El Bayern de Múnich se reconcilia con el Camp Nou de la mano de Jupp Heynckes
- Las dos últimas visitas bávaras a Barcelona eran sinónimo de pesadilla
- El entrenador alemán no reservó a ninguno de sus jugadores hasta el 0-3
Crónica del FC Barcelona 0-3 Bayern de Múnich | Así lo hemos narrado
El 26 de mayo de 1999, Jupp Heynckes veía desde su casa como Pier Luigi Collina tenía que levantar a los jugadores del Bayern de Múnich después de que estos vieran como el Manchester United les robaba la Champions League con dos goles en el tiempo de descuento. [Crónica del FC Barcelona 0-3 Bayern de Múnich, por Rubén Heras]
El exfutbolista y entrenador alemán se había tomado un año sabático después de que el Real Madrid le enseñara la puerta de salida a pesar de haber levantado la 'orejona' la temporada anterior en Ámsterdam al derrotar la Juventus.
Diez años después de aquella fatídica final para el equipo bávaro, Heynckes llegaría como apagafuegos al banquillo del Bayern de Múnich, equipo al que ya había dirigido desde 1987 a 1991. Regresó para entrenar al equipo durante las últimas cinco jornadas de la Bundesliga tras la destitución de Jürgen Klinsmann por hacer un favor a su amigo Uli Hoeness. Su vuelta tuvo lugar poco después de que el equipo muniqués se llevara un saco de goles en el Camp Nou ante el Barça de los seis títulos.
Triunfó en las dos temporadas que estuvo en Leverkusen y eso le dio la oportunidad de volver a su Bayern de Múnich en 2011 tras el cese de Louis Van Gaal, con un contrato de dos años por delante.
Heridas que había que cerrar en el Camp Nou
Cuando el bombo de semifinales emparejó a Bayern de Múnich y al FC Barcelona, a Heynckes se le vinieron a la cabeza esos antecedentes de su equipo en el coliseo blaugrana. Había que saldar deudas con el Camp Nou.
El resultado de la ida era contundente: 4 a 0. Sin embargo, el equipo alemán saltó al césped de la Ciudad Condal con su once de gala. Heynckes no dudó ni tan siquiera a la hora de reservar a alguno de sus jugadores apercibidos de sanción de cara a la hipotética final contra el Borussia de Dortmund (Lahm, Schweinsteiger, Javi Martínez, Dante y Luiz Gustavo).
La presión que el Bayern impuso al Barça en los primeros 20 minutos era propia de una eliminatoria de Champions empatada y que el resultado al descanso fuera de cero a cero se convirtió en la mejor noticia para los culés en el intermedio.
El gol de Robben en el minuto 48 sentenció el pase a la final, fue una liberación para Heynckes que saltó desde su asiento junto a su ayudante Peter Hermann para apretar los puños y abrazarse. Los dos sabían que la afrenta del Camp Nou ya estaba subsanada y además tenían ante sí la ocasión de resarcirse de la final perdida contra el Chelsea.
Hasta el minuto 66 no se fiaban, hasta ese minuto no arrancó el carrusel de cambios esperado para reservar a jugadores. Bastian Schweinsteiger fue el primero en salir pero su sustituto fue otro apercibido, Luiz Gustavo. Con el 0-3 abandonaron el terreno de juego el capitán Philip Lahm y el español Javi Martínez.
Ahora ya hay quinielas en las que se coloca a Jupp Heynckes como futurible para el banquillo del Real Madrid. "Son solo especulaciones", dijo el entrenador alemán al respecto en la rueda de prensa.
Sus méritos le avalan. Puede volver a Chamartín para triunfar como ya ha hecho en el Bayern de Múnich. Al menos, de cerrar heridas abiertas sabe, y mucho. En Múnich ya no van a temblar las piernas de los aficionados cuando se escuche Camp Nou.
Adiós, o mejor dicho auf wiedersehen, a la pesadilla del 99 y a la derrota escandalosa de 2009 (aquel día el entrenador del Barça era Guardiola aunque acabara expulsado, el entrenador que ha elegido el Bayern de Múnich para ocupar el banquillo bávaro a partir de la próxima temporada).