lo vendemos todo. Pero algo me dice que tenemos que comprometernos con lo de este año, con el alemán, con el italiano, se me caería la cara de vergüenza. Me reventaría dejarlo a mitad de temporada, a alguno se le tuercen los cables y nos complica la vida. ¿Qué necesidad hay? Por lo menos tenemos que cumplir con lo que hemos pactado", abunda Eufemiano.

En su habitual discurso adaptado al interlocutor, Fuentes, que se había quejado amargamente con José Ignacio Labarta de que Merino le había dejado solo en el peliagudo fin de semana anterior, le asegura al hematólogo que lo había hecho "de mil amores". "Lo hago para descargarte, no para desplazarte. Es muy diferente", le comenta.

Merino, "estaba cometiendo una inmoralidad"

Por su parte, José Luis Merino Batres, señaló en su declaración tras ser detenido que había hecho "el tonto" y era plenamente consciente de que en su colaboración con Eufemiano Fuentes "estaba cometiendo una inmoralidad". Merino mostró en sus palabras altas dosis de arrepentimiento, y así lo hizo constar.

"He hecho el tonto y sabía que estaba cometiendo una falta de la que no me siento orgulloso, estaba haciendo algo inmoral, pero tengo seis hijos", señaló Merino Batres en su declaración tras ser detenido.

Merino Batres, quien aseguró que cobraba de Eufemiano Fuentes "dos millones de pesetas", precisó que en sus prácticas, que se ceñían "únicamente" a extracciones y transfusiones de sangre, "nunca se puso en peligro la salud de los pacientes".

"Tengo 65 años y llevo más de 40 en la profesión, y puedo asegurar que las extracciones de sangre a los deportistas siempre se han hecho en condiciones idóneas de seguridad, sin riesgos de perjuicios, y nunca incluí en la sangre ni EPO ni ninguna otra medicina", subrayó en su declaración, que fue leída en la sala del juicio.

Merino dejó claro que Eufemiano Fuentes era el encargado de planificar los tratamientos y admitió que se hicieron extracciones de sangre en las habitaciones de los hoteles, y no en su casa porque "no quería dar mal ejemplo a la familia".

Aunque no le gustaba el deporte, Merino Batres recordó en sus manifestaciones que "conocía a algunos deportistas, como por ejemplo a Roberto Heras". Actualmente aquejado de Alzheimer, recalcó en sus declaraciones que aplicaba a los pacientes que le enviaba Eufemiano Fuentes "el mismo protocolo que a los míos, siempre conforme a las normas europeas".

"No solo ciclistas"

El exciclista Alberto León, colaborador del médico Eufemiano Fuentes que se suicidó en enero de 2011, declaró en 2006 ante el juez que instruía la Operación Puerto que por la consulta de éste pasaban "deportistas y no solo ciclistas".

"Sé que eran deportistas y no solo ciclistas porque algunas caras me sonaban", aseguró León el 21 de julio de 2006 ante el titular del Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, según la declaración leída hoy en el juicio de la Operación Puerto.

León, que estuvo imputado en el caso y que se quitó la vida después de que su nombre apareciera también implicado en la Operación Galgo contra el dopaje en el deporte, prestó declaración dos veces, en la primera de las cuales admitió que había transportado "tres o cuatro veces" bolsas de sangre.

También dijo que había visto funcionar las máquinas que Fuentes y su socio el hematólogo José Luis Merino Batres utilizaban, pero que éstos nunca practicaron ninguna extracción o transfusión en su presencia.