El Málaga cae con honor y en el descuento
- El conjunto español se vio en semifinales tras ponerse 1-2 en el marcador
- El Borussia anotó dos goles en el tiempo añadido, uno de ellos ilegal
- Así hemos contado el Borussia Dortmund 3-2 Málaga CF de Champions
Ficha técnica:
3 - Borussia Dortmund: Weidenfeller; Piszscek, Subotic, Santana, Schmelzer; Bender (Sahin, m. 72), Gündogan (Hummels, m. 86); Blaszczykowski (Schieber, m. 72), Götze, Reus; y Lewandowski.
2 - Málaga: Willy Caballero; Gámez, Demichelis, Sánchez, Antúnez; Toulalan, Camacho, Joaquín (Portillo, m. 87), Duda (Eliseu, m.74); Isco y Baptista (Santa Cruz, m. 84).
Goles: 0-1: min 25, Joaquín. 1-1: min, 40, Lewandowski. 1-2: min 81, Eliseu. 2-2: min 91, Reus. 3-2 min 93, Santana.
Árbitro: Craig Thomson (Escocia) amonestó a Bender, Schmelzer, Gámez, Toulalan
Incidencias: partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en el Iduma Park de Dortmund ante 66.000 espectadores.
No pudo ser. El Málaga cayó 3-2 en Dortmund frente al Borussia en un partido que no mereció perder. El equipo alemán se vio fuera de la Champions, pero se clasificó para semifinales en el tiempo añadido con un gol que no debió ser validado por fuera de juego, aunque los malagueños también marcaron otro similar. [Así hemos contado el Borussia Dortmund 1-2 Málaga CF]
Dio primero el equipo español y lo hizo una segunda vez, pero el reloj negó el merecido premió. El reloj y el árbitro, que dio por bueno el último gol con Santana en claro fuera de juego. Habían marcado antes Joaquín en el primer tiempo, Lewandowski empató antes del descanso, Eliseu dio esperanzas a los malaguistas antes del final y en dos minutos, tras el 90 reglamentario, dieron la vuelta al marcador los germanos con tantos de Reus y Santana.
Triste final para un equipo que ha seguido mostrando valentía, a pesar de saber que el año que viene no jugará competiciones europeas en virtud de una sanción de la UEFA, basada en el 'fair play' económico que trata de imponer a los clubes.
Ajenos a lo que deparará el futuro en los despachos, pues aún pelea la entidad en ese campo, los de Manuel Pellegrini salieron con la cabeza muy fría al césped del Signal Iduna Park. No cayeron en la precipitación y trataban de llevar el balón a campo contrario con toque.
Esa misma cautela mostraba el Borussia, por lo que se vieron unos primeros quince o veinte minutos con demasiado respeto. Respeto mutuo.
Pero en las filas del Málaga hay un jugador que tiene muchas tablas y sabe cuándo hay que empezar a faltar al respeto. Joaquín Sánchez fue una pesadilla para la defensa del Dortmund por su movilidad y su calidad.
La calidad la mostró en el minuto 25, cuando trató de combinar con Isco en la frontal pero se encontró con Santana como socio improvisado. Dispuesto a no desaprovechar el regalo, Joaquín recortó a Schmelzer y disparó raso entre las piernas de Subotic, haciendo inútil la estirada de Weidenfeller.
El gol obligó al Borussia y a irse más arriba y a buscar la portería contraria con más atrevimiento. Apareció por fin Lewandowski, quien supone un peligro no solo por su capacidad rematadora, sino por la velocidad que impone al ataque.
Minutos antes de enfilar los vestuarios, el delantero polaco devolvió las esperanzas a la afición alemana tras rematar una contra que inició Gotze, este pasó a Reus, quien se la dejó de tacón al ariete para que rematara en segunda instancia (minuto 39). Caballero no medió bien la salida en uno de los pocos errores del meta argentino.
Su colega Weidenfeller evitó que Joaquín adelantara de nuevo a los de Pellegrini con colocación ante el cabezazo de Joaquín en una jugada de estrategia.
Frenética segunda parte
El partido no se enfrió, ni mucho menos, a pesar del paso por la ducha de los equipos. Ni Klopp ni Pellegrini hicieron cambios y los jugadores mantuvieron la intensidad de los últimos minutos de la primera parte.
Caballero y Weidenfeller se lucieron ante sendas ocasiones de Lewandowski y nuevamente Joaquín de cabeza. Si el primer tiempo fue igualado en posesión y ocasiones, en el segundo sí se notó un mayor dominio de los locales.
Gotze, como ya hiciera en la ida, volvió a perdonar solo ante Caballero, quizá porque no esperaba el error de cabeza de Sergio Sánchez, que peinó hacia su portería un balón en largo.
Fue Klopp el primero en mover ficha con los cambios, dando entrada a Sahin y Schieber por un Blaszczykowski algo difuso y Bender, que tenía una amarilla. Pellegrini dio entrada a Eliseu por un Duda que se había desfondado.
Caballero volvió a aparecer como salvador en los peores minutos para el Málaga, sacando con los pies dos ocasiones muy claras: una de Reus y otra de Gozte.
La grada se animaba con su equipo, pero Isco les dejó mudos a los alemanes con un robo de balón en la banda derecha, apoyándose en Joaquín y dando un gran pase a Baptista, quien la cruzó en el mano a mano con Weidenfeller. Eliseu apareció por ahí para empujarla sobre la línea, pero casi nadie se percató de que había arrancado en fuera de juego cuando la toca Baptista (minuto 81).
Klopp se la jugó con Hummels, que reaparecía tras una lesión de tobillo, por Gundogan. Pero el central salía a cazar balones largos en el área del Málaga, no a despejarlos de su propia área. Mientras, Santa Cruz y Portillo daban descanso a Baptista y Joaquín, que cuajó un partidazo.
La táctica desesperada del Borussia dio sus frutos en el minuto 91, el primero del tiempo añadido, con un balón de falta que baja Subotic -central- para que intente empujarla Santana -central- y Reus lo logra en segunda instancia tras rechazar Sergio.
El Málaga trató de no descomponerse con el empate, pero terminó desencajado con la útlima jugada del partido. Otro balón colgado, desde la banda, esta vez por Lewandowski. La peina Schieber para que remate Reus algo escorado y el tiro de este no lo remata de primeras Santana, pero el balón llega de nuevo al brasileño en la línea de gol y en fuera de juego tras tocarla Schieber (minuto 93).
De nada sirvieron las protestas del Málaga en pleno al árbitro escocés Craig Thomson. Tampoco lo vio el asistente apostado en la línea de fondo. Nadie anuló un gol que dejó al equipo revelación de la Champions sin una semifinal soñada y por minutos acariciada.