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Roland Garros 2013 | Semifinales

Nadal sufre para ganar a Djokovic y jugará su octava final de Roland Garros

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Nadal: "El partido ha tenido todos los ingredientes"

Rafa Nadal jugará la final de Roland Garros. El tenista español ha sufrido para doblegar en semifinales al número uno del Mundo, Novak Djokovic (4-6, 6-3, 1-6, 7-6(3) y 7-9), y luchará por su octavo título parisino contra David Ferrer que se ha impuesto al francés Tsonga[Datos y estadísticas del Djokovic - Nadal].

Como todos los enfrentamientos entre el serbio y el español, el partido prometía ser un pulso implacable; una feroz partida de ajedrez llevada hasta la extenuación. feroz  Y no tardó en tomar ese cariz, al ritmo de un intercambio furioso de golpes que solo está a la altura de dos raquetas superlativas.

Djokovic comenzó el encuentro con mucha solidez, mejor plantado que Nadal sobre la pista Philippe  Chatrier. El español encontraba a intervalos sus grandes golpes, pero  no terminaba de asentarse ante un Djokovic que apenas mostraba fisuras.

En el primer set, Nadal consiguió romper el servicio de Djokovic para establecer el 3-4 en el marcador. Lo más difícil ya estaba hecho. El español, inapelable con su saque, solo tenía que mantener el servicio para adjudicarse la primera manga. Así lo hizo y el set concluyó con 4-6. Mucho mérito el de Nadal,  que había conseguido aplacar las arremetidas iniciales de Djokovic, sin perder la compostura, y amenazaba con convertirse en esa bestia invulnerable que campa a sus anchas sobre la arcilla de París.

El partido avanzó sin apenas variar el argumento. El servicio marcaba la diferencia y ambos jugadores trataban por todos los medios de hacerse fuertes con su saque, a la espera del 'break'. En el segundo set, éste llegó antes para Rafa Nadal: 2-3. Por un momento, parecía que Djokovic daba muestras de debilidad, cada vez con más errores no forzados. Pero el balcánico consiguió recomponerse y devolvió la rotura del servicio al mallorquín (3-3), ganó el siguiente juego y además rompió de nuevo el saque de su adversario (5-3). A Djokovic le costó poco establecer el 6-3, para empatar el partido (1-1).

Djokovic desaparece del encuentro

Sin duda, era un encuentro de ida y vuelta. El tercer set comenzó con un Nadal estratosférico que de buenas a primeras se puso 0-5 en el marcador.  Djokovic había desaparecido sin dejar rastro. Súbitamente. Ni el mismo Nadal parecía explicárselo. 

El set finalizó con 1-6 y la incógnita de si Djokovic sería capaz de volver a asomar la cabeza en mitad de ese tsunami que parecía haberle engullido.

Las cartas estaban sobre la mesa y el inicio del cuarto set decidiría la remontada o el golpe de gracia. Con la misma brusquedad con la desapareció, Djokovic regresó de su letargo. Igualdad, agresividad, golpes magistrales, tenis en estado puro... El partido volvió a discurrir por el cauce natural que dictan las dos mejores raquetas del momento.  

Djokovic se defendía con uñas y dientes, pero Nadal consiguió romper su servicio (3-4). Lejos de venirse abajo y entregar definitivamente sus armas, Nole le devolvió la moneda con otro 'break' y su correspondiente consolidación (5-4). 

Rafa Nadal igualó el resultado (5-5) y, ante la inminencia del final, Djokovic sacó a relucir su carácter campeón y su repertorio de gran maestro. En este momento, español y serbio estaban enzarzados en una lucha titánica. Nadal rompió de nuevo el servicio del balcánico (5-6), pero éste le contestó con otra rotura de servicio (6-6). El encuentro se marchó al 'tie-break' y ahí Djokovic purgó todos sus pecados anteriores, barriendo de la pista al español por 7-3.

Quinto set

El partido se fue al set decisivo con la emoción a flor de piel. Comenzó mal Nadal, perdiendo su servicio y también el siguiente juego (2-0). Hasta entonces, la intensidad del mallorquín había sido muy superior a la de Djokovic y parecía estar pagándolo. 

Nadal recortó distancia (2-1) pero después Djokovic cumplió con su saque (3-1). El juego de Nadal atravesaba por su peor momento. Eran instantes críticos y el mallorquín necesitaba volver a encontrarse a sí mismo, tal y como había hecho poco antes el balcánico.

Haciendo valer cada jugador sus respectivos saques, el encuentro se fue a 4-3. Nadal estaba obligado a romper el servicio de Djokovic si quería disputar su octava final de Roland Garros. Y lo logró, ayudado por un error garrafal de Djokovic que, con 40-40 y todo a su favor,  perdió un punto incomprensiblemente por tocar la red con el cuerpo.

Sin opción de 'tie-break'

Nadal venció sin complicaciones en el siguiente juego y el marcador se situó en 4-5. Ninguno de los dos podía permitirse un nuevo fallo. Djokovic ganó su servicio (5-5) y Nadal hizo lo propio con el suyo (5-6). Sin opción de 'tie-break', Nadal y Djokovic estaban obligados a buscar una nueva rotura de servicio. 

Lo consiguió el español después de dos juegos (7-9), para doblegar definitivamente al serbio y poder buscar el domingo su octavo título de Roland Garros.